Conversando desde el silencio
Fray José Fernández Moratiel, OP
Silencio para abandonar la ceguera
«Llegaron a Betsaida y le llevaron a un ciego pidiéndole que lo tocase. Cogiéndolo de la mano, lo sacó de la aldea, le escupió en los ojos, le aplicó las manos y le preguntó: «¿Ves algo?». Empezó a distinguir y dijo: «Veo la gente; me parecen árboles que andan». Le aplicó las manos otra vez; el hombre vio del todo. Jesús lo mandó a casa diciéndole: «¡Ni entrar siquiera en la aldea!» (Mc 8,22-26)
En este encuentro se
ve cómo Jesús saca al ciego de su entorno y de sus circunstancias. Hay
que alejarse siempre si se quiere ver la montaña. Para ver el cuadro,
hay que salirse de él. Del trabajo que nos estrecha hay que salirse
también. El ciego es ciego de otros ojos. Jesús apunta a la ceguera
interna. Alude a otro modo de ver. Este hombre del evangelio está
cegado. Todos los días pasan desengaños sobre nosotros que nos producen
la misma ceguera. El polvo del camino siempre nos impide ver. El primer
gesto de Jesús es sacarle del sitio en donde está.
No se puede leer un
libro si nos metemos en él. No podemos ver la vida si no tomamos
distancias. Por eso Jesús, como buen pedagogo, nos enseña siempre desde
la sencillez. Y coge al ciego y le dice: «¡Vámonos al campo! Te llevo
fuera de la ciudad, de la aldea». Dentro de ella estamos todos ciegos
con nuestra febril movilidad diaria. Por eso el silencio es una ayuda
para nosotros y para nuestra curación. Salir del sitio es buena cosa.
Jesús también lo
toca. Ayuda a tomar contacto con lo que hay. Enseña a tocar lo que hay
aquí y ahora. Lo toca y reduce el contacto con el pasado, con la aldea.
Este camino de salir de lo que nos ciega está a nuestro alcance. Tomar
contacto con la naturaleza es una buena manera de sosegar y ordenar la
razón. Se puede salir de nuestra ceguera tomando contacto con el mar, el
amanecer, el río, un árbol, la puesta de sol, el agua, la hierba... Eso
es lo que hace Jesús con el ciego. Lo lleva a otro camino para ordenar
el interior. Es hacer caso de lo que experimenta nuestra interioridad.
Cuando hay silencio se pueden escuchar llamadas reales y ver las cosas y
las personas tal cual.
Si hay una llamada en
el corazón, no discutamos con ella. A veces, encontrar la visión nos
lleva a despedirnos de la aldea para siempre. «No vuelvas a la aldea».
Es una buena cosa. Cuidado con volver a las andadas que te nublan y te
ciegan. Vivir es despedirse siempre de las cosas. No se puede volver a
la luz y seguir en la aldea del ruido, del afán, del gentío... El
silencio es pura despedida. Las manos, en el silencio, hay que agitarlas
diciendo adiós a tantas cosas... No se puede encontrar la vida sin
decir adiós a nuestra vida. Eterno adiós. La vida es pura mudanza. El
río dice adiós. El agua se siente atraída por el océano que la llama.
Uno se despide de todo o se le quiebra el sentido del vivir. Se dice que
nadie se baña dos veces en el mismo río. No nos podemos bañar en la
añoranza. Jesús nos toca, nos lleva aparte, al silencio, y allí nos
ilumina para repetirnos: «No vuelvas a la aldea». Y es que la vida está
repleta de separaciones. Vivir es eso. Nos vamos de nuestros amores y
eso es maravilloso. Eso es vivir. Porque vivir sabiendo decir adiós es
comprender la vida. Sin afán de encajonar la vida con nuestra razón, la
vida sería festiva y no nos ahogaría. Los adioses vividos nos conducen a
la plenitud. Son caminos que nos llevan a otros encuentros más plenos y
necesarios para nuestro crecimiento. Despedirse no debe costar tanto
porque es la puerta abierta a otros mundos que nos esperan. El miedo es
una huella de tu pie en el pasado. Para estar a salvo tienes que estar
en tu sitio justo y vivir sólo el presente. El adiós al pasado con todo
lo que conlleva es necesario para recuperarse. El agua no se detiene en
ningún recodo. En ninguna ribera hermosa se asienta. Le espera otra
Ribera. Ella sabe que si se para se contamina. El hombre que no sale de
su aldea y no se mueve no podrá ser como el agua pura. No se deben
pensar demasiado los pasos para darlos. Si piensas los pasos, estás
perdido. Es como la danza. No se puede pensar. Es cuestión sólo de mover
el cuerpo dejándose llevar por el ritmo. Así es nuestra vida: un
movimiento continuo porque la soledad más triste y la peor es la de
aferrarse al pasado y vivir siempre en «El mismo lugar».
Por otra parte, en el
relato de Marcos vemos otro dato que ya antes hemos apuntado y que
volvemos ahora a ocuparnos de él. Cuando Jesús toca al ciego toma en
cuenta el cuerpo de este hombre. Lo toca. El sabe que el cuerpo es el
cauce de nuestra emoción y que lleva en él todo impreso. La vida se
escribe también en nuestro cuerpo y en él se aloja nuestra propia
historia. Es necesario que el cuerpo esté bien. Atender al sueño, a la
comida, al descanso..., es imprescindible para tu salud. El cuerpo avisa
claramente cuando lo avasallamos con nuestra violencia. Y con su dolor
nos dice: «No huelgues tanto, no comas tanto, no fumes...».
Es importante cuidar
el vehículo de nuestro corazón: el cuerpo. Por eso en el silencio se oye
su aviso y toma contacto con nosotros poniendo su voz en nuestro
interior. El cuerpo nos instruye. «¿Este modo de estar no es bueno?
Cambia». El mejor médico es uno mismo. No busques recetas exteriores
para tu salud. Cambia tu vida en lo que hay de perjudicial y mejorarás.
Es necesario recobrar la vista para descubrir lo que hay a nuestro
alrededor, y luego hay que escuchar a Jesús que nos dice: «Vete a tu
casa». La casa es un símbolo, una evocación del mundo interior. Te
manda, como al ciego, a tu ser profundo. Le sugiere, como a ti, un mundo
interior que tienes que habitar a partir de ahora. La casa está en
orden a esa función. A esa necesidad.
Calderón dice que el
mundo es como un teatro. Es tremendo vivir haciendo teatro. Para ir al
teatro, la gente tiene que salir de su casa. Es negar la realidad propia
para sustituirla por otra. Eso es representar, hacer teatro. El actor
presenta a otro, no a sí mismo. Él presta su propia persona para que
otro ocupe su lugar.
En el silencio no se
puede hacer teatro. Estamos en casa cuando hacemos silencio. El que está
es uno mismo. En el teatro hay apuntadores como en la vida. La gente te
apunta lo que tienes que decir, hacer, comprar, ser. No se pueden
admitir apuntadores en mi vida. En mi vida, el único apuntador es Dios
que inspira mi camino. Jesús dice: «Vete a tu casa». No le dice: «Vente
conmigo». No quiere apuntar ni él. Es puro respeto.
Y es que el amor no
acapara. En el Cantar de los cantares se escribe: «Vete a ti». No dice:
«Ven a mí». Es un amor sagrado y divino que es capaz de no encerrar. Es
bueno volver a uno pero el camino para ir al corazón no es fácil
descubrirlo porque hemos dado muchas veces vueltas y hemos recorrido
caminos de razón, de apoyo, de libros, de conocimientos, de emociones.
Nos perdemos incluso en los caminos de nuestros sentidos que ni siquiera
esos hemos encontrado. ¿Olfato, vista...? ¿Quién conoce nuestra mirada?
¿Cómo se pueden, por ejemplo, fusionar dos cuerpos sin que se fusionen
los corazones? Es necesario descubrir ante todo el mundo fascinante de
los sentidos para luego poder disfrutarlos. Por eso, el silencio
recupera todo el arte de escuchar, de dar, de sentir Todo tiene antes
que entrar en silencio. El problema está cuando creemos que nuestros
caminos son mejores por cortos. El camino del silencio no lo es. Es
largo, pero es el único que puede ir directo al corazón. No es,
aparentemente, atractivo. Pero... te lleva a casa.
Recordad: cuidado con
volver a la aldea, a lo de antes. Nos van a reclamar muchos senderos.
Igual que los de la montaña. Pero uno solo es el verdadero para subir a
la cima.
ASOCIACIÓN
DE ALUMNOS
DE LA
ESCUELA DE TEOLOGÍA ‘SAN ESTEBAN’
Seminario
del curso 2014-15
COMPASIÓN
Y SOLIDARIDAD
“Al igual que Jesús, embargado por la compasión, ofreció su palabra, curó a los enfermos, dio pan para comer, entregó su propia vida, así también la fantasía de la caridad no ha conocido límites y ha sido capaz de abrir innumerables sendas para llevar el aliento del Evangelio a las culturas y a los más diversos ámbitos de la sociedad mediante la intercesión, la predicación del Evangelio, la catequesis, la educación, el servicio a los pobres, a los enfermos…” (Papa Francisco).
Dirección: Profesor Fray Juan Huarte Osácar, OP
Días: 9, 16 y 23 de marzo de 2015 (lunes)
Horario: 19,00 a 20,30 horas
Lugar: aulas
Sesiones:
Sesión1ª (día 9): Compasión y misericordia
- ¿Dos conceptos relacionados pero diferenciados?
- ¿Cuáles serían, a tu modo de ver, los elementos necesarios y constitutivos de la compasión?
- ¿No es la compasión, como algunos piensan, un sentimiento alienante e indigno del hombre, un signo de debilidad? “Los débiles y los fracasados deben perecer; esta es la primera proposición de nuestro amor a los hombres. Y hay que ayudarlos a perecer. ¿Qué es más perjudicial que cualquier vicio? La acción compasiva hacia todos los fracasados y los débiles: el cristianismo” (F. Nietzsche).
- ¿Qué responderías a esta nueva objeción? La compasión, al estar atada a nuestra esfera vital inmediata, hace una lectura parcial y discriminatoria de la realidad (Adam Smith).
- ¿Piensas que la misericordia es un tema olvidado en la actualidad?
Sesión 2ª (día 16): El mensaje de Jesús sobre la compasión del Padre
- ¿Qué texto bíblico elegirías (del Antiguo o del Nuevo Testamento) para hablar sobre la compasión?
- Comenta el mensaje de Jesús sobre la compasión divina en la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32).
- ¿Acaso basta con la justicia? La misericordia remite a la pregunta por Dios.
- ¿Es posible compatibilizar la misericordia y la justicia de Dios?
- ¿Cómo rescatar en la experiencia del cristiano actual el rostro compasivo y misericordioso de Dios?
Sesión 3ª (día 23): El rostro solidario de la compasión
- ¿Quiénes son hoy los tirados al borde del camino? (Lc 10, 29-37).
- ¿Cómo educar y fomentar el sentimiento de compasión? ¿Basta con las obras de misericordia?
- ¿Cómo recuperar la compasión como principio de actuación en la práctica social, más allá de una concepción sentimental y moralizante?
- ¿Hasta qué punto y en qué medida inspira, motiva e incide la misericordia cristiana en la justicia social?
- ¿Puedes contar algún gesto de compasión solidaria que más te haya impactado?
Inscripción: Secretaría de la Escuela de Teología
Teléfono:
923 26 19 79, de 19,00 a 21,00 horas (lunes a jueves)
+
E-mail:
secrefatse@fatse.org
Se
ruega facilitar el correo electrónico para recibir de antemano los materiales
pertinentes.
Gratuito
y abierto a cuantas personas deseen participar.
Salamanca,
a 1 de marzo de 2015
Encuentro de Familia Dominicana en Barcelona
El segundo domingo de cuaresma más de 50 miembros de la Familia Dominicana de Barcelona se reunieron en la comunidad de Dominicas de la Presentación de la calle Bellafila, lugar de encuentro para grupos y residencia universitaria, para preparar juntos este camino hacia la Pascua.
Llegaremos a tiempo
País: Argentina.
Lugar: Buenos Aires (Barrio San José de Flores).
Año de ejecución: 2014.
Actividad: Atención Social.
Beneficiarios: Mujeres en situación de riesgo y vulnerabilidad.
Contraparte: Hermanas Dominicas de Sta. Catalina de Siena.
Financiadores: Acción Verapaz Centro (2.345 €).
Lugar: Buenos Aires (Barrio San José de Flores).
Año de ejecución: 2014.
Actividad: Atención Social.
Beneficiarios: Mujeres en situación de riesgo y vulnerabilidad.
Contraparte: Hermanas Dominicas de Sta. Catalina de Siena.
Financiadores: Acción Verapaz Centro (2.345 €).
Al centro donde trabajan estas hermanas en el barrio de San José de
Flores se acercan todas las personas que se encuentran en situación de
pobreza, riesgo y vulnerabilidad. La atención con comedores, bolsa de
trabajo, médicos, etc., es muy amplia, pero les preocupa mucho la
atención psicológica de muchas mujeres solas con cargas familiares
necesitadas de apoyo, con las que trabajan su rehabilitación no sólo
socio-económica, sino de un estilo de vida.
Para ellas han creado unos talleres en los que trabajan en círculos de reflexión, cine fórum, formación y capacitación social y biodanza. Para lograr el material necesario de éste último Acción Verapaz les ha proporcionado los medios para la compra de instrumentos musicales, equipos de sonido, etc. con el que han podido comenzar los talleres destinados a fortalecer las capacidades de estas mujeres.
Para ellas han creado unos talleres en los que trabajan en círculos de reflexión, cine fórum, formación y capacitación social y biodanza. Para lograr el material necesario de éste último Acción Verapaz les ha proporcionado los medios para la compra de instrumentos musicales, equipos de sonido, etc. con el que han podido comenzar los talleres destinados a fortalecer las capacidades de estas mujeres.
Te invitamos a leer como en una oración
Fran Álvarez Charneco ha donado a Acción Verapaz Sevilla 50
ejemplares de su nuevo libro “La voz sentida. Oraciones para rezar con
los ojos cerrados”. El precio del libro son 8 € que se destinarán al
proyecto con el que trabaja Acción Verapaz este curso.
Ésta es la quinta publicación del autor, que “nos invita a cerrar los ojos para que se produzca el milagro del encuentro, del diálogo entre el hombre y el Padre, el abrazo profundo del alma más íntima sobre el pecho enamorado de Dios”.
Os invitamos a leer las primeras páginas.
Y...REGRESARON FELICES
Las hermanas Dominicas Contemplativas en España ,reunidas en Madrid donde les fue impartido un CURSO SOBRE LA OBEDIENCIA por un Padre Dominico residente en Argentina, han regresado enriquecidas con una visión de la obediencia de Cristo y como "consejo evangélico" para sus seguidores, con un abanico de posibilidades a través de ventanas abiertas que el Padre hacía en sus exposiciones para mejor entender al Cristo obediente al Padre que llega al culmen de su obediencia mediante su entrega total.
El próximo viernes, día 13 de marzo a las 9:00h pm, en el Centro Arrupe de Sevilla, se inaugura mi exposición "SANGRE Y AGUA".
Estará abierta hasta el día 27 de marzo y en ella mostraré algunos de mis cuadros e ilustraciones religiosas.
Son un conjunto de obras que, desde un lenguaje actual, giran en torno al Misterio de la entrega y la resurrección del Señor.
Toda la información necesaria (dirección, horario...) se encuentra en el cartel.
Me encantará contar con vuestra presencia y ¡espero que os guste mi trabajo!
Ésta es la quinta publicación del autor, que “nos invita a cerrar los ojos para que se produzca el milagro del encuentro, del diálogo entre el hombre y el Padre, el abrazo profundo del alma más íntima sobre el pecho enamorado de Dios”.
Os invitamos a leer las primeras páginas.
Y...REGRESARON FELICES
Las hermanas Dominicas Contemplativas en España ,reunidas en Madrid donde les fue impartido un CURSO SOBRE LA OBEDIENCIA por un Padre Dominico residente en Argentina, han regresado enriquecidas con una visión de la obediencia de Cristo y como "consejo evangélico" para sus seguidores, con un abanico de posibilidades a través de ventanas abiertas que el Padre hacía en sus exposiciones para mejor entender al Cristo obediente al Padre que llega al culmen de su obediencia mediante su entrega total.
NUEVA EXPOSICIÓN
El próximo viernes, día 13 de marzo a las 9:00h pm, en el Centro Arrupe de Sevilla, se inaugura mi exposición "SANGRE Y AGUA".
Estará abierta hasta el día 27 de marzo y en ella mostraré algunos de mis cuadros e ilustraciones religiosas.
Son un conjunto de obras que, desde un lenguaje actual, giran en torno al Misterio de la entrega y la resurrección del Señor.
Toda la información necesaria (dirección, horario...) se encuentra en el cartel.
Me encantará contar con vuestra presencia y ¡espero que os guste mi trabajo!
Curso de Dominicanismo online para miembros del IDYM:Gracias a la colaboración de DOMUNI, la Universidad Online de los Dominicos, podemos ofrecer de forma gratuita a los miembros del IDYM, este curso sobre Dominicanismo para apoyar la formación personal y poder reflexionar junto a otros jóvenes en esta experiencia de estudio comunitario.El curso está dirigido a todos los miembros del IDYM que estén interesados en profundizar en la vida de Santo Domingo y de la Orden y su dedicación a la predicación. Esta es una gran oportunidad de acceder a una formación de calidad y de una forma innovadora.El curso se desarrollará por completo en la plataforma online de formación de Domuni y por lo tanto será necesario disponer de una conexión a internet o de acceso a la misma. A cada participante se le pide que lea o visualice los materiales de cada una de las etapas y que participe con sus reflexiones al respecto en el foro del idioma que elija: español, inglés o francés. Podrá acceder a los materiales de formación de todos los idiomas, pero sólo debe participar en el foro del idioma escogido para el curso. También se disponen de materiales adicionales de consulta y se pueden añadir los que propongan los propios alumnos.Queremos aprovechar este espacio, como un lugar de estudio y reflexión común, por ello es importante la participación activa de los que accedan al curso. Al ser gratuito, la participación activa será el compromiso que deben aceptar los miembros del IDYM que se quieran inscribir en este curso. También deberá ser capaz de leer y escribir adecuadamente en el idioma del curso que elija: español, inglés o francés.El curso se desarrollará en 3 etapas de tres semanas, más una inicial de presentación. Esta organización da tiempo suficiente al desarrollo de cada una de ellas con tranquilidad y sin dejar de atender las ocupaciones y responsabilidades habituales. Las etapas son las siguientes:6-12 Abril 2015 / Etapa inicial: introducción y presentación de los alumnos13 Abril - 3 Mayo 2015 / 1ª Etapa: ¿Quién es santo Domingo?4-24 Mayo 2015 / 2ª Etapa: La Predicación25 Mayo – 14 Junio 2015 / 3ª Etapa: Una Institución EvangelizadaInscripciónEl número de alumnos que se aceptan es limitado, 25 inscripciones por idioma (español, inglés y francés), así que es importante inscribirse lo antes posible para no quedarse sin plaza en esta oportunidad única. El proceso de inscripción se abrirá del 5 al 31 de Marzo y se respetará el orden de llegada.Las inscripciones se realizarán a través del formulario online que se habilitará desde el 5 de Marzo. Todos los miembros del IDYM que quieran inscribirse deberán indicárselo también a la coordinación nacional de su país con la que contrastaremos los datos para verificar la pertenencia al movimiento.Para más información pueden comunicarse con:Fr Michel Van Aerde op, michel.vanaerde@domuni.eu (Español, Inglés y Francés)Lyamar Díaz; IDYM Formación, formation.idym@gmail.com (Español e Inglés)Jose Alberto; Coordinador del IDYM, idym@curia.op.org (Español e Inglés)(26 de febrero de 2015)
Otros eventos próximos:
BASÍLICA NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA y PARROQUIA SANTO CRISTO DEL OLIVAR: VIAJE POR EL CAMINO DE SANTO DOMINGO en FRANCIACAMINO DE SANTO DOMINGO. Del 2 al 8 de Mayo
Con motivo de la celebración del Jubileo Dominicano
Del 2 al 8 de Mayo.
Organizado por la Parroquia Santo Cristo del Olivar y Basílica Nuestra Señora de Atocha
Se visitará: Figueras, Carcassone, Mirepoix, Fanjeaux, Prouilhe, Toulouse, Nimes, Avignon. Gordes, Arlés, Camarga, Saint Maries de la Mer, Aigues-Mortes, Narbonne, Gerona.
Información e inscripciones:
María López
Tfno: 91 528 52 26
Móvil: 616 69 65 00
Las fraternidades laicales dominicanas de la Provincia de España invitan a todo aquella persona que quiera unirse a la visita a la Cueva de Santo Domingo en Segovia, que se realizará el día 31 de Mayo.
En la visita se unirán los peregrinos de la Predicaminata 2015 y todas aquellas personas que viajen a Segovia este día.
El horario de dicha visita es el siguiente:
- 12:00: Misa en la Cueva de Santo Domingo
- 14:00: Comida de fraternidad.
- 17:00: Rezo de Vísperas con la comunidad de dominicas contemplativas del monasterio de Santo Domingo el Real.
En función de las plazas solicitadas se organizará transporte desde Madrid.Predicaminata
El pensamiento alemán contemporáneo. Hermenéutica y teoría críticaAutor: J. M. ALMARZA MEÑICAColección: ALETHEIA
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Bienestar social y desarrollo de los Derechos sociales.Autor: J. M. ALMARZA MEÑICAColección: ALETHEIA
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Toma de hábito y profesiones 2015
“Lo más
parecido que tiene el hombre a la eternidad en esta vida, es la regularidad”.
Esta frase es lo que me viene a la mente a la hora de intentar el relato de lo
vivido en nuestro convento estas últimas semanas. Los ritmos cambiantes pero
siempre reiterados de nuestra comunidad de frailes que acoge al noviciado, año
tras año, generación tras generación de jóvenes que pasa por aquí, marca
fuertemente la vida.
En primer
lugar, el sábado 21 de febrero, tuvimos la acostumbrada toma de hábito, rito de
inicio de un ciclo de discernimiento e identificación con el carisma de Santo
Domingo. Luego de compartir el retiro de preparación con los novicios, en las
1º vísperas de domingo, Ricardo Drivet Kellemberger de 32 años y oriundo del
Partido de San Isidro, Buenos Aires, Mariano R. Rodríguez, de 23 años y nativo
de Catamarca y Ciro Romero, con 35 años de edad y también con raíces en la
provincia norteña, vistieron el hábito de los frailes dominicos en una
ceremonia puertas adentro, dando comienzo de esta manera a un año de prueba
para experimentar nuestra vida, al cabo del cual, si así lo desean y a la
comunidad le parece, podrán ligarse a Dios, a la Iglesia y a la Orden de
Predicadores por la profesión religiosa. En un rito sencillo y sobrio, luego de
pedir postrados la misericordia de Dios y la de la comunidad, fueron revestidos
de blanco y negro al son del Veni Creator y ante la mirada
expectante y tal vez nostálgica de los frailes de la comunidad y del consejo de
Provincia.
Como
contrapartida de este inicio y augurando un buen camino a sus connovicios por
tan solo 15 horas, el domingo 22 de febrero, al día siguiente, en la misa de 11
am presidida por SER Mons. Antonio Marino, y ante una capilla repleta por la
concurrencia, fray Ariel Padilla (de Gualeguaychú, Entre Ríos), fray Jonathan
Maciel (de Posadas, Misiones) y fray Gonzalo Irungaray (de Don Torquato, Buenos
Aires) hicieron su profesión simple en manos del prior provincial, fray Pablo
Sicouly, prometiendo obediencia y cerrando así el ciclo del noviciado.
Saludos, fotos,
festejo, abrazos, amigos y familia, felicitaciones, empanadas y de pronto la
partida súbita de los neo profesos, es todo parte del folklore de cada año,
dejando siempre al menos por unos días una sensación mezcla de alegría y
tristeza, de vacío y orfandad, por la meta alcanzada y la mudanza que ello
implica, ya que en esta vida, llegar es volver a partir.
Y de vuelta
recomienza el ciclo, siempre igual, pero siempre distinto por la nueva riqueza
de los recién llegados, que no exime de iniciarlos en los ritos esotéricos que
conllevan las pequeñas cosas de la vida como la preparación del café, los días
que pasa el basurero y cuándo se deja la ropa para lavar, hasta los más fundamentales
elementos de nuestra vida: la oración, el estudio, la vida común y la
predicación. Una sucesión de ritmos, una alternancia regular de candorosas
nimiedades y recónditas realidades divinas que nos van haciendo pregustar la
vida eterna.
Álbum de fotos:
hacer clic aquí
El A-Dios de un monasterio
Tras 260 años de presencia generosa y fructífera en
Santiago de Chile, el Monasterio de las Dominicas de Santa Rosa cerró
recientemente y sus monjas fueron acogidas en monasterios de Atacama, Zaragoza,
Mendoza y Córdoba. He aquí el testimonio del nacimiento del monasterio, la
lucha por la supervivencia y un desenlace providencial.
……
Queridos hermanos, en el año de la Vida Consagrada, en la que el mensaje del Santo Padre nos invita a la alegría y a la consecuencia de vida, nuestro monasterio Dominicas de Santa Rosa, de Santiago de Chile, ha cerrado su existencia en la forma y en el lugar en que había vivido 260 años al servicio de sus hermanos para decir “Sí” y “A-Dios”, a quien debemos glorificar por tanto bien hecho y tanto bien recibido. La forma en que se gestó la partida de la comunidad de monjas, tuvo muchos elementos dispuestos por la Providencia. Caminamos en el discernimiento de ello, al menos dos años, buscando y esperando los signos que el Señor nos daría para encontrar su voluntad. Esta misteriosa, pero siempre amorosa voluntad ya estaba clara para nosotras los primeros días del año 2014, por lo cual celebramos las Bodas de Diamante de nuestras tres hermanas mayores el día 2 de febrero, con toda la alegría, el gozo y la entrega que esta fiesta implicaba para la comunidad y para la Iglesia. En medio de esa gratitud al Señor y a los hermanos y la alegría por tantas muestras de cariño recibidas, llevábamos en nuestros corazones “el secreto del Rey”.
……
Queridos hermanos, en el año de la Vida Consagrada, en la que el mensaje del Santo Padre nos invita a la alegría y a la consecuencia de vida, nuestro monasterio Dominicas de Santa Rosa, de Santiago de Chile, ha cerrado su existencia en la forma y en el lugar en que había vivido 260 años al servicio de sus hermanos para decir “Sí” y “A-Dios”, a quien debemos glorificar por tanto bien hecho y tanto bien recibido. La forma en que se gestó la partida de la comunidad de monjas, tuvo muchos elementos dispuestos por la Providencia. Caminamos en el discernimiento de ello, al menos dos años, buscando y esperando los signos que el Señor nos daría para encontrar su voluntad. Esta misteriosa, pero siempre amorosa voluntad ya estaba clara para nosotras los primeros días del año 2014, por lo cual celebramos las Bodas de Diamante de nuestras tres hermanas mayores el día 2 de febrero, con toda la alegría, el gozo y la entrega que esta fiesta implicaba para la comunidad y para la Iglesia. En medio de esa gratitud al Señor y a los hermanos y la alegría por tantas muestras de cariño recibidas, llevábamos en nuestros corazones “el secreto del Rey”.
No lo hicimos público, pero este día en que celebramos
con inmenso regocijo la renovación del “Fiat” de estas tres hermanas
octogenarias, llevábamos en el corazón el otro “Fiat”, el de toda una comunidad
que aceptaba el desafío de “obedecer hasta la muerte”, y de morir sabiendo en
“Quien hemos puesto nuestra confianza” (2im.12).
No quisiéramos
dar una impresión equívoca. No fue un proceso simple, no fue sencillo, indoloro
o exento de contradicciones. Vivimos juntas el sufrimiento, la soledad, la
indecisión, pero también el crecimiento en la fraternidad, la ayuda mutua en la
aflicción y la solicitud para con quien se sentía flaquear en el propósito.
Hicimos la experiencia impresionante, análoga a los primeros cristianos, y
análoga a la de tantos hermanos nuestros en tierras de persecución, de aceptar
morir en comunidad y sostenernos mutuamente en ese designio de Dios.
Pinceladas
de una historia
Nuestro
monasterio de Santa Rosa de Lima de Santiago de Chile, cuyo edificio y templo
permanecerá para asistir espiritualmente a la feligresía que tan asiduamente
nos acompañaba en la liturgia diaria y que ahora ha quedado en manos del
Arzobispado de Santiago, mientras no haya un retorno de la vida dominicana
contemplativa en la arquidiócesis, nació en 1680 como un Beaterio dedicado a
“Nuestra Señora de la Pastoriza”, un grupo de mujeres piadosas, mayormente de
la alta sociedad de la época, reunidas en oración, y que vivían en una calle
principal de la Capital santiaguina, calle Rosas, que recibe su nombre hasta el
día de hoy porque ésta era la forma en que se nombraba a las pías mujeres, y se
conocía el lugar de su residencia como “la calle de las Rosas”. El beaterio dio
lugar a un auténtico monasterio en 1754, cuando llegaron del monasterio
homónimo de Lima, cinco dominicas cuya misión era dar forma de esta comunidad
de beatas, en una auténtica comunidad de monjas de la Orden de Predicadores,
según su propio carisma y Constitución. Es lo que atestigua el libro: “Fuentes
para el estudio de la literatura de Chile”, hablando de los conventos de la
época:
“El de Santa Rosa de Lima, dedicado a Nuestra Señora de Pastoriza, tiene su ubicaciòn algo distante de la plaza mayor, en una manzana donde ha edificado cómodas habitaciones i buena iglesia. Antes fué beaterio fundado por el reverendísimo obispo, ilustrísimo señor don frai Bernardo de Carrasco, relijioso de Santo Domingo en 1686, i erijido en monasterio el de 1755, i fueron sus fundadoras cinco relijiosas que pasaron desde Lima.”
(Cap IV. Descripción de la Provincia en Santiago) A lo largo de los siguientes años, las monjas se consolidaron en su monasterio. La presencia de ellas en la ciudad de Santiago se fue haciendo progresivamente notoria y valorada como un centro de espiritualidad y cultura. En su momento, tuvieron trato espiritual con altos personeros de la Naciente Patria Chilena y ejercieron, desde su oración y vida monástica al estilo de Santo Domingo de Guzmán, una no menor influencia en la sociedad de su época:
“El de Santa Rosa de Lima, dedicado a Nuestra Señora de Pastoriza, tiene su ubicaciòn algo distante de la plaza mayor, en una manzana donde ha edificado cómodas habitaciones i buena iglesia. Antes fué beaterio fundado por el reverendísimo obispo, ilustrísimo señor don frai Bernardo de Carrasco, relijioso de Santo Domingo en 1686, i erijido en monasterio el de 1755, i fueron sus fundadoras cinco relijiosas que pasaron desde Lima.”
(Cap IV. Descripción de la Provincia en Santiago) A lo largo de los siguientes años, las monjas se consolidaron en su monasterio. La presencia de ellas en la ciudad de Santiago se fue haciendo progresivamente notoria y valorada como un centro de espiritualidad y cultura. En su momento, tuvieron trato espiritual con altos personeros de la Naciente Patria Chilena y ejercieron, desde su oración y vida monástica al estilo de Santo Domingo de Guzmán, una no menor influencia en la sociedad de su época:
“Además, y a pesar de su origen humilde, alcanzó gran
influencia en el mundo político del naciente Chile republicano, especialmente
dentro de los ministros de gobierno durante la Independencia, quienes la
consultaban con regularidad” (Kordic Riquelme, 2008, p. 34 .«Chile colonial.
Filología e Historia: Las cartas de Sor Dolores Peña y Lillo )
Se conoce a lo largo de estos años, numerosas “monjas
rosas” (que pese a la discreción con que las superioras trataron estos
asuntos), tuvieron experiencias místicas, estudiadas y reconocidas por la Santa
Iglesia. Muchas de ellas fallecidas en olor de santidad y algunas incluso con
procesos de canonización ya incoados, como atestiguan nuestras crónicas, entre
otras, la misma Dolores Peña y Lillo y sor Mercedes de la Purificación.
De la misma manera, y como muchas de las jóvenes religiosas que solicitaban
su ingreso al monasterio provenían de la aristocracia criolla, se fue reuniendo
en base a donaciones y dotes, al interior de la comunidad, artículos de gran
valor artístico y litúrgico, según la sensibilidad de la época.
Lo cual contribuyó, de alguna manera a aumentar el
prestigio que las monjas rosas ya tenían en su entorno. Hasta el punto que en
1868 abrieron una escuela gratuita para niñas pobres, misma que en 1905 pasó a
depender de la Sociedad
de Señoras.
A comienzos del siglo XX, en 1935, producto de un fraude, nuestra comunidad
de dominicas perdió su monasterio y muchos de sus bienes. Obligadas por la trágica
situación de la que fueron víctimas, y reuniendo lo poco que lograron salvar
compraron una nueva casa en calle Manuel Montt, con la esperanza de poder
adaptarla, en la medida de lo posible, hasta hacer de ella un monasterio.
No llevaban en este lugar 18 años y el Ministerio de Obras Públicas del
Estado les informa que serían expropiadas porque una nueva avenida se
construiría justo en medio de su propiedad, es la actual diagonal Paraguay.
En estas dolorosas circunstancias, sin medios económicos, y aún con la
reciente salida de su primer monasterio como una herida sangrante en el corazón,
debieron reunir fuerzas para afrontar este nuevo golpe. Era el año 1953.
El Nuncio apostólico, Mons. Mario Zanin, asistió a “las monjas rosas” en
tan grande conflicto y consiguió para ellas, la posibilidad de entrar en la
clausura de las Monjas Clarisas que vivían en calle Lillo, en barrio Recoleta.
La convivencia como dignas hijas de San Francisco y Santo Domingo duró seis
años y se vivieron en exquisita caridad. Hay bellísimos detalles de cómo se
dividían los días en que cada comunidad usaría el lavadero, o cómo cada una de
las Órdenes religiosas preparaba con solemnidad la celebración de la otra para
homenajear a su fundador.
Trazos de lo acontecido
La realidad que vivió la comunidad desde el fraude del
año 1935 fue de una constante lucha por la supervivencia, y en la fragilidad en
que quedaron las hermanas comenzaron a privilegiar la solución de necesidades
inmediatas y a adoptar criterios prácticos, incluso para la admisión de las
vocaciones, considerando como signos de ella la capacidad de trabajo o la gran necesidad
que existía de “mano de obra” para avanzar en la etapa de re- construcción
material y comunitaria en que se encontraba el monasterio.
Lograron comprar un sitio que les vendieron sus
hermanos de la Orden, en lo que entonces no era más que un terreno extenso,
grande y bello, actualmente casi una manzana en la comuna de Las Condes.
Pagaron la propiedad con el trabajo de sus manos (pastelería principalmente), y
un prolongado tiempo de mendicancia en las calles.
También
crearon un sistema de boletos para rifas, algunos de ellos aún se conservan en
los archivos como muestra de todo ese tiempo arduo de trabajo y construcción.
Este prolongado período de indigencia contribuyó a que la etapa siguiente
tuviese matices de decadencia en la observancia y en la fraternidad. Elementos
determinantes en la falta de perseverancia de las vocaciones iniciales y en la
deserción que acontecería en los siguientes cincuenta años.
Desde su
nuevo monasterio, tan dificultosamente construido, la comunidad de monjas rosas
se encontraba constantemente solicitando ayuda de personal a las diferentes
comunidades de España o de Argentina: las hermanas mayores se hacían aún más
mayores y no se lograba estabilizar la economía doméstica ni el nivel de
deserción de las religiosas más jóvenes. La situación se agudizó con el paso
del tiempo y las ayudas fraternas de personal se hacían más difíciles, también
para las nacientes comunidades monásticas de Chile.
A contar de
los últimos años, con los diferentes aportes que hicieron las sucesivas prioras,
la comunidad, fue recuperando paulatinamente el nivel de observancia en la vida
regular, la actualización de la liturgia, el ejercicio del silencio y el hábito
del estudio. Se reforzaron los encuentros comunitarios, las charlas de
formación permanente y se optimizaron los espacios físicos en el entorno y el
interior de la casa, mejorando con ello, también la calidad de la vida
fraterna. Y se comenzó a trabajar decididamente para fomentar un clima
afectuoso, profundo, sereno y caritativo “ad intra” y un espíritu de comunidad
cristiana “ad extra” con los numerosos laicos que asistían a la Eucaristía
diaria haciendo posible ciertos encuentros de oración y de compartir fraterno,
opciones que implicaron gran esfuerzo, además para promover las vocaciones.
El clima moral y espiritual de la comunidad se transformó, por una especial
permisión de la Providencia, un clima de Renacimiento en la vivencia del
carisma. Si por una parte algunos elementos externos no variaron (la comunidad,
económicamente, seguía viviendo de la caridad de otro monasterio hermano;
seguíamos solicitando ayuda permanente de personal y algunas hermanas requerían
constante asistencia médica especializada), por otra parte, se había logrado
por fin, crear y cuidar en conjunto un clima apropiado a la vocación recibida.
Y se vivía este paso de gracia con conciencia y con auténtico gozo.
Así las
cosas, y conscientes de las directrices que nos daban los Maestros de la Orden
en los últimos años, más los esfuerzos infructuosos de reforzar las posibilidades
de la comunidad, Madre Federal nos invitó a un diálogo y al discernimiento
conjunto a las tres comunidades monásticas de Chile, para buscar una solución a
la realidad que nos acontecía. Dicho diálogo, abierto y fraterno, se logró
realizar en octubre de 2013, además con la participación de las cinco
comunidades de Argentina. Allí se preparó la tierra para que brotara, más tarde
en plenitud, lo que el Señor estaba haciendo con cada una de “las rosas”.
Nuestro
“Fiat”
La solidaridad que nuestra comunidad recibió en aquél
encuentro fue un consuelo y una confirmación de que sólo en la comunión del
diálogo y la docilidad al Espíritu hay Verdad.
Pese a los
intentos generosos de algunas comunidades, la posibilidad de reforzar con más
hermanas nuestra comunidad de Santiago no prosperó y así los primeros días del
año 2014, lo que se veía venir, lo decidimos juntas: por fidelidad al carisma y
a la propia vocación, habríamos de cerrar nuestro monasterio que había cumplido
260 años de vida contemplativa dominicana en Chile.
El proceso posterior a esta decisión se vio afectado, en su desarrollo
natural, por el gran sufrimiento que evidentemente afectaba a la comunidad, de
modo particular a las hermanas mayores y a las más frágiles de salud. “La
gracia supone la naturaleza”, nos dice Santo Tomás. Y estas valientes hermanas
que estaban dispuestas a dejar la casa que ellas mismas habían construido con
tanto esfuerzo, tenían un corazón dispuesto y pronto, como Abraham, pero una
edad y un desgaste que no les permitiría soportar demasiado tiempo el proceso
que se vendría a continuación.
Salimos de casa, como quisimos vivir
en ella, en silencio, confiadas en la Providencia, amando a los hermanos que
dejábamos y a las que nos recibirían.
La mirada en
la meta
En una de
nuestras muchas reflexiones comunitarias, salió una imagen gráfica que ahora
les compartimos. Alguien nos había contado que hacía unas semanas había
acontecido en el país una competencia de natación femenina. Decían que el grupo
de nadadoras inició la posta sin demasiado éxito en la carrera, sin embargo, la
última atleta en lanzarse a la piscina, dio un vuelco en la competencia. La
joven Kristel Kobrich entregó lo mejor de sí, hizo un tiempo récord y superó
los límites esperados, sin embargo, las postas anteriores habían marcado ya un
retraso demasiado grande y por excelente que fue su desempeño su equipo no
logró recuperar el tiempo perdido.
De alguna
manera nuestra comunidad vivía aquello. Y podíamos conversarlo a la luz de la
fraternidad con toda llaneza. Nuestra última etapa fue un tiempo de Gracia y
Misericordia inmerecida. Superamos los límites de nuestras propias
imperfecciones, las antiguas rencillas, las murmuraciones, las faltas de
perdón, ciertas tibiezas y hábitos personales o comunitarios que pueden apagar
la Voz del Espíritu. Juntas hicimos de ese último tiempo, un tiempo récord, el
mejor tiempo, el tiempo de Dios. No pudimos recuperar lo que ya estaba escrito
en la historia, sin embargo, y por pura Gracia, habíamos corrido “hacia la
meta, con los ojos puestos en el premio de Dios en Cristo Jesús”(Fil.3,16).
Estábamos,
pues, preparadas para confirmar el seguimiento que Jesús nos señalaba. Y cada
una de nosotras, fue recibida maravillosamente en su nueva comunidad, dos
hermanas en Inmaculada de Atacama, otras dos en Santo Domingo de Zaragoza, una
en Nuestra Señora del Rosario de Mendoza y cinco en Santa Catalina de Siena, de
Córdoba. Sin embargo, y sin duda alguna, las estrellas han sido las hermanas
mayores, cada una descrita como un regalo para sus nuevos monasterios. Sólo
“Las Rosas” podremos saber el duro entrenamiento que esto implicó al Espíritu,
pero era la manera que el Jardinero escogió para que pudiéramos florecer dónde
y como Él tenía dispuesto.
En la
navidad recién pasada, el Señor recibió en la anhelada meta a nuestra Sor
Margarita, la mayor de “Las Rosas”. Partió al cielo desde la comunidad Santa
Catalina de Siena, de Córdoba, rodeada del amor de sus hermanas, donde no hay
distinción entre las antiguas y las nuevas.
Y como si la Providencia no nos hubiera ya dado grandes sorpresas, a pocos días de su llegada, esta misma generosa comunidad preparó las Bodas de Plata Sor María Soledad Cordero en el mismo monasterio donde la Pascua de Sor Margarita había marcado para todas nosotras el afianzamiento en nuestras nuevas casas.
Y como si la Providencia no nos hubiera ya dado grandes sorpresas, a pocos días de su llegada, esta misma generosa comunidad preparó las Bodas de Plata Sor María Soledad Cordero en el mismo monasterio donde la Pascua de Sor Margarita había marcado para todas nosotras el afianzamiento en nuestras nuevas casas.
Además, se
prepara ahora la próxima Acción de Gracias, esta vez por las de sor Martina
Saavedra, intención que encomendamos a la oración de todos nuestros hermanos,
otra “Rosa” que ahora es “Catalina”. Porque en Cristo todos somos uno y en Él
sólo cabe la alegría de sabernos llamadas y conducidas a un destino glorioso.
Nuestra comunidad de Monjas Rosas de Santiago, que ya no existe como tal, ha
deseado testimoniar esto con su vida, con su muerte y con los frutos que el
Señor hará germinar de la semilla que se dejó caer en tierra, para ser
germinada a su debido tiempo . Unidas siempre en Él:
Sus hermanas
en Cristo Jesús y Santo Domingo
La Compasión Dominicana. Fraternidad Dulce Nombre de Jaén
¿Qué es la compasión? ¿Qué compasión
quiere Dios que tengamos? ¿Qué es la compasión Dominicana, en qué consiste y
cuáles son sus características? ¿Cuáles son los lugares preferentes de
compasión? Sobre estas preguntas estuvimos reflexionando los
hermanos y hermanas de las Fraternidades de Jaén y Torredonjimeno el 23 de
febrero en la iglesia conventual de la Purísima Concepción de las MM. Dominicas
de Jaén. Nuestra jornada vespertina comenzó con la adoración del Santísimo
Sacramento, expuesto en todo momento hasta el momento de la celebración de la
eucaristía, que la presidió D. José María Romero, sacerdote diocesano de Jaén. Él
fue nuestro director del encuentro; hacia Él iban nuestras miradas y reflexiones
y de Él venían las respuestas.
Todo comenzó cuando los días previos al inicio de la
Cuaresma nos comenzamos a preguntar[1]:
¿qué tenemos que hacer en Cuaresma? ¿cómo vivir la
Cuaresma? El salmo 50 nos dio
la llave que abrió la puerta de nuestras preguntas: MISERICORDIA. Pedimos la
misericordia de Dios porque nos hemos dado cuenta que hemos pecado y deseamos
tener un corazón puro. Queremos que Dios se compadezca de nosotros; que padezca
el mismo dolor que nosotros estamos teniendo; que tenga COMPASIÓN. A partir de
ese momento, ya sabíamos el camino y nos comenzamos a preguntar los
interrogantes del principio.
La palabra
«compasión» suena a «lástima». Sin embargo, no es ese su significado. La
compasión es «padecer-con»; es «misericordia»: poner mi corazón en el otro
colocando en él mi tesoro («donde esté tu
tesoro, allí estará tu corazón», Lc 12, 34). Jesús es la prueba de ese amor
(Rom 5, 6-11); Él es la compasión hecha persona que se hace pan partido y
repartido para todos (Jn 6, 31-40) y que nos indica que nosotros -como hijos de
un mismo Padre y discípulos suyos- podemos y debemos actuar así para ser
felices (Jn 13, 17).
La compasión es una
historia de pasión. Es un don gratuito, pero no barato porque tiene un precio:
el costo del dolor. Un dolor ajeno, mas asumido voluntariamente. Tenemos que
aprender a ir asumiendo ese costo: una virtud que se aprende de Cristo y se
educa con los hermanos.
Si la compasión es
«padecer-con», para ponerse en la piel del otro tenemos que ser sensibles: 1)
ser capaces de salir de nosotros mismos; 2) percibir las necesidades de los
demás; y 3) poner la justicia en acción comprometiéndonos con la causa ajena
como propia.
Dios habla a través
del profeta Ezequiel diciéndonos que nos dará un corazón nuevo y nos infundirá
un espíritu nuevo, nos arrancará el corazón de piedra y nos dará un corazón de
carne (Ez 11, 19). Dios está tratando de darnos SU corazón. El mismo corazón
que tuvo y mostró Jesús. El mismo corazón que dio a Sta. Catalina de Siena
cuando ésta entregó el suyo sin reservas a Dios y su Reino. Un corazón que
desgarra al viejo e inunda todo el cuerpo con sangre de entrega, de
misericordia, de compasión.
Dios quiere te
tengamos una compasión que luche contra la apatía (indiferencia) y la antipatía
(desprecio); quiere, por tanto, que tengamos una compasión que favorezca la simpatía.
Dios quiere que veamos al mundo como verdadera obra Suya, como un lugar de
liberación y salvación. Dios quiere que nada que suene a humano nos resulte
ajeno. Ser compasivo significa simpatizar con los demás, sintonizar con sus
pasiones, escuchar, entender, dialogar, discernir y actuar.
Sto. Domingo de Guzmán fue una persona con una riquísima y amplísima
experiencia de Dios. Todos sus biógrafos resaltan en él cualidades como la
sencillez, la mansedumbre, la justicia, la amabilidad… pero sobre todo su
compasión y su alegría; a imitación de Cristo, el tener entrañas de
misericordia no le hizo nunca perder la alegría El dolor de la humanidad fue lo
que movió la compasión de Domingo a proclamar el Evangelio de Jesucristo para
que a todos alcanzase la salvación. Él estuvo dispuesto a padecer y a gozar con
los demás. Como varón evangélico hizo ver y comprender que el mundo no era ni
es un enemigo de la Iglesia, sino un compañero de camino que está herido. Dio
el paso de la condena al diálogo. Como podemos comprobar, Nuestro Padre Domingo,
en su experiencia de Dios a través de la oración y el contacto con la humanidad,
descubrió cuál es la autenticidad de Dios: amor (1 Jn 4, 8). De ahí sus
frecuentes súplicas pidiendo a Dios que se dignara concederle una verdadera y
eficaz caridad para cuidar con interés y velar por la salvación de la
humanidad. El comprendió y nos enseña que ser cristiano, ser amigo y seguidor
de Jesús de Nazaret, es participar de sus opciones, su manera de ser, de sentir
y de actuar. Es decir, «saber el Evangelio» tiene que acabar en «hacer el
Evangelio», el «Evangelio de la Misericordia».
Antes de saber qué
lugares son los preferentes de compasión, tenemos que ver cómo nos posicionamos nosotros en el
mundo: ¿espectadores distantes o contemplativos apóstoles?
La reflexión y la
predicación deben conjugar la Palabra de Dios y la historia humana. Pero,
¡atención!, podemos correr el riesgo de que nuestra compasión se quede en mera
espectadora y convertirnos en «consumidores de noticias» que no saben
diferencias la realidad de la ficción, que nos acostumbremos al drama o,
también que nos conformemos con las medias verdades de los medios de
comunicación. Frente a esto, para adentrarse de lleno en la compasión
dominicana, tenemos que situarnos en el lugar de la «pasión»; es decir, preguntarnos:
¿Estaba yo allí cuando crucificaron a mi Señor? ¿Estoy yo allí cuando
crucifican a mis hermanos? La respuesta a estas preguntas es el gran desafío a
la hora de buscar los lugares de misión y de inserción. La encarnación del
Evangelio de la Misericordia se verá facilitada si contemplamos al mundo en
vivo y en directo.
Lo que sentimos,
pensamos y reaccionamos depende de cómo vivimos, dónde vivimos, con quién
vivimos. Así, desde el corazón de Dios los lugares preferentes de compasión
son: 1) los pobres y sus secuelas; 2) la injusticia; 3) las víctimas de la
pobreza, injusticia, discriminación, guerra, terrorismo…; y, 4) las víctimas
del absurdo y el sinsentido (las víctimas de la cultura del descarte, Papa
Francisco).
Como hemos visto y
sabemos, Jesús clamó al Padre suplicándole misericordia para todos los que
estuvieron en contra de Él y su mensaje, porque no sabían lo que hacían (Lc 23,
34). No conocían a Jesús; no conocían la Verdad. Domingo de Guzmán se deshacía
en lágrimas cuando veía alguna injusticia tanto hacia Dios como a cualquier ser
humano: «¿Qué será de los pobres
pecadores? ¡Concédeme, Señor,
una verdadera y eficaz caridad para cuidar con interés y velar por la salvación
de la humanidad!» A Dios se le conmueven las entrañas, porque tiene entrañas de
misericordia. A Jesús se le conmueve el corazón, se compadece y reacciona.
Domingo de Guzmán también se compadece y reacciona. Y yo:
Ø ¿Cómo se conmueven mis entrañas por la
humanidad que sufre?
Ø ¿Soy misericordia de Dios para el mundo que
se debate en la búsqueda del sentido y de la verdad?
Ø ¿Me hago oración para reclamar misericordia?
Ø ¿En qué y cómo manifiesto la compasión hoy,
aquí y ahora?
[1] A continuación presentamos un extracto de la reflexión del retiro.
Familia y
Vida consagrada
por José Amando Robles
Adorar en Espíritu y en Verdad
En la Iglesia católica este año puede considerarse el año de ambas
cosas. De la vida consagrada, porque así ha sido declarado por el papa, y de la
familia porque a ella ha querido el papa dedicar dos sínodos episcopales
sucesivos, el que se celebró el año pasado y el que se celebrará este año. Una
manera de ponernos como Iglesia a profundizar en la fe en ambas realidades, así
como señal inequívoca de su valor e importancia, en la Iglesia y en la sociedad
actual. En ambas se trata de dos instituciones quiciales, sobre las que en
cierto modo tiene que girar la renovación y el cambio que necesitamos, en la
sociedad y en la Iglesia. ¿Lo habrá pensado así programáticamente el papa? Al
respecto en la carta a los miembros de la vida consagrada el papa solo dice
bendecir al Señor por la “feliz coincidencia“ de ambos eventos, dado el apoyo
mutuo que ambas realidades pueden darse. En todo caso, sin renovación en
profundidad de la familia y de la vida consagrada, es poco pensable que se
pueda dar la renovación que necesitamos en la sociedad y en la Iglesia.
Históricamente las grandes renovaciones en la vida de la Iglesia han tenido su
comienzo y expresión en la aparición de nuevas formas de vida consagrada, así
como en la renovación en profundidad de formas de vida consagrada anteriores. Y
hoy, en la cultura actual, mucho más pluralista y laica, la renovación deseada
no se dará si no se da también en la pareja y en la familia cristiana.
Familia y vida consagrada parecen ser muy diferentes, casi
opuestas, como son diferentes y hasta opuestos el amor de pareja y la vida
celibataria, la vida espiritual dando forma a lo humano inmanente y partiendo
de él, y la vida espiritual apoyándose en la trascendencia humana
intuitivamente percibida, y a partir de ella. Pero ambas son eso, vida
espiritual, camino, llamada, sed de trascendencia, intuición permanente,
creación. Ese es su ser profundo y a él tienen ambas que ser fieles, cada una según
su modalidad, si es que quieren ser el ser pleno al que ambas están llamadas.
Pareja y familia, vida conyugal, paternidad-maternidad no se dan en plenitud
sin soledad, sin experiencia profunda de sí mismo, del propio ser, que, no sin
contradicciones y conflictos interiores, en la medida en que se superan, se
convierte en fe en el otro, fe conyugal, fe en los hijos, maduración,
desposesión de sí mismo, comunión y trascendencia, en una palabra,
espiritualidad. Espiritualidad que se convierte en llamada de todos hacia todos
y sigue llamando más allá de la muerte de los miembros que nos van dejando.
Como todo lo más valioso en la vida, se trata de reconocer esta dimensión, que
ya está ahí, y ser fiel a ella, para ser. Se trata de ser cada quien lo que es,
siendo pareja, siendo familia, creciendo, individual y colectivamente, en ese
ser, que es todo el Ser. Es la pareja y la familia como camino de realización
humana plena y total. Así vio, espiritualmente, pareja, paternidad y familia
Marcel Légaut, espiritual católico francés del siglo pasado, casado y padre de
seis hijos.
La vida consagrada no es otra cosa. Es la misma búsqueda, por
camino diferente. Es la misma búsqueda de ser, la misma búsqueda de plenitud.
Es una vida espiritual y de espiritualidad. Si le falta esto, si carece de esta
radicalidad y profundidad, es una institución humana más de servicio, una ONG,
como le gusta decir al papa Francisco a propósito de la Iglesia cuando no es
portadora de su especificidad. La vida de todo cristiano es una vida
consagrada, consagrada a ser plenos y totales. La llamada ‘vida consagrada’,
también. En todas sus formas, que no son las que la definen. No es el trabajo,
dedicación o carisma, como solemos decir, lo que las define, sino el ser
caminos y expresiones de espiritualidad. La vida consagrada o es camino y
escuela de plenitud de ser, de espiritualidad, o no es vida consagrada, se
convierte en un sucedáneo y es un sucedáneo, con todas las consecuencias: algo
formalmente parecido a lo que debería ser, con el mismo o parecido lenguaje y
referentes, pero muy distante de lo que debiera ser. La vida consagrada no es
una vida de dedicación y de trabajo, ante todo y sobre todo es una forma,
camino y búsqueda de ser.
¿No es esta la mayor carencia que estamos sufriendo hoy, la
carencia de la verdadera espiritualidad, la carencia de ser, en la sociedad y
en la Iglesia, en la vida consagrada y en la familia? El problema es que en
sociedades anteriores, culturalmente más religiosas, familia cristiana y vida
consagrada pudieron funcionar así. Pero están llegando tiempos, al menos eso es
lo que parece, en los que este modelo secular y hasta milenario ya no funciona,
en que se precisa una renovación espiritual, y ya no meramente religiosa,
en profundidad, y en el caso de la religión cristiana a comenzar por la familia
y la vida consagrada. Ambas tienen que encontrarse con su ser cristiano, el ser
pleno y total que están llamadas a ser. Sobre esta conversión, una nueva época
de renovación y de cambio vendrá para la Iglesia y para la sociedad. ¿Será por
eso que de hecho en el comienzo del pontificado del papa Francisco ambos
llamados coinciden? De hecho la renovación radical y profunda en ambas
realidades tiene que ser un programa de Iglesia, y tratándose de lo que se
trata, radical y profundo, verdaderamente evangélico, con sabor a Reino. ¡Lo
necesitamos!
Una Cuaresma de esperanza
Martes 3 de marzo de 2015
Editorial - Marzo 2015 - Nº 396
Tema del año 2014-2015:
“Esperar contra toda esperanza”
Cuaresma no rima con esperanza excepto este año en
el que todos los Equipos del mundo entero se prepararán a celebrar las
fiestas de Pascua con la esperanza de gustar la victoria del amor de
Dios sobre las fuerzas del mal. Recordemos que la Cruz de Jesús no nos
ha traído la muerte sino la vida y su resurrección es el gran signo de
su victoria. Esta abre de par en par las puertas del Reino y nosotros
caminamos juntos como pueblo de Dios hacia este reino de amor, de paz y
alegría.
Nuestra oración de intercesión por la salvación del
mundo redoblará su intensidad gracias al dinamismo de nuestra esperanza.
No olvidamos rezar por las víctimas de desgracias y por los cristianos
perseguidos en todas partes del mundo. No olvidemos terminar nuestra
oración por la conversión de los verdugos. El precio de la paz está al final del ciclo infernal de las venganzas .
También comparto con vosotros un nuevo motivo de esperanza a mi regreso de Gabón, en África Ecuatorial. He podido ver el magnífico esfuerzo de los Equipos del Rosario que, desde la capital Libreville, han salido en misión por todo el país. Se ha programado una última misión en 2015 para ir a la diócesis de Oyème, la única que no tiene Equipos del Rosario, mientras que sí los hay en las otras cinco diócesis. María nos pide visitar la población del campo y las periferias, ella que nos recibe aquí en casa.
Que todos los Equipos del mundo no olviden al pobre y aislado, al despreciado de las grandes capitales Pues todos nosotros somos misioneros, empezando por los más próximos. Los Equipos de Gabón que saludo desde aquí nos estimulan a todos en nombre de la esperanza que habita en nosotros. ¡Feliz cuaresma de esperanza!
También comparto con vosotros un nuevo motivo de esperanza a mi regreso de Gabón, en África Ecuatorial. He podido ver el magnífico esfuerzo de los Equipos del Rosario que, desde la capital Libreville, han salido en misión por todo el país. Se ha programado una última misión en 2015 para ir a la diócesis de Oyème, la única que no tiene Equipos del Rosario, mientras que sí los hay en las otras cinco diócesis. María nos pide visitar la población del campo y las periferias, ella que nos recibe aquí en casa.
Que todos los Equipos del mundo no olviden al pobre y aislado, al despreciado de las grandes capitales Pues todos nosotros somos misioneros, empezando por los más próximos. Los Equipos de Gabón que saludo desde aquí nos estimulan a todos en nombre de la esperanza que habita en nosotros. ¡Feliz cuaresma de esperanza!
P. Gilles Danroc, dominico
Capellán internacional
¿TENÍA RAZÓN VOLTAIRE?
Fr. Salustiano Mateos
Nuestros conventos están poblados de personas cuajadas de años, con historias muy enjundiosas, cargadas de entrega y servicio a la cause del evangelio que no es otra que haber vivido para ayudar, acompañar y apoyar a los hombres y mujeres desde el carisma que nos define. Pero los años se van desgastando y no es raro que, con frecuencia, nos toque asistir a despedidas de hermanos que han concluido su paso por esta tierra. No es frecuente ver a ningún fraile derramar lágrimas por quien nos ha dejado. Y es en esos momentos donde uno recuerda aquella frase, verdadera o falsamente atribuida a Voltaire, no lo sé, cuando afirmaba de los religiosos que “llegan sin conocerse, viven sin amarse y mueren sin llorarse”. Ignoro cuántas comunidades de religiosos conoció Voltaire para acabar concluyendo algo tan drástico para convertirnos en seres fríos y deshumanizados.
La primera parte es verdad; tan verdad como lo es para la mayoría de las relaciones humanas. La vida, Dios, nos va llevando por vericuetos desconocidos donde vamos topándonos con personas que acaban convirtiéndose en hombres y mujeres significativos para uno. Llegamos a la vida religiosa sin conocernos. ¿Es malo? Llegamos porque creemos sentir la misma vocación, la misma llamada, y ese factor es el que nos une y nos cohesiona. El segundo elemento de la frase, vivir sin amarse, habrá que dilucidar qué es amarse. Para dejar claro el principio, hemos de recurrir a lo que nos invita la regla de San Agustín que, en sus primeras líneas, nos recuerda que “ante todo hemos de amar a Dios y después al prójimo porque estos son los mandamientos que principalmente se nos han dado”. Es decir, hay que amar ya que es lo fundamental. Lo del amor, sin embargo, es complejo, lo sabemos todos. Queremos verlo hecho realidad y para ello esperamos gestos, actitudes, comportamientos que reflejen esa actitud interior que hace que nuestro trato tenga la consideración, el respeto, la cercanía y el cariño hacia aquellos con quienes convivimos. Pero todos sabemos de lo ambigüedad que puebla ese territorio del mundo gestual. ¿Se aman los religiosos? Tengo por cierto que sí. Nos importa la vida de los demás, nos duelen los sufrimientos del otro, nos acompañamos y apoyamos en las dificultades, estamos ahí para lo que haga falta… Lo hacemos marginando gestos artificiales o expresiones untuosas que transmiten algo poco natural y que, quizá, en otros contextos tengan su sentido. Pero el amor, convertido en preocupación por el otro, es real.
¿Morimos sin llorarnos? Ciertamente son pocas las veces que he visto llorar en el funeral de un hermano; alguna vez lo he visto, sí, pero no es frecuente. ¿No sentimos dolor porque no expresamos ese sentimiento con lágrimas? Falso. Más de uno reprime el llanto, seguro. Por dentro hay lágrimas, pero soy consciente de que, con lágrimas o sin ellas, el dolor nos acompaña. Ese alguien que nos ha dejado ha sido hermano, con todos los matices que se quiera, y su ausencia deja un hueco hondo. Cuesta pasar junto a su habitación y no poder dialogar con él lo que era habitual. Cuesta rezar o cantar y sentir que su espacio está vacío. Es duro no haber podido compartir con él aquello que merecía la pena y, como ocurre en toda vida, se nos fue con la esperanza de que habría momentos mejores para hacerlo. Evidentemente no es el sentimiento que nace de la sangre; tiene otro carácter, profundo y auténtico como aquel, pero manifestado de forma discreta. Tanto nos importa quien se ha marchado que en nuestras plegarias están presentes cuantos nos han abandonado a lo largo del camino. Para algunos eso no es amor. Para otros, que medimos la realidad desde coordenadas más amplias, es una forma de expresar amor a quien quisimos y seguimos queriendo, pese a que las lágrimas no sean la manifestación expresa de ese dolor. La fe enmarca la realidad con un carácter trascendental y quien se fue sabemos que sigue vivo. Es desde esa certeza desde la que uno sigue caminando contando, en ese camino, con el recuerdo y la ayuda de quienes aquí abajo fueron, no solo compañeros, sino hermanos de verdad.
Fr. Salus
3 de marzo de 2015
Haití, una buena noticia
Editado por
Sor Gemma MoratóCon gran alegría he recibido la noticia de que el día 2 de marzo se inauguraba en Haití el Centro de Pediatría “Marie Poussepin”. Nuestras hermanas Dominicas de la Presentación que vivieron en propia carne el terremoto del 12 de enero de 2010, ahora tienen el gozo de ver levantado el centro de pediatría que desde hace años suspiraban. Un centro para atender a tanta niñez desprotegida era su sueño, y el Señor ha movido muchos corazones para que este sueño se hiciera realidad.
Han sido cinco años de entrega sin igual a esta población que tanto aman y que por su entusiasmo hacen amar a los que vivimos lejos de este país. Cinco años que poco a poco han visto construir grupos de casas para los damnificados, reconstruir escuelas, atender cientos de pacientes en el dispensario que dirige una de nuestras hermanas, asistir muchos pacientes en el centro de recuperación para mutilados, secar tantas lágrimas de los pobres que perdieron lo poco que tenían y especialmente a sus seres queridos, ayudar a recobrar la esperanza perdida ante tanto desastre.
Este es el milagro de la caridad, de la compasión de todos aquellos que no pasaron de largo ante el dolor ajeno. GRACIAS A TODOS LOS QUE COLABORARON.Texto: Hna. María Nuria Gaza.
OFERTAS DE FELICIDAD EFÍMERA
"La hojita" En el N. 76 que corresponde al mes de
Marzo de 2015
Fr. Ángel Pérez Casado
En las
entrañas más profundas de nuestras vidas, llevamos un deseo permanente de
búsqueda de la felicidad. Hay momentos en que parece que la hemos tocado con la
punta de los dedos, o incluso que la hemos alcanzado. La experiencia humana nos
dice, que la felicidad no se nos da de una vez para siempre, sino que las cotas
más auténticas y duraderas de felicidad han supuesto un generoso y perseverante
esfuerzo... Y aún así siempre nos quedará una ventana abierta para colmar
nuestros ilimitados deseos de una manera definitiva.
Esta
necesidad de felicidad, es bien conocida por los centros de poder y de
comunicación de nuestra sociedad, que a través de sus potentes medios de
propaganda hacen ofertas de felicidad, tan rápidas e intensas, como efímeras o
engañosas. Gran parte del comercio y de los espectáculos de todo tipo:
deportivos, musicales, juegos de azahar y de ocio..., degradan y utilizan
hábilmente nuestros mejores deseos a favor de sus intereses económicos, que en
algunas ocasiones generan violencia, o crean mitos vulgares de la canción o el
deporte... En otras sin escrúpulo alguno, engañan descaradamente con el
lucrativo negocio de la droga, la prostitución, la corrupción económica..., en
la que caen atrapados los seres más indefensos de nuestra sociedad.
Ante todo
hemos de ser conscientes, que la verdadera felicidad mientras peregrinamos por
esta tierra se mueve dentro de unos límites o limitaciones que debemos aceptar.
El esfuerzo y la lealtad por alcanzar la pequeña y sencilla felicidad de cada
día, aparte de sosegar y darnos la paz de nuestro espíritu, es a la vez señal y
estímulo que nos conduce al encuentro con el Dios de la Vida Eterna, de la
Bondad Plena y del Amor Ilimitado. Somos seres creados y limitados destinados a
encontrar la plenitud de nuestros mejores deseos con el Dios Creador, que nos
ha hecho participes de su naturaleza divina.
En este
tiempo previo a la Semana Santa, y en referencia a lo que acabamos de decir,
sería bueno que tuviéramos presentes las palabras de Jesús: “Si alguno tiene
sed que venga a mí y beba.” Y estas otras: “Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue no anda en tinieblas sino que tendrá luz de vida.”
LAICOS DOMINICOS
Viveiro
3º DOMINGO de CUARESMA “B”
8 de marzo de 2015
D. Félix García O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de Viveiro (Lugo)
LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 2, 13-25
En
aquel tiempo se acercaba la pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y
encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los
cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles los echó a todos del
templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó
las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quitad esto de aquí: no
convirtáis en un mercado la casa de mi Padre". Sus discípulos se acordaron
de lo que estaba escrito: "el celo de tu casa me devora". Entonces
intervinieron los judíos y le preguntaron: "¿Qué signos nos
muestras para obrar así?” Jesús contestó: “Destruid este templo y en tres días
lo levantaré.” Los judíos replicaron: "Cuarenta y seis años ha costado
construir este templo ¿y tú lo vas a levantar en tres días?” Pero él hablaba
del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos
se acordaron de que lo había dicho, Y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dicho
Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron
en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos,
porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un
hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.
COMENTARIO:
Nos
encontramos hoy con Moisés que baja del
monte con la Ley
del Señor. Una ley sencilla, sin complicaciones que se puede traducir desde el principio como amar a Dios y al prójimo sobre todas las cosas algo sencillo, básico, que después los hombres nos hemos
ocupado de comentar, aumentar, precisar, complicar y hacer que una ley,-
que no se aleja de la ley natural-, se
vuelva enrevesada, compleja, casi incumplible. Tendrá que venir Cristo para
volver a decirnos que lo importante es
el amor, no las normas. En palabras del propio San Juan: “ama y haz lo que
quieras”, no porque puedas dar rienda
suelta a tus caprichos, sino porque el amor te
impedirá hacer el mal.
En el Evangelio de hoy encontramos a un Jesús un tanto
insólito, violento, dispuesto a desalojar el templo, derribar el culto
tradicional e iniciar la nueva forma de relacionarse con Dios. Parece que Jesús
nos está invitando a abandonar el templo
y lo que supone de estructuras rígidas, de un lugar fijo donde mora Dios, para
abrir la puerta al Dios Padre amoroso con el que el hombre se deberá relacionar
en espíritu y en verdad.
El hombre no necesita magníficas construcciones donde
encontrar a Dios. El templo puede ser un
ambiente acogedor, tranquilo, donde el hombre pueda encontrar el silencio que
le permita descubrir al Dios que mora en su corazón y nunca será un espacio
exclusivo donde tomar contacto con la divinidad. No es necesaria una
construcción, basta con que el espíritu esté abierto y dispuesto a encontrarle
y establecer un diálogo íntimo con Él.
Jesús ha enarbolado el látigo que despoja de adherencias la
vida del espíritu. Podemos quedarnos en lo gráfico del relato y seguir pensando
en lo malos que eran los judíos
–pérfidos judíos hasta hace poco en la liturgia del Viernes Santo- y dejar que
el mensaje que contiene pase desapercibido, quede oculto, no nos interpele ni
intranquilice.
O bien podemos aplicar la censura a todo aquello que los
hombres hemos ido añadiendo a la
Palabra, derribar las mesas cambistas del dinero que pretende
comprar a Dios, arrojar fuera los rebaños de incongruencias con las que damos
culto y nos quedamos tan a gusto, para empezar a ver el rostro verdadero de
Jesús, alejado de rituales, abierto el corazón para derramar el amor de Dios a
la humanidad. Esto es lo que Él quiere, aunque
es posible que la parafernalia que rodea algunos cultos oculte la Palabra y la
faz de Dios a los hombres que nos contemplan y, tal vez, a nosotros mismos.
Nos quejamos por que los templos, nuestros templos, se
quedan vacíos, pero es posible que debamos entonar un “mea culpa”, porque puede
que seamos nosotros, los que nos decimos devotos cristianos, los que
presentamos un Dios tan deforme, tan hecho a medida humana, tan cruel y
vengativo o tan papanatas, que no resulta creíble ni para nosotros mismos,
aunque nos quedemos muy tranquilos porque al cielo, lo que se dice al cielo,
iremos los de siempre, y eso ya le tenemos comprado..
Hagamos que Dios more en nosotros y sirvamos de luz a los
que nos rodean para que ellos también puedan despojarse de sus quincallas y podamos todos llegar limpios y abiertos a la
Pascua. Jesús nos lo pide en este domingo.
D. Félix García Sevillano, OP.
VÍDEO DE HOY:
Entrevista a Joan Coscubiela: Las organizaciones de trabajadores en el nuevo escenario
Creado el 3 marzo 2015 por CiJ
Cristianisme i Justícia. Con motivo de su paso por el seminario social interno de Cristianisme i Justícia
en el que este año abordamos el tema del trabajo desde diferentes
perspectivas aprovechamos para hablar con Joan Coscubiela, sindicalista y
político, sobre cómo organizar a los trabajadores y trabajadoras en el
nuevo escenario socioeconómico.
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