Cuarta sesión de las Conversaciones de San Esteban, con Cristina de la Cruz, profesora de la Universidad de Deusto.
En el
Capítulo Nuevo del convento de San Esteban, se ha celebrado la IV sesión de las
Conversaciones de San Esteban, impartidas por la profesora de Deusto Cristina
de la Cruz. Nos presentó una reflexión de los valores, principalmente
económicos, desde la filosofía y la ética y las alternativas desde una economía
solidaria.
Cristina es una
excelente compañera, de trabajo llena de iniciativas, que se caracteriza por afrontar con
decisión e ilusión todos los retos de lo nuevo. Así, todos los promotores de
algún área han ido solicitando su colaboración y ella la ha ido dado con creces.
Así comenzó la presentación Fr Juan
Manuel Almarza, director de las Conversaciones de San Esteban.
Como profesora de filosofía moderna, su punto de partida, sus referentes, más que
propiamente filosóficos, vitales, han sido David García Baca y María Zambrano,
donde adquiere relevancia el tema de la piedad, una forma de participación
creadora. Una obra de este período que abría el camino hacia la dimensión
práctica es el pequeño libro “Practicum de filosofía” en el que tuvimos la
oportunidad de colaborar juntos en un
proyecto que intentaba aproximar la filosofía al ámbito de las actividades
prácticas.
Como profesora del departamento de ética, los temas en torno a los que giran su docencia e
investigación son: la responsabilidad ética y social de los centros
universitarios, la responsabilidad en el tercer sector o de los servicios
sociales, la banca ética como herramienta de acción política, los rostros
silenciados de la responsabilidad, la responsabilidad ciudadana, la
responsabilidad en el ámbito de las organizaciones. Otro ámbito de su docencia e investigación viene determinado por su
colaboración con el Instituto de Ocio y tiempo libre, que en Deusto tiene
una gran proyección social. Así ha
impartido clases y ha investigado sobre ocio y ética, modelos de intervención
en ocio, etc. Otro aspecto no menos importante, es que la dimensión solidaria
es un compromiso personal y familiar: desde hace muchos años viene colaborando con el pueblo saharaui y
acogiendo a algún niño en su familia durante los veranos…
La profesora
Cristina de la Cruz, partió en su intervención, de la necesidad de poner en sospecha la idea de que vivimos en
una crisis de valores. A esta idea dedicará la primera parte de su
exposición. En nuestro mundo en crisis, los valores ocupan un lugar central,
pero desde la incertidumbre y el relativismo subrayando que se ha perdido la
brújula. Pero a esta constatación, le sigue el silencio o la resignación ante
la realidad vivida. Una impotencia envuelve al individuo ante fenómenos como la
corrupción, la mercantilización de la sociedad o la intolerancia. Normalmente
en la sociedad se tiene una idea vaga de
los valores y desde esta una conciencia de pérdida del norte ético. Pero esta apelación a la crisis de valores, esconde
una visión conservadora de los valores. Los valores son parte de un sistema
amplio y que se encargan de delimitar lo bueno o malo en una esfera de nuestra
vida. No todos los valores valen lo mismo, no todo vale, ya que unos promueven
la solidaridad y otros la crueldad o la injusticia. Parece que los que están
más en crisis, son lo más humano de la persona. Pero hay valores que son imprescindibles, como la solidaridad.
La filosofía
nos enseña diferentes prácticas de la solidaridad, para ello la profesora
Cristina de la Cruz so valió de un ejemplo: El tren de la muerte utilizado por los inmigrantes hacia
Estados Unidos. Subrayó los secuestros y desapariciones, violaciones de mujeres
y niñas, asesinatos, que se producen. En medio de la tragedia, mujeres
mejicanas tiran bolsas de comida hacia estos trenes de mercancías. Pero también
los emigrantes, cruzando la frontera, son recibidos por patrullas de civiles
que controlan el paso con cámaras desde el ordenador de su casa. Al otro lado
de río grande lo consideran un valor, protegen a sus ciudadanos de la
inmigración con la idea “no hay para todos”. Pero el proteger a los ciudadanos
es la misma idea de las mujeres que tiran comida, proteger a los ciudadanos,
cualquiera de los que viajan puede ser un hijo o un familiar. Como vemos se
puede aceptar un sentido u otro de la solidaridad, sobre todo el que más nos
conviene. Esta solidaridad se forma en narraciones que vamos construyendo en
nuestra sociedad. El nicho cultural no nos ayuda a comprender otras lógicas de
razón y alternativas sociales que buscan transformaciones de esa sociedad.
Muchos de los valores como ¿qué hace un banco con mi dinero?, nos los hemos
empezado a plantear desde la crisis económica.
La segunda
parte de la intervención, la profesora se centró en cómo construir un mundo mejor desde una economía solidaria, que ponga a la persona en el centro. Desde el inicio del capitalismo surgieron
asociaciones y grupos que han querido ser una alternativa a la economía clásica.
Destaca desde el siglo XIX la economía social que ha querido ser otra forma de
hacer economía. En estas experiencias ponen en el centro a la persona, las
decisiones se toman de forma democrática, una autonomía frente a los agentes
externos, así como del destino de los excedentes. En este desarrollo histórico
está la economía solidaria, con otros
parámetros económicos, donde la relación
entre producción y consumo, están basados en la justicia, la distribución y la ayuda mutua.
Esta
economía está adquiriendo una gran relevancia en América del Sur como en Brasil
y empieza a tener un crecimiento en nuestra sociedad desde la crisis del año
2007. Ésta puso en evidencia que el libre
mercado especulativo está fuera de todo control. Desde aquí se quiere
subrayar una economía solidaria, que reivindica la economía no sólo como medio,
sino también como fin. Rescata la finalidad de la economía como función social,
ésta deberá contribuir a mejorar la vida de las personas y de su medio social.
La economía solidaria es una práctica
transformadora, que convierte la práctica económica en acción política. La economía solidaria nos ayuda a ver
críticamente la sociedad, promueve iniciativas democráticas y éticas de
emancipación, acciones solidarias que recuperan la función que tenían que tener
las personas, la comunidad y el medio ambiente desde principios éticos y
políticos.
Cristina de la Cruz es Directora del Doctorado en
Estudios Internacionales e Interculturales. Doctora en Filosofía, en la actualidad
es profesora de Ética en la Universidad de Deusto. Profesora e investigadora
visitante en numerosas universidades de Europa y América Latina. Asesora a
distintas iniciativas sociales en cuestiones relacionadas con la ética
organizacional y participa en diversos Comités de Ética. Autora de numerosas
publicaciones, entre ellas destacan: La
dimensión ética de la responsabilidad social (Bilbao, 2005); Banca ética y Ciudadanía (Madrid, 2008);
Igualdad, Exclusión y Ciudadanía
(Bilbao, 2008); Responsabilidad social
universitaria. Manual de primeros pasos (México, 2009); Crisis de la Democracia (Salamanca,
2010); Responsabilidad Social
Universitaria (La Coruña, 2010), Victimas,
todas iguales, todas diferentes (Bilbao, 2011), 15-M Bilbao Estudio de dinámicas sociales en torno a las movilizaciones
del 15-M en Bilbao (2012), La
responsabilidad social en las organizaciones del Tercer Sector (2012) y Procesos de adecuación ética (2012, en
prensa).
Próxima sesión el día 2 de diciembre, que intervendrá Jesús Conill Sancho, Catedrático de
Filosofía de la Universidad de Valencia: El
nuevo mundo de la ciencia y la filosofía ¿Hay un lugar para el Humanismo en
tiempo de las neurociencias y biotecnologías?
Juan Antonio Mateos
Pérez
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