miércoles, 6 de marzo de 2019

Ceniza y corazón

Y el camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.
Francisco
La Cuaresma te invita a dar una versión nueva a tu vida: la de Cristo. Te hace libre, orante y generoso. Vive esta gracia.
Carlos Osoro

La Cuaresma para un cristiano es un preámbulo que le introduce en el Misterio Pascual de Cristo, celebración más importante del calendario litúrgico y de la vida cristiana. Con la ceniza se abre la Cuaresma, que puesta a la vista de todos quiere recordar el sentido penitencial que tiene este tiempo de conversión hacia la Pascua.
Los primeros datos de la Cuaresma se remontan al siglo II, aunque en el formato de los cuarenta días comenzará en el siglo IV. Será la confluencia de tres itinerarios, la preparación de los catecúmenos a los sacramentos de iniciación que culminaban en la Pascua, las celebraciones penitenciales y la participación de la comunidad, acompañando a las dos anteriores como preparación a la Pascua.
La Ceniza se empezó a imponer a todos los fieles en el siglo IX, cuando empezó a decaer la práctica de la penitencia pública (ordo paenitentium). Se conservó la fecha tradicional, es decir, el miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma, como un signo de conversión ante la llamada de Dios. Con la imposición de la ceniza se nos invita a una profunda revisión de nuestra vida, de nuestras actitudes, así como a un tiempo de conversión y purificación. De liberarnos de todo aquello que nos estorba para encontrarnos con Dios, de vivir en verdad y de corazón ante el Padre y los hermanos.
La Cuaresma es por excelencia un kairós, un tiempo oportuno, un tiempo intenso, creativo, caluroso, participado, orante, de salvación. Donde cada cristiano se renueva en su vida de gracia, de incorporación a Cristo que muere y resucita. Es un tiempo oportuno para la escucha de la Palabra, tiempo para la reflexión personal y para hacer silencio en el corazón y en la vida, lugar privilegiado para el encuentro con Dios.
La liturgia cuaresmal, rica en símbolos, utiliza la palabra conversión. En griego, la palabra “metánoia significa “cambio de mentalidad”; así como la palabra latina “conversio”, es “cambio de dirección”. Para encontrarse con Cristo en la Pascua, el creyente busca un cambio de mentalidad lejana al evangelio, por otra que pone su acento en la misericordia y en el perdón: conversión de una vida mundana, carnal y alejada de Dios, por una vida centrada en el espíritu; conversión del egoísmo y el narcisismo, por la apertura a Dios y al prójimo, sobre todo a los más necesitados. La conversión entra en la hondura del corazón, en lo más profundo del ser cristiano, ya que es morir con Cristo para resucitar con Él: Rasgad los corazones, no las vestiduras, convertíos al Señor Dios vuestro.

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lunes, 25 de febrero de 2019

Trabaja por la justicia social


 

Lo que nos mueve, con razón suficiente, no es la percepción de que el mundo no es justo del todo, lo cual pocos esperamos, sino que hay injusticias claramente remediables en nuestro entorno que quisiéramos suprimir
Amartya Sen


El siglo XX es ininteligible si no se tiene en cuenta lo que significan en él estas dos palabras juntas: ‘justicia social’. Es algo indiscutido; todo el mundo la pide; nadie la niega, menos se atrevería a oponerse a ella
Julián Marías

Lo humano debe ser el pilar de los parámetros políticos y económicos, desde la dignidad de la persona y su participación activa en el bien común. Vivimos en una profunda crisis no solo de valores, las contradicciones del propio capitalismo, está provocando que la verdadera justicia social esté perdiendo su verdadero sentido. Los medios nos muestran cada día que muchos seres humanos carecen de importancia, son residuos donde su dignidad no cuenta. Para hacer presente los derechos más elementales necesitamos un fundamento ético global que nivele las desigualdades y pueda generar justicia.
La justicia social es un marco de reconocimiento y encuentro, una reivindicación en la que debemos estar unidos todos, creyentes y no creyentes. La justicia social tiende a asegurar el respeto y la promoción de los derechos para todos, principalmente para los menos favorecidos, inscribiendo estos derechos en las estructuras y en el funcionamiento de la sociedad. El 19 de noviembre de 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas deciden declarar que el 20 de febrero de cada año se celebre el Día Mundial de la Justicia Social.  Este año con el lema “Si quieres paz y desarrollo, trabaja por la justicia social”.
La celebración de este día busca apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos. Afirman las Naciones Unidas que la creación de empleo de mayor calidad y un mejor acceso al trabajo para el 40 por ciento de los más desfavorecidos podría significar un aumento de los ingresos y contribuir a que las sociedades estuviesen más cohesionadas y fueran más equitativas. Por este motivo, son importantes para prevenir conflictos violentos y abordar los desafíos posteriores al conflicto. Para las Naciones Unidas, la búsqueda de la justicia social universal representa el núcleo de su misión en la promoción del desarrollo y la dignidad humana.

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