Martes.
Hoy hemos tenido la primera sesión plenaria para ir discutiendo y
aprobando los documentos mediante un procedimiento muy singular que
permite la presentación de enmiendas al texto presentado, que son
asumidas si lo aprueba la comisión que lo redactó. En caso de que no la
aprueben, se someterán a votación de la sala sólo si cuenta al menos con
10 votantes que apoyen la enmienda.
Capítulo General DominicosLa revisión de cada punto se hace de uno en
uno, primero se atienden a las aclaraciones y a continuación a las
presentaciones de enmiendas y sus discusiones. Cada intervención dispone
de sólo 3 minutos y la discusión de una enmienda sólo puede durar diez
minutos. Si sobrepasa este tiempo se retira. Si esta no es aprobada se
procede a la votación de lo que propone la comisión. El procedimiento
permite una discusión verdaderamente democrática, pero pone límites al
tiempo. Esto exige que se lleven las enmiendas por escrito y en la
lengua original del documento, que se exponga en muy breve tiempo y se
voten.
La votación se realiza agrupando en un bloque varios números que
desarrollen cuestiones semejantes a propuesta de la comisión que
presenta el documento. Se aprueba en la lengua en que fue redactado el
documento, pero todos los votantes disponen del texto traducido a su
lengua y también puede seguir e intervenir mediante traducción
simultanea. Un procedimiento muy claro y regulado que proporciona rigor,
posibilidad de participación y rapidez. Se nota que llevamos
practicando la democracia desde hace casi 800 años. Aunque muchos
asistimos a un Capítulo General por primera vez aprendemos rápido el
procedimiento.
El primer documento sometido a su aprobación ha sido el de Gobierno,
presentado en inglés. Después de un presentación general de palabra por
parte del presidente de la comisión, se procede a la discusión punto por
número. Cada uno de ellos es propuesto con la forma jurídica
distinguiendo si es una ordenación, una petición, una exhortación o
felicitación que, como os dijimos, son formas jurídicos que precisan su
calidad jurídica o el carácter de su obligatoriedad.
En su presentación se advirtió que lo que se pretendía era simplificar
la estructura de gobierno adaptándola a las necesidades actuales. Esta
estructura tiende a la supresión de los vicariatos generales y
regionales (quedando sólo los vicariatos provinciales) mediante su
configuración como Vice-Provincias, es decir, confirmando su autonomía, o
bien como conventos o casas vinculados directamente a su provincia
madre favoreciendo su protección o atención directa al formar parte de
la misma. También se propone la unificación de distintos vicariatos
provinciales de una misma zona, como es el caso de El Caribe, para
llegar algún día a configurarse como Vice–Provincia. El caso es que los
vicariato generales y provinciales se han convertido en permanentes,
perdiendo la tensión por llegar a ser entidades autónomas. Por eso se
pide que se conviertan en entidades autónomas, si es el caso, o se
integren como conventos o casas de su propia provincia-madre. En este
proceso intervienen no sólo la funcionalidad sino también la historia y
los sentimientos nacionalistas… lo que hace difícil las decisiones.
Alguien puso el dedo en la llaga al decir “Yo no puedo admitir un prior
que no hable mi propia lengua….”. Esto nos recuerda que las comunidades
no se componen de ángeles sino de sujetos de condición humana, condición
que no podemos obviar.
También se contempla en el documento el proceso de fusión de las
provincias de la JIP. Una oportuna enmienda de Vicente Botella, de la
Prov. de Aragón, hizo que el Capítulo General no se anticipara a una
decisión que tomarán las provincias este mismo verano, aunque pueda
preverse. Lo que no se puede hacer, y menos en un documento jurídico,
poner el carro delante de los bueyes. Para eso están las sesiones
plenarias, pues los componentes de una comisión saben lo que tienen que
decir pero no conocen los detalles…
Toda una serie de números precisan el apoyo y colaboración entre
Provincias madre y Viceprovincias débiles en su proceso de autonomía…
Una propuesta concreta de la comisión dirigida al Maestro de la Orden
sobre algún aspecto que se le pide en las visitas canónicas, alguien le
preguntó públicamente si lo que le pedían lo consideraba útil.
Respondió: “Al Maestro le parece útil todo lo que le pida el Capítulo
General”. ¿Son así nuestros políticos? …¿o algunas autoridades,
incluídas las eclesiásticas?
Creo que no es hora de quejarse de los jefes sino, en nuestro caso, de
dar gracias a Dios por el que nos ha concedido. Sin grandes signos, le
gusta la sencillez y afrontar los grandes temas, esos que casi siempre
queremos dejar para mañana y que no dependen de emociones sino de
reflexión seria a partir de la experiencia pastoral de quienes trabajan
entre los problemas vitales... Es lo que él nos propone. El documento
también dedica dos puntos a las Fraternidades Laicales.
Todos los puntos fueron aprobados por goleada, salvo un par de ellos,
entre los cuales está la moción que presentó Vicente, en espera de una
redacción correcta y su traducción a las otras dos lenguas. Esto quiere
decir dos cosas: que el documento estaba muy bien hecho (¡enhorabuena!) y
que las líneas que marca, siguiendo las pautas marcadas por el Capítulo
General e Roma, no tienen ninguna oposición o es irrelevante…
Mañana continuaremos con la discusión y aprobación del documento presentado por la comisión de economía…
Buenas noches…
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