jueves, 23 de mayo de 2013

Vivencias de Pentecostés

Pedro Becerro Cereceda
 Pentecostés para mí siempre ha sido una fiesta importante, aunque en los últimos años, desde que comencé a asistir a las reuniones de los carismáticos de San Pablo más todavía. Terminó el tiempo de Pascua. Jesús “ascendió” al cielo y nuestra “orfandad” la repara el Espíritu Santo. Más o menos lo entiendo; pero no sé explicarlo. Por ello sólo voy a hablar de mis vivencias respecto a este día tan importante para la Iglesia. Comienzo a escribir esta “croniquilla” en la mañana del 20 de mayo de 2013, en que se celebran romerías a la Virgen en muchos sitios. En La Alberca celebraron la de Majadas Viejas el sábado y ayer, cuando fui a la minerva del Santísimo por ser tercer domingo, me encontré con la sorpresa, de que había procesión con la Virgen de la Asunción. Alrededor de la iglesia. Fue brillante, poca gente y muchos y muchas con capas, pues al haber minerva muchos cofrades del Santísimo la llevábamos. No había estado en la Alberca, en ése día desde que murió mi padre, cuyo entierro fue, una gracia especial, por la tarde en el día de Pentecostés, pero como fue por la tarde no sabía hasta ayer lo de la procesión con la Virgen. Ayer domingo, otra vez misa por la tarde, con el grupo de carismáticos en la parroquia de San Pablo...
“Ven Espíritu Divino,
Manda tu luz desde el cielo...”

Yo me pregunto ¿Qué relación hay entre Pentecostés y la fiesta de la Virgen? Me imagino que es por el relato de Hechos 1, 14 “Todos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús...” He preguntado a eminentes teólogos y sacerdotes y me han comentado que esa puede ser la causa. Andrés, mi primo el salesiano, relaciona el tema con la Vírgenes aparecidas, como la de Majadas Viejas, escondidas en la Edad Media, sin duda por miedo a los musulmanes y las romerías propicias en tiempo de Mayo. Leo, nuestro párroco, opina lo de Hechos, 1,14 y el P. Lastra textualmente dice: “Es frecuente la representar artística de María con los discípulos recibiendo al Espíritu Santo. A esa razón se une que con frecuencia Pentecostés cae en Mayo, dedicado a María y buena época para romerías” El P. Juan Huarte: “María, mediadora de todas las gracias, es protagonista en la imagen lucana del "Cenáculo a cielo abierto", en acertada expresión
del Papa Francisco. En Pentecostés asistimos a la constitución de la Iglesia por el Espíritu y María es su Madre”. El P. Cosme afirma que en toda fiesta está presente María, por lo que Pentecostés no iba a ser una excepción. El sábado, vigilia de Pentecostés se celebró una procesión en el Arrabal de Salamanca, con la Virgen de la Encarnación y esta también puede ser una clave, pues aunque ya conocemos la Anunciación, voy a escribirlo, como si rezara humildemente el Ave maría: El ángel Gabriel le dice a María “Alégrate”, llena de Gracia el Señor está contigo., porque has hallado gracia ante los ojos de Dios. Vas a concebir un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. “El Espíritu Santo” vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Lc 1, 28.31.35 En la procesión de la Alberca, cuya foto adjunto, se cantaba el Magníficat. No podía ser otro canto: “El Señor hizo en mi maravillas, ¡Gloria al Señor!” Y en eso estamos en las postrimerías del mes de Mayo, meditando en estos misterios. No buscando certezas, ni investigando temas antropológicos. Sólo intento expresar las vivencias interiores, aunque como dice una canción carismática: “Hay momentos que las palabras no alcanzan para decir lo que yo siento...” Para terminar, trascribo, la Santa María “Madre de Dios, ruega por nosotros tus hijos, ahora y en la hora de nuestra muerte y resurrección”, como la reza el P. Carlos G. Vallés. Lo de pecadores lo dejaremos para otra ocasión, pues su Gracia brota y “remata mi faena”, como dice al pasodoble del P. Guervos a la Virgen de la Peña de Francia. Termino de escribir estas vivencias el 23 de Mayo, víspera de María Auxiliadora

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