lunes, 8 de julio de 2013

Imaginando los caminos de Pablo: Berea (Véria)















Juan Antonio Mateos Pérez
 
Volvemos después de unos días a vueltas con Unamuno, podemos centrarnos de nuevo, en los caminos de Pablo. Estamos en el año 50 d.C y Pablo funda en Berea, una pequeña comunidad cristiana como nos recuerda Hechos (17,10-15; 20,4). Es curioso que de todas las evangelizaciones de Pablo descritas en Hechos, la de Berea, no tenga ninguna correspondencia del Apóstol. Predica en la sinagoga, tiene cierto éxito en ella, es perseguido por los judíos venidos de Tesalónica y marcha. Pero Timoteo y Silas se quedan en Berea y Pablo marcha solo a Atenas. Senén Vidal, en su excelente obra de Pablo, de Tarso a Atenas, nos dice que Pablo estaba preocupado por el estado de las comunidades recientemente fundadas en Macedonia, decide enviar a Timoteo y a Silvano a visitarlas y animarlas, quedándose él solo en Atenas (1 Ts 3,1-5; Hch 17,14-15), separándose en aquí en Berea.


No sabemos dónde predicó la Buena Noticia Pablo en Berea, ¿fue en el emplazamiento de la iglesia ortodoxa dedicada a San Pedro y a San Pablo?
Parece que Pablo al salir de Tesalónica, podría haber seguido por la vía Egnatia, con la intención de atravesar Iliria, cruzar el Adriático y presentarse en Roma. Pero puede ser que sus planes no pudieran llevarse a cabo, por el edicto de Claudio, que expulsaba a los judíos de la ciudad de Roma. Así cambió de rumbo y se dirigió directamente a Atenas, bordeando la costa de Grecia. El propio Pablo nos habla de los numerosos intentos de ir a Roma (Rom 1,13; 15,22).
Situada a 65 kilómetros al suroeste de Tesalónica y a 40 kilómetros del mar Egeo, tiene al sur el monte Olimpo, la mítica residencia de los principales dioses del antiguo panteón griego. En la época de Alejandro Magno, crece la ciudad, donde se construirán templos a los dioses Zeus, Ártemis, Apolo y Atenea, principalmente.

Berea, fue la primera ciudad de Macedonía que se sometió al poder romano, en el 168 a. C. El propio general Pompeyo estuvo en la ciudad en el año 49, antes de ser vencido por César en la batalla de Farsalia, al sur de la actual Larissa. En la época romana, tiene su máximo desarrollo con Diocleciano, que hace de la ciudad un importante centro de Macedonía. Este crecimiento es constante ya en el imperio Bizantino, hasta que la ciudad es conquistada por los Búlgaros. Durante las cruzadas fue conquistada por los normandos, los francos y hacia el siglo XIV por los serbios, para pasar después al imperio Otomano hasta 1912.
Hoy la ciudad conserva sus barrios históricos y monumentos notables, con más de cincuenta iglesias bizantinas, con lo que se le ha otorgado el título de pequeña Jerusalén. Se puede visitar la Torre de mármol, del siglo III a. C.; El museo Bizantino o el sitio arqueológico de San Patapios, con importantes textos de arte y espiritualidad.

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