Los
coloquios del sábado, dedicado al paso de los principios filosóficos a las normas jurídicas, comenzaron con la interesante y profunda ponencia de la profesora Simona Langela, procedente de la Universidad de Génova, gran conocedora de Francisco de Vitoria. La profesora Simona, que ya tuvimos la suerte de conocer hace tres años en el coloquio "La pasión se hace grito", en conmemoración al quinto centenario de Antón de Montesino. En este coloquio la profesora ha centrado su intervención en "El príncipe y la ley en Francisco de Vitoria". El poder procede de Dios y se apoya en el derecho natural y el Estado no es el creador absoluto de derecho, sino su función es proteger los derechos y realizarlos en la vida social, en este aspecto, según la profesora Simona, anticipa las propuestas de J. Locke. El rey está por encima de todos, pero no es un privilegio, está
sometido a las leyes, igual que los otros miembros del Estado. Siguiendo a Aristóteles y a Santo Tomás, diferencia Vitoria, entre la ley y el príncipe, está sometido a ella en máximo grado. Vitoria, aunque exalta la forma de gobierno de la antigua Roma, recupera la idea de Aristóteles del gobierno monárquico. No hay mayor libertad, al estar sometido a uno o a doscientos. El gobierno de uno solo refleja mejor el gobierno de Uno, Dios. El rey, como legislador, no puede dar leyes contra el derecho natural, persigue el bien común y no los fines privados, cuyo objetivo último es la felicidad de los hombres. Así, el que gobierna no es el hombre, sino la ley. Esta es la que generaliza el sistema político y su unidad, siempreque persiga el bien común. Para la conservación del bien público, necesita de una virtud especial, esta es la justicia, la mayor de las virtudes morales, válida para los tiempos de guerra o de paz. En este concepto de justicia, Vitoria, no sólo tiene en cuenta a Aristóteles y Santo Tomás, podemos rastrear una presencia y diálogo con los maestros nominalistas, sobre todo, en la referencia a la ley. También con L. Vives, donde la educación del príncipe no está en la prudencia, sino en la justicia. Así, a Francisco de Vitoria, no le interesa la prudencia, ni la magnificencia, sino la justicia.
El segundo coloquio de la mañana, estuvo a cargo de fr. Bernard Bourdin, op, profesor del Instituto Católico de París. Su intervención se centró en ¿qué compatibilidad existe entre los derechos naturales del hombre y la democracia? Sitúa a Vitoria y la Escuela de Salamanca dentro de un paradigma medieval. El derecho de gentes de vitoria, sigue pensando en términos aristotélicos y desde la obra medieval de Santo Tomás. Es cierto que en la modernidad se utilizan los mismos conceptos, pero tienen otro significado diferente, ya que estamos en otro paradigma. Este paso a la modernidad, se produce en una crisis de la conciencia europea en el siglo XVII, aunque ya en el siglo XVI con pensadores como G. de Ockham, Tomás Moro, rompen con Aristóteles y Santo Tomás en su faceta política. Fue muy importante la Revolución Científica, que supone una nueva visión del mundo y de la propia naturaleza. La filosofía política tendrá su referencia en Hobbes, Spinoza y Locke, irá apareciendo un nuevo contenido del derecho natural, acercándose al concepto de contrato social. Así se llegará a la Ilustración y a la era de las Revoluciones, que irán subrayando los derechos del hombre y una nueva forma de pensamiento basada en el liberalismo: Libertad, individualismo y propiedad.
Por la
tarde se reanudan las actividades del coloquio, con una visita guiada a la Catedral
de Salamanca, el día anterior ya había disfrutado de un paseo por el convento
de San Esteban. Por la noche todos los participantes del coloquio, organizaron
una cena en común para seguir compartiendo experiencias.
A las
18:30, Nicole Giroud-Awais, de la
Universidad de Friburgo, presentó una ponencia con el título “La recepción de las Casas”. La biografía
es importante para profundizar en Bartolomé de las Casas, personaje clave en la
defensa del indio en el Nuevo Mundo. En cuanto a los fundamentos teológicos,
Jesucristo será el único modelo de evangelización, en base a la caridad y el
amor de Dios, por lo que la salvación es una consecuencia de ese amor, la
recibimos. Los pobres, la pobreza, la salvación, la necesidad de inculturación
de los españoles y no la imposición son elementos fundamentales, que en la
actualidad son elementos que ha recogido la “Teología de la Liberación”. En
cuanto a los fundamentos antropológicos, destaca la defensa de la dignidad
humana, está no merma con la evangelización, hay coherencia entre ambas, pero
ha de ser pacífica. Subraya la libertad, humana y religiosa. En cuanto a los
fundamentos jurídicos, denuncia la encomienda y lo males de la conquista de
América.
Finalizó
el día con la exposición de fr. Leobardo Almazan, op, titulada, Análisis crítico de la teoría moderna de los Derechos Humanos: La falta
de un marco teórico coherente. La Escuela de Salamanca, marca un punto de
partida en la defensa de los derechos humanos, pero después de las dos guerras
mundiales, se produce un cambio de paradigma. Antes la defensa de los derechos
humanos tenían limitaciones de raza, sexo, religión, es conocida la exclusión
de las mujeres en muchos de los derechos. Después de las atrocidades de las dos
guerras, se universalizan, con independencia de poder protegerlos. Hoy plantea
problemas la defensa, ya que no hay un marco teórico, a pesar de que están
plasmados en una declaración. En primer lugar, el ponente plantea problemas de
índole práctico, como la proliferación de nuevos derechos, sociales,
culturales, etc; es clara la ausencia de recursos para que esos derechos sean
efectivos en la práctica; la falta de democracia en muchos países; la pobreza
extrema y la falta de subsistencia en muchos países, las guerras y la presencia
de los medios de comunicación, que hacen que lleguen las violaciones a
cualquier parte del mundo. Hay dificultades semánticas, según culturas, países,
regímenes políticos, conceptualización teórica de muchos elementos como la
libertad, igualdad, etc. Por último, presentan problemas normativos, se plasman
en códigos jurídicos, pero no hay mecanismos para su defensa. Independientemente del
enfoque, jurídico, positivista, moralista, se deberá tener en cuenta la diversidad,
cultural, religiosa, etc.; pero, sobre todo, que lo fundamental en los derechos
es la dignidad humana.
Juan Antonio Mateos Pérez
Juan Antonio Mateos Pérez
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