La posada del silencio
El texto de hoy
Él sabe lo que hay en el corazón del hombre
Jesús nos asegura que él ve lo profundo que hay en el hombre. Jesús no se detiene en lo superficial, en lo periférico.A veces, lo más rico de la tierra está en lo profundo. El silencio es para ir al subsuelo de esta tierra que somos nosotros, a lo más real, a lo más nuestro.
Como Jesús tampoco nosotros debemos detenernos en lo superficial, en la sensibilidad; no es que haya que despreciarlo, pero no detenerse en ello. El silencio es para internarse en nuestra verdad. El silencio es para vernos ser de otra manera.
El silencio es para que el mundo interior comience a irradiarse, a ser vida.
No os conforméis a este mundo que cuida excesivamente la apariencia, la fachada, el exterior, que se afana en competir, en apropiarse, en quedar por encima de todos. En el silencio somos disidentes de este mundo que busca producir y consumir. El silencio es para disponerse a vivir de otra manera. Vivid al amparo del silencio para adquirir otro modo de ser.
El Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia se halla en el Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia, a 1.783 metros de altitud. Es atendido pastoralmente por la comunidad de frailes dominicos de San Esteban.
Su historia comienza con el hallazgo de una imagen de la Virgen que transformó un pico solitario en un lugar de encuentro, oración y contemplación de bellezas naturales.
Esta imagen de la Virgen ha sido y es muy querida por los salmantinos y su devoción es también compartida en América y Filipinas donde partieron en misión algunos de estos frailes impulsando la devoción a la Virgen de la Peña de Francia en aquellos territorios.
REFUGIADOS
LOS QUE SE QUEDAN EN LOS PAISES DE ORIGEN, TAMBIÉN SUFREN
La crisis de los refugiados está en el
candelero y es objeto de mucha preocupación para todos nosotros, pues la
política aplicada de la Europa frente a estos desheredados nos parece
inhumana, injusta y contraria al valor de la hospitalidad que debemos
salvaguardar, pues forma parte de la mejor tradición de Europa.
Sin embargo, queremos resaltar otra noticia
no menos dramática, que es la penosa situación en la que viven quienes
se quedan en los países de origen y sufren los efectos de la violencia,
que fue la causa de la salida de los refugiados que llegan hasta
nosotros. El caso de la situación de los niños víctimas de la guerra de
Siria es especialmente dramática.
Por eso, os invitamos a leer este informe de la ONG “Save the Children”, especializada en el trabajo con la infancia.
Y aquí tenéis el informe Completo .
Visita de dos Representantes de dos Organizaciones Haitianas
Del 1 al 10 de abril - Visita de dos representantes de dos organizaciones haitianas con las que venimos trabajando durante años:
BOUQUETTE ELANGE, representante legal y de proyectos de AUSAPDE-HAITÍ, y LECONTE DEBORAH, representante de SOSFPB, realizarán una gira informativa por el estado español del 1 de abril al 10 de abril de 2016.
El objetivo de la misma será informar sobre los resultados de los proyectos ejecutados o en ejecución con estas organizaciones por parte de Acción Verapaz.
En esta gira se entrevistarán con los órganos directivos, en Madrid y visitarán alguna de nuestras Delegaciones: del 5 al 6 estarán en Sevilla, y del 7 al 9 en Pamplona.
El día 9, por la tarde- noche, tendrán en Madrid un encuentro con el grupo de voluntarios que este año está realizando el Curso de voluntariado.
"El caballero de Olmedo" obra teatral por una buena causa (Sevilla)
Viernes 1 de Abril - "El caballero de Olmedo" obra teatral por una buena causa (Sevilla).
Estimados amigos: Desde Verapaz Sevilla queremos continuar en la línea de apostar por la justicia social, dentro de la Cooperación al desarrollo en el Tercer mundo. Para ello nos hemos comprometido con la construcción de 10 casas para mujeres viudas de Lagosseline (Haití), comunidad sumamente vulnerable.
Como todos los años, el grupo teatral La Troupe, perteneciente al colegio Sagrado Corazón de Sevilla, ha querido colaborar con nosotros en la recogida de fondos destinados a este proyecto.
Para este fin, el próximo viernes 1 de abril, representarán la obra "El caballero de Olmedo", de Lope de Vega, a las 20h, en el colegio Santa Ana de los Remedios, sito en la calle Padre Damián nº 2, de Sevilla.
El donativo será de 3 €. Os rogamos le deis difusión al acto.
“Que de noche le mataron
al caballero
la gala de Medina
la flor de Olmedo”
Lope partió de la copla popular para
hacer su versión de la tragedia clásica, uniéndola con el enredo y la
comicidad. Don Alonso, el caballero de Olmedo llega a Medina buscando el
amor de doña Inés. Le acompaña Tello, su leal criado. Y encontrará la
ayuda de Fabia, la hechicera alcahueta con que Lope homenajea a La
Celestina. Don Rodrigo, por su parte, pretende a la misma dama y no
aceptará la derrota ante un forastero. La envidia y los celos harán que
se cumpla ese destino que predice la copla, pese al angustioso deseo de
don Alonso de vivir su amor antes de que sea demasiado tarde. Un coro
trágico, ejército de sombras y presagios, vaticinará el destino
irremediable.
Sesión Magia solidaria en Vallecas
XXVI Marcha Solidaria Cantalpino-Las Villas
El domingo 24 de abril se celebra la XXVI Marcha Solidaria Cantalpino-Las Villas
Encuentro de Cuaresma “Para contemplar y dar lo contemplado” 2016
Celebrado el pasado 5 de marzo en la parroquia Nuestra Señora de Atocha Madrid.
El sábado 5 de marzo un variado grupo de la familia dominicana de Madrid se reunió un año más en las fechas previas a la celebración de la Pascua para compartir un momento de oración, convivencia y reflexión en el tradicional encuentro que organizan las fraternidades laicales de Madrid.El encuentro se inició con la oración de la mañana, laudes seguida de la eucaristía, que invitaba a la misericordia, recordándonos el verdadero culto que Dios nos pide, especialmente en el servicio pronto y alegre a los necesitados.
Después de un rato de confraternización, fray Carlos Robles, OP, es prior y párroco en la parroquia del Santísimo Cristo del Olivar, experto en familia y procesos de duelo, pasando muchos años de misión en Estados Unidos. Reflexionó sobre “vivir en la inseguridad”, planteándonos que vivimos en un tiempo de cambios, donde la iglesia para que sea creíble tiene que ser Misericordiosa, donde nos tenemos que sentir amados y enviados al igual que Jesús abriéndonos a la experiencia de Dios desde el amor puesto que ya estamos en presencia de Él, orando en silencio. El diálogo con el ponente fue muy rico y diverso.
La recaudación de donativos de la colecta de la eucaristía se destino para proyectos de Selvas Amazónicas.
Todo ello fue posible gracias a la acogida y la colaboración de los hermanos frailes y laicos dominicos de la parroquia Nuestra Señora de Atocha.
Congreso Alma Mater en Salamanca
La Orden de Predicadores, desde su origen, ha tenido una vinculación muy estrecha con las Universidades. Santo Domingo de Guzmán quiso que sus frailes estuvieran presentes en las universidades y que los conventos se fundaran conventos en las ciudades universitarias.Es el caso de la ciudad de Salamanca, cuya Universidad fue fundada en 1218, y dos años después los dominicos se hacían presentes en la ciudad con la fundación del convento de San Esteban. La vinculación de la Orden con la Universidad de Salamanca se mantuvo durante siglos, dando lugar a espacio de estudio como la Escuela de Salamanca que ha tenido una relevancia internacional.
A lo largo de 800 años, la Orden participó en la fundación de numerosas Universidades como la de Santo Domingo en República Dominicana, la de Santo Tomás de Manila, la Universidad de la Habana, Universidad de San Marcos de Lima, Universidad de Santo Tomás de Bogotá etc...
Este Congreso, organizado en el marco del Jubileo de la Orden, quiere ser una reflexión y debate abierto sobre la responsabilidad social, la creación de ciudadanía y de cultura en la Universidad.
Inscripción:
Matrícula gratuitaSe imparte certificado de asistencia. 20hs.
Hospedaje: Colegio Calasanz. Paseo de Canalejas 139. Salamanca. Pensión completa 38?. Si no necesitas hospedaje, también es posible anotarse para las comidas o cenas, cada una de ellas a un precio de 7?)
Para inscribirse en el Congreso y reservar hospedaje y/o comidas:
Formulario de inscripción
Programa
Descargar programa en PDFDia 7 de abril, jueves
Sesión en la Universidad de SalamancaAula «Miguel de Unamuno» 12,00 hs. Saludo e inauguración
La universidad de Salamanca
D. Daniel Hernández Ruipérez, Excmo. Sr. rector de la universidad de Salamanca. Catedrático de geometría y topología. Dep. de matemáticas.
12,15 hs. Conferencia y Diálogo
La Universidad y su función social en sus inicios y hoy
Fr. Timothy Radcliffe o.p., Director del instituto de Casas de Blackfriars, Oxford, ex-maestro de la orden de predicadores.
13,30 hs. Vino español
Salón del Claustro «Lucía Medrano». Sesiones en San Esteban
17,00-18,30 hs. Conferencia y Diálogo
Vocación intelectual de la universidad española y su función educativa y social.
D. Manuel José López Pérez, excmo. Sr. rector de la univ. de Zaragoza, ex-presidente de la Confederación de rectores de las universidades españolas. Catedrático de Bioquímica y Biología molecular.
19,00-20,30 hs. Conferencia y Diálogo
Responsabilidad de la universidad y creación de ciudadanía.
D. Antonio Basanta, Director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Director del grupo editorial Anaya.
Dia 8 de abril, viernes
9,30-11,00 hs. Conferencia y DiálogoLa universidad, la creación y la transmisión de sentido: artes e historia.
Fr. Sixto Castro rodríguez, o.p. prof. titular de estética y de teoría de las artes de la Univ. de Valladolid.
11,30-13,30 hs. Comunicaciones: temas de libre presentación
17,00-18,30 hs Conferencia y Diálogo
Las universidades y la creación de universalidad I: Universidades de Oriente.
Fr. José Antonio Aureada, o.p. presidente de la asociación Filipina de educación de graduados (page), Decano de teología y regente de la escuela de graduados de la universidad de Santo Tomás. Manila, Filipinas
19,00-20,30 hs. Conferencia y Diálogo
Las universidades y la creación de universalidad II: Universidades de América Latina.
Fr. Mauricio Hardie Beuchot, o.p. Catedrático de Filosofía de la universidad nacional de México, UNAM. Miembro de la academia mexicana de la Historia, y de la academia de la lengua.
Dia 9 de abril, sábado
9,30-11,30 hs. Mesa redonda y Diálogo ConjuntoLa universidad y su responsabilidad en la investigación.
Dña. Luisa María Botella, Dra. en Biología, especialidad en genética. Investigadora del CSIC.
La universidad y su responsabilidad en la empresa.
Cristina de la Cruz Ayuso. Directora del master "Ética para la construcción social", Vicedecana de investigación y Doctorado de la univ. de Deusto.
Sesión en la Universidad Pontificia
12,00-13,00 hs. Conferencia
La Iglesia, ¿creadora de cultura- puente entre las naciones?
Mons. Jean-Louis Bruguès o.p., arzobispo emérito de Angers, archivero y Bibliotecario de la Biblioteca Vaticana.
13, 30 hs. Clausura
Palabras de la excma rectora de la Univ pontificia de Salamanca.
Dª Myriam Cortés Diéguez
Epicuro y sus diosesAutor: André Jean FESTUGIÈREColección: ARIADNA nueva serie
"Epicuro
y sus dioses" presenta una visión de conjunto de la religión
helenística, por lo menos de uno de los principales caracteres de esta
religión: el declinar de las creencias tradicionales y el nacimiento y
crecimiento de la religión cósmica, propia de los sabios. Seguidamente
se aborda la biografía y personalidad de Epicuro, fundador de una
corriente de pensamiento de enorme influencia en Occidente. Su propuesta
es una moral entendida no como un sistema sino como un camino de vida
que aporta liberación y felicidad.
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Preparación para la muerte. Erasmo de RotterdamAutor: SALVADOR SANDOVAL MARTINEZColección: ARIADNA nueva serie
El
Liber ad preparationem mortem fue publicado en 1554, dos años antes de
la muerte de Erasmo de Rotterdam. Puede ser considerado, en opinión de
Bataillon, como su testamento espiritual. Fue escrito a petición de
Thomas Boleyn, Conde de Rochford y padre de Ana Bolena.
Fue uno de los libros más leídos en el siglo XVI, ofreciendo una
reflexión sencilla para ayudar a los que presienten la cercanía de la
muerte. Erasmo en su pretensión reformista recuerda que la meditación
sobre la muerte más que para provocar angustia tiene que contribuir a
fomentar una vida sensata y responsable. En definitiva, Erasmo
transforma el ars moriendi en un ars bene vivendi.
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Elogio de la misericordiaAutor: LUIS CARLOS BERNALColección: ARIADNA nueva serie
La
"Misericordia" ha sido durante demasiado tiempo una palabra en desuso,
olvidada, apenas utilizada en conversaciones piadosas, cuando aún se
mencionaban las clásicas "obras de misericordia". Pero este olvido no ha
sido lo peor. Lo peligroso es que -como advirtió Nietzsche- vivimos en
un mundo carente en absoluto de toda misericordia. El Papa Francisco ha
redimido esta palabra y compromete al mundo a ser misericordioso.
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Frei Betto: “Estoy en la
familia dominicana no por virtud sino por vicio”
“Nacido para comunicar”, referente de la teología de
la liberación, Frei Betto, quien lleva escritos más de 60 libros y ha sido
distinguido con varios premios internacionales, predica el buen vivir como
alternativa al desarrollo y considera que “hoy en Latinoamérica no hay ningún
justificativo para tomar las armas”.
Actualmente, a Frei Betto le quita el sueño “que
Latinoamérica pueda volver a tener gobiernos autoritarios de derecha” y “que el
Papa no pueda lograr hacer reformas profundas en la Iglesia”.
Entrevista de Miguel Angel Gullón OP, Director de
Radio El Seybo (República Dominicana)
Fraile Dominico de la Orden de Predicadores. Varias
veces premiado por sus libros, (nos quedamos con su primer premio en 1985 de
Juca Pato de la Unión Brasileña de Escritores, y hace poco, en 2013, con el
premio internacional José Martí de la UNESCO). Entre sus escritos se
encuentran, “Bautismo de Sangre”, “Minas de Oro” y en colaboración con Leonardo
Boff, “Mística y Espiritualidad”. Pertenece a la familia dominica, una Orden
que congrega monjas, hermanas, frailes, laicos y laicas y que estamos
cumpliendo 800 años…¿Por qué es usted dominico?
Soy Dominico porque Dios me ha dado esta vocación. Yo
era militante de la Acción Católica desde los 13 años y los dominicos eran los
asesores de la Juventud Estudiantil Católica. Me encantó mucho el testimonio de
ellos y me vino la inquietud vocacional, la duda. Pero yo también tenía ganas
de ser periodista y lo soy hasta hoy. Ingresé a la universidad para hacer
periodismo y al final del primer año, que coincidió con el primer año de la
dictadura militar en Brasil (1964), luego de estar 15 días en la cárcel por
primera vez, decidí ingresar en los dominicos, no para quedarme sino para
quitarme la duda. Quizá yo no quería llegar a los 40 años con la sensación de
que Dios me indicó este camino pero yo no tuve coraje. Como era muy joven dije:
“voy a entrar y sino sigo la vocación de periodista u otra cosa”. Desde
entonces ya son más de 50 años y digo que estoy en la familia dominicana no por
virtud sino por vicio. Yo le tengo mucho amor y me siento muy a gusto.
Oración, vida en común, estudio, predicación, son los
pilares de la vida dominica. ¿Hoy siguen teniendo sentido esos pilares después
de 800 años?
Sí, para mí son pilares no solo de la vida dominica
sino de la vida cristiana. Todos ellos sin excepción. Somos una familia
que tiene 800 años, que por milagro nunca se dividió a pesar de que hay
distintas divisiones. Tenemos la Inquisición y lo tenemos que decir claramente,
porque no hay que pintarse la cara para hacer de cuenta que somos perfectos. No
somos perfectos pero tenemos una trayectoria muy interesante sobre todo en
América Latina. El único de estos atributos dominicos que para mí no es
fácil mantener es la vida comunitaria. Por un problema. Un dominico teólogo muy
conocido dijo “tenemos demasiados santos y notables pecadores”. Tenemos una
trayectoria muy evangélica a pesar de algunos de nuestros pesos graves como la
Inquisición. El padre Congar decía “mi parroquia es el mundo”. Yo puedo
decir lo mismo porque ahora estoy aquí en Quito, mañana voy a Brasil y después
voy a otras partes. Entonces no es fácil que mantenga una vida comunitaria
regular. Por suerte mis hermanos comprenden mi labor evangélica de predicador.
El lema de estos 800 años es “enviados a predicar el
Evangelio”. ¿Se siente enviado por su comunidad, desde su familia dominica?
¿Cree que este es un lema bueno?
Antes de ser dominico yo ya era un predicador porque
nací para comunicarme. A mí siempre me gustó escribir, hablar; yo soy un
comunicador. Tengo unos 60 libros publicados, escribo artículos, a veces dos
por semana, tengo demasiado trabajo de comunicación. El principal talento que
Dios me ha dado es saber comunicarme. Entonces sigo esto y le agradezco a Él
que descubrí el contenido de los principios de esta comunicación en la
predicación evangélica.
Hace un rato nombró América Latina y el Caribe. En
adviento de 1511 fray Antonio de Montesinos en nombre de aquella primera
comunidad dominica en estas tierras proclamó: “¿estos no son hombres? ¿estos no
tienen alma racional?”, junto a Pedro de Córdoba, Bartolomé de las Casas, y
luego Francisco de Victoria, inspirados en Santo Tomás de Aquino. ¿Dónde cree
que hacen falta estos “montesinos”? Comunidades que digan aquello…
Yo diría que una familia como la dominica en América
Latina que tiene gente como Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas, es
una familia que tiene una responsabilidad delante de las exigencias del
proyecto de Dios en la historia. Y diría que donde hace falta esta presencia
profética evangélica es dentro de la propia familia dominica. Yo tengo mucho
temor de que los jóvenes dominicos no tengan ese fuego profético de estas
personas que ustedes y yo hemos citado. Tengo temor de que estas personas
tengan en la cabeza “yo quiero ser sacerdote”, cuando lo primero que tenemos
que ser es discípulos de Jesús; “yo quiero ser fraile” y lo primero que tenemos
que ser es seguidores de Jesús; “yo quiero estar en un convento confortable” y
no, lo primero que debemos es aceptar la cruz, los riesgos de la predicación,
estar con la gente más pobre. Entonces yo digo que me preocupa un poco si la
familia dominica no mantiene vivo este fuego profético evangélico de Montesinos
y de De Las Casas.
¿Cómo se siente dentro de la Iglesia?
La Iglesia, como dice San Agustín “es una santa
prostituta”, o sea que tiene un lado muy malo y feo y un lado muy santo y
evangélico. Yo me siento en la Iglesia como me siento en mi familia. En mi
familia tengo gente que le siento simpatía, y otros a los que no les tengo
simpatía. Con unos tengo más amistad, con otros menos. Así en la Iglesia; y
tengo amor a esta Iglesia. Y sé que una Iglesia es como un país. Si tú le
quieres cambiar tienes que estar dentro, no puedes estar fuera. Y yo, desde mis
principios, siempre he luchado para que esta Iglesia sea más coherente con el
Evangelio de Jesús, que no sea machista, triunfalista, moralista. Que sea
exactamente la Iglesia que quiere el Papa Francisco. Si la gente quiere saber
qué pienso, cuál es mi modelo de Iglesia hay que prestar atención en las
palabras del Papa Francisco.
¿Y las
mujeres tiene cabida en esta Iglesia?
No solo cabida. Yo he dicho que las mujeres tienen
derecho a ser sacerdotes, obispos, cardenales y Papa. Yo no encuentro en los
Evangelios ninguna razón para que la Iglesia siga discriminando a las mujeres.
Primero, si alguien va a leer el capítulo 8 versículo 2 del Evangelio de Lucas
encontrarán el nombre de las mujeres que estaban integradas en el grupo de
Jesús. Segundo: el primer testimonio de la resurrección es de una mujer.
Tercero: las primeras apóstolas son mujeres. La samaritana que fue a anunciar
que había encontrado al Mesías, la del pozo de Jacob y luego Magdalena, que fue
a anunciar a los apóstoles (quienes estaban con miedo después de la muerte de
Jesús) que Él estaba vivo. Entonces no encuentro motivo para que no puedan ser
lo que nosotros los hombres podemos, a no ser un machismo absolutamente
injustificable. Las mujeres son criaturas de Dios tan completas como nosotros.
Yo conozco la historia de la discriminación de las mujeres en la Iglesia. Y ahí
lamentablemente nuestro hermano Santo Tomás tiene una cuota de responsabilidad.
Porque dentro de las concepciones biológicas y filosóficas que había, la
mujer no era un ser tan completo como el hombre. Pero eso hay que comprenderlo
dentro de un contexto. Hoy, la mitad de la humanidad son mujeres y la otra
hijos e hijas de mujeres. ¿Y por qué esa discriminación?
Nombramos antes a Francisco, quien está haciendo todo
lo posible para que tenga ese protagonismo, pero ¿no cree usted que el mensaje
del Papa Francisco está llegando a la gente sencilla pero no a la que le tiene
que llegar, como a la jerarquía por ejemplo?
Claro, porque habla para una jerarquía muy
conservadora nombrada por dos pontificados conservadores. Entonces, es normal
que esa gente tenga un pensamiento más conservador, mucho más del derecho
canónico que del Evangelio, de mantener la tradición que de hacer renovaciones.
El Papa tiene que seguir esa línea profética guste o no guste, y así como
tenemos misa en lenguas vernáculas, el Papa Juan Pablo II cerró el limbo, ya no
tenemos el moralismo que había antiguamente. El Papa Francisco tiene todo el
respeto por los homosexuales…son cambios importantes y debemos avanzar en eso, sino
no seremos testigos vivos de Jesús.
También el Papa Francisco se ha abierto más a la
teología de la liberación, aunque algunos decían que ya había muerto….La
teología ¿no es liberadora y hay que ponerle el calificativo de liberadora?
Un detalle que hay que subrayar para la gente:
Francisco ha recibido en la casa Santa Marta a Gustavo Gutiérrez quien, junto
con Leonardo Boff, es considerado padre de la teología de la liberación y me ha
recibido el 9 de abril de 2014 en la audiencia pública en el sector de los
invitados especiales y pude dialogar con él por algunos minutos. Entonces, son
gestos que expresan que él no tiene ningún prejuicio respecto a la teología de
la liberación, porque si fuese así no se habrían producido esos encuentros. La
teología de la liberación, que sigue viva ahora, ¿por qué necesita de ese
adjetivo? Porque lo que predominaba en la Iglesia Universal era la teología
liberal eurocentrada, que debe ser buena para Francia, para Portugal, España,
Italia, pero no es buena para el continente latinoamericano en el que la
mayoría de la gente vive en situación de opresión y ahí es importante el
adjetivo “liberación”. Porque el anhelo más profundo de toda la gente en
nuestro continente es tener una vida feliz y digna y para eso hay que cambiar profundamente
muchísimas estructuras.
Y cada vez hay más empobrecidos….
No diría tanto. Hubo un avance en los últimos años por
los gobiernos progresistas. Por ejemplo, en Brasil, sacaron 40 millones de
personas de la miseria. Eso es muy importante. Ahora el problema es que si
vuelven las políticas neoliberales, ahí sí vamos a añadir un número de gente
empobrecida.
Usted dice en uno de los artículos en la Agenda
Latinoamericana que cada vez es mayor el foso entre la gente que tiene y los
empobrecidos..
La desigualdad social grita en América Latina. Es el
continente con más desigualdad social. Y el mercado, el neoliberalismo,
están matando esa teología de la liberación y junto con ella el mercado de la
Iglesia. Y son muchas las personas que son desaparecidas como los 43 jóvenes
de México. Miles de desaparecidos en nuestro continente.
El símbolo de la lucha por la tierra en Honduras,
Berta Cáceres… ¿Qué significa para usted todo esto?
Significa que estamos muy lejos de vivir en un
continente liberado, de un mundo liberado. Mira las guerras que Estados Unidos
promueve en Oriente Medio, mira esta ola tremenda de refugiados que el Papa ha
caracterizado como la tercera guerra mundial. Entonces mira que estamos en un
mundo de mucha desigualdad, de mucha violencia, de mucha injusticia. Y ahí la
culpa principal está en las espaldas de Estados Unidos y Europa Occidental.
Mucha gente se pregunta por qué África se encuentra en la miseria, por qué hay
tantos conflictos en oriente. Porque los intereses y las ganancias en Europa
Occidental y EEUU han causado esta situación. Quien conoce la historia de
la colonización europea en África sabe muy bien que sacaron toda la colonias y
dejaron huecos y sufrimiento en la gente. Así como también toda esa guerra de
Irak y ahora Siria, todo eso es fruto de intereses por el petróleo. Entonces no
están mirando los derechos de la gente, sino las fuentes de energía. Cuando el
petróleo estaba alto en sus precios entonces se justificó esta guerra tremenda
que no llegó a ningún acuerdo de paz.
Un líder guatemalteco con profundas convicciones
religiosas me preguntaba si es moral o no tomar las armas para enfrentar a
grupos que están instaurando el terror, los asesinatos impunes, la cultura de
muerte. ¿Sí o no a las armas?
La Iglesia no tiene una posición maniqueísta de estar
a favor o en contra. La Iglesia toma la doctrina de Santo Tomás para decir que
si en una situación, agotados todos los medios pacíficos, no queda ninguna
salida y solo la excepción de tomar las armas para impedir que más gente sufra
y muera, entonces tomar las armas es legítimo. Es el principio del mal menor.
El ejemplo que Santo Tomás da es que si hay un tirano que oprime y lleva a su
pueblo a la muerte, entonces matar al tirano es mejor que dejarle vivo matando
a mucha gente. En este momento de América Latina yo creo que no hay ningún
justificativo de tomar las armas y estoy muy feliz porque el último grupo
guerrillero de América Latina, las FARC de Colombia, están en las vísperas de
un acuerdo de paz que se va a firmar en La Habana. Entonces no hay ningún
justificativo. Siempre que algún muchachito que descubre la revolución y dice
“hay que tomar las armas porque no hay otro camino”. Yo le digo: “mira, no
somos nosotros quienes decidimos que vamos a tomar las armas”. Hoy tomar las
armas le interesa a dos sectores solamente. A los fabricantes de armas, porque
van a vender más, y a los sectores ultraconservadores, que quieren cada vez más
dar golpes de estado e instaurar dictaduras. Entonces, quien decide que debemos
tomar las armas es cuando la derecha da un golpe, asume el poder y quita todos
los medios pacíficos de lucha, todas las salidas democráticas. Ahí no hay
opción. O usted baja la cabeza, o toma las armas.
Tierra, techo y trabajo son las tres “T” que usted
reclama en Brasil, porque faltan. En un país más chiquito, en República
Dominicana, hace unos días, una compañía azucarera, Central Romana, desalojó a
punta de pistola y fusil a casi cien familias. Incluso encañonando a niños y
niñas. Estamos haciendo un frente común contra esta compañía pero nadie apoya,
las autoridades tampoco. Las familias están totalmente dejadas en las manos de
Dios. ¿Qué aconseja a estas familias, a estos grupos que apoyamos frente a esta
gran compañía?
Yo creo que hay que organizarse cada vez más.
Movilizar a la gente para apoyar a estas familias. Es muy difícil apoyar al
pobre porque no tiene ventajas, no tiene prestigio. Pero no hay otro camino
para crear una humanidad de justicia, de paz, de fraternidad, de globalización de
la solidaridad, de civilización del amor, que apoyar a esa gente que es sufrida
y oprimida.. Entonces ustedes tienen que, cada vez más, fortalecer ese
apoyo a estas familias.
En la Asociación Latinoamericana de Educación
Radiofóncia (ALER) cada una de nuestras socias y coordinadoras nos inspira el
buen vivir de los pueblos originarios. El buen vivir es vivir en armonía con
cada uno de nosotros mismos, con las demás personas y con la naturaleza. Lo
pensamos como una alternativa “al” desarrollo. No una alternativa “de”
desarrollo. ¿Cómo lo ve? ¿Cómo lo reflexiona y comparte con todos los pueblos y
comunidades que usted visita?
Yo pienso que hay que advertirle a la gente que el
buen vivir no es una medida de retroceso social. No queremos volver a las
aldeas indígenas. Queremos mantener las aldeas que existen pero la sociedad en
su conjunto no tiene que volver a esa situación. Segundo, no se puede
confundir el buen vivir con autoayuda. El buen vivir implica cambiar el modelo
de desarrollo. No puede ser un modelo modernizador, que el desarrollo
signifique tener cada seis meses un nuevo celular o poder cambiar el automóvil
cada dos años. No es por ahí. El buen vivir es garantizar que todos los
programas de desarrollo de una sociedad deben estar priorizando a todo el
conjunto de la población, los derechos humanos esenciales y oportunidades de
mejora de vida. Por ahí es que entiendo el buen vivir.
¿Que relación tiene con las bienaventuranzas de Jesús?
Tengo un libro sobre eso, “Ocho vías para ser feliz”,
que mucha gente piensa que es un libro de autoayuda, (y quizás el editor puso
ese título a propósito para vender más). Ahí indica que Jesús dijo: “si tu
quieres ser feliz abraza estas ocho vías que son las bienaventuranzas”.
¿Y dónde construimos este buen vivir? ¿Desde la
educación, desde la comunicación…? ¿Cómo podemos aportar a esa educación del
buen vivir?
Diría que hay que priorizar dos medios. Primero pensar
en nuestras comunidades de trabajo, escuela, familia, sindicales, políticas,
organizaciones no gubernamentales. Adoptar como método de esas comunidades el
buen vivir. Y segundo, la comunicación. Cada vez más haya que ayudar a tener
conciencia crítica del mal vivir en esta sociedad capitalista, que cada vez más
destruye la naturaleza y deshumaniza la humanidad, y después decir : ”mira, hay
una alternativa en estos principios del buen vivir”.
Buen vivir y fe, fe y política. ¿La política es
pecado? ¿Son realidades opuestas la fe y la política? ¿Se puede vivir dentro de
la iglesia la política? ¿Debemos ser políticos? ¿Podemos caminar juntos en fe y
política?
Todo cristiano es un discípulo de un prisionero
político. Que yo sepa, Jesús no murió en la cama ni en una esquina de
Jerusalén. Murió como muchos hoy mueren bajo dictaduras. Fue detenido,
torturado, condenado por dos poderes políticos y asesinado en la cruz. La
pregunta es otra: ¿qué calidad de fe tenemos nosotros hoy que no cuestiona este
desorden establecido? ¿Qué calidad de fe que no incomodan los privilegios, que
no defiende los derechos de los pobres? Por eso, siempre digo que cuando una
persona llega y dice “tengo mucha fe en Jesús” no significa nada. Pinochet
tenía fe en Jesús; Hitler tenía fe en Jesús; Bush tiene fe en Jesús. Yo quiero
saber si tu tienes la fe de Jesús. Ahí está el punto. Tener la fe de Jesús.
Esto cambia todo.
Esa política en la fe en Jesús, también relacionándolo
con los gobiernos progresistas que supuestamente buscan el buen vivir pero cada
vez hay más empobrecidos, retroceso o avances de gobiernos progresistas….usted,
que conoce la realidad latinoamericana, Cuba, Venezuela, Brasil, ¿como ve estas
realidades?
Veo que es una situación muy difícil porque a pesar de
que estos gobiernos han promovido avances muy significativos e importantes, y
hay que apoyarles, han cometido algunos equívocos, como no hacer alfabetización
política, organizar mejor las bases populares y sobre todo crear un proyecto
político a largo plazo más consistente, no solamente medidas modernizadoras
para mejorar las cosas. Entonces, creo que estamos amenazados de pasar de
estados de derecho a estados de la derecha, como pasó en Argentina ahora.
¿Qué sueños le quitan el sueño?
En cuanto a los sueños verdaderos, lo que me quita el
sueño es que América Latina pueda volver a tener gobiernos autoritarios de
derecha. Esto me quita el sueño. Cuando pienso que el Papa Francisco puede no
lograr hacer reformas profundas en la Iglesia. También me quita el sueño pensar
que por muchos siglos vamos a tener desigualdad social. Ahora, los sueños
(y no los verdaderos), me ayudan a dormir tranquilo porque en la vida tengo dos
principios: primero: hay que guardar el pesimismo para días mejores, y
segundo, ya estoy convencido de que con mi lucha, mi trabajo y mi compromiso
no voy a participar de la cosecha pero quiero sí morir como semilla.
Eso puede esperar. Pero mientras tanto, para
reflexionar, para escribir, ¿dónde encuentra su montaña como Jesús cuando
se retiraba con los discípulos?
Tengo un principio hace mucho tiempo, 30 años se van a
cumplir en el próximo. Mi año no tiene 365 días. Porque una tercera parte la
tomo para subir a la montaña y voy a un lugar retirado y ahí me pongo a orar y
a escribir. Es mi momento de un largo retiro espiritual y literario. Es lo que
me ha permitido hasta ahora producir 60 libros. Entonces, todo el resto de la
agenda se condensa en los 240 días que me quedan para hacer los compromisos que
no son propiamente de creación literaria. Este es mi modelo de vida y pretendo
seguirlo hasta mis últimos días.
Fray Konštanc Adam fue nombrado juez de la Rota Romana
Su Santidad Francisco nombró a Fray Miroslav Konštanc Adam como Prelado Auditor (Juez) del Tribunal Apostólico de la Rota Romana.
La Rota Romana es el tribunal de apelación máximo de la Iglesia Católica Romana. Es la corte eclesiástica, constituida por la Santa Sede, frente a todos los procesos judiciales adelantados dentro de la Iglesia Católica. Dentro del sistema legal de la Iglesia, sólo el Sumo Pontífice, juez eclesiástico supremo, se encuentra por encima de esta corte.
Fray Adam es hijo de la Provincia de Eslovaquia y se venía desempeñando como Rector Magnífico de la Universidad Pontificia Santo Tomás (Angelicum) en Roma, donde es también docente de la Facultad de Derecho Canónico.
"Jesús predicó que el ser supremo para el ser humano es el ser humano"
Frei Betto: "El cristianismo como proyecto civilizatorio"
"El abrazo a paradigmas cartesianos no justifica que rompamos su flauta"
El Cristo de la liberación de Cerezo
(Frei Betto).- El Brasil es un país de matriz cristiana.
Pregúntenle a un hombre o mujer del pueblo cuál es su visión del mundo y
de seguro que oirá una respuesta teñida de categorías religiosas.
El cristianismo, en su versión católica, llegó a nuestro país del brazo con el proyecto colonizador portugués. Integrarse a la civilización, tal como lo entendía la península, era hacerse cristiano. Ésta fue la obsesión misionera de Anchieta: anular las convicciones religiosas de los pueblos originarios de la tierra brasilis, consideradas idólatras, para introducir el cristianismo según la teología europea occidental, en clara agresión a la cultura indígena.
Los colonizadores trajeron a los africanos como esclavos. Éstos tenían que someterse al bautismo para entrar en el infierno aquí en la Tierra, con la promesa de que, si eran dóciles a la voluntad y a los perversos caprichos de los blancos, habrían de merecer el paraíso celestial como recompensa. En las barracas de los esclavos se predicaba a Jesús crucificado para que se resignaran a los sufrimientos atroces, y en las casas-hacienda al Sagrado Corazón para que abrieran sus cofres a las obras de la Iglesia.
La flauta y la hostia consagrada
A comienzos del siglo 20 un sacerdote destinado a catequizar una aldea del Xingu quedó indignado al constatar que el ritual religioso se centraba en una flauta tocada por el chamán y cuya música establecía la conexión con el Transcendente. Encerrados en sus cuartos, las mujeres y los niños tenían prohibido asistir a la ceremonia.
Escoltado por soldados, el misionero trajo la flauta al centro de la aldea, hizo venir a las mujeres y a los niños y, ante todos, rompió el instrumento musical, rechazado como idolátrico, y predicó sobre la presencia de Dios en la hostia consagrada. Ahora bien, ¿qué impide que un grupo indígena ingrese en el templo de Candelaria, abra el sagrario, rompa las hostias consagradas y las tire al suelo? Sólo la falta de una escuela suficientemente dotada.
Fe y política
Nosotros, los occidentales, desacralizamos el mundo o, como prefiere Max Weber, lo desencantamos. Hasta el punto de decretar "la muerte de Dios". Si abrazamos paradigmas tan cartesianos, felizmente en crisis, eso no es motivo para "romper la flauta" de los pueblos que toman en serio sus raíces religiosas.
Hoy se equivoca el Oriente por ignorar la conquista moderna de la laicidad de la política y de la autonomía recíproca entre religión y Estado. Y yerra el Occidente por "sacralizar" la economía capitalista, endiosar la "mano invisible" del mercado y desdeñar las tradiciones religiosas, pretendiendo confinarlas a los templos y a la vida privada.
Los orientales se equivocan por confesionalizar la política, como si las personas se dividiesen entre creyentes y no creyentes (o adeptos a mi fe y los demás). Cuando la línea divisoria de la población mundial es la injusticia que margina a 4 mil de los 7 mil millones de habitantes.
A su vez los occidentales caen en el grave error de pretender imponer a todos los pueblos, por la fuerza y por el dinero, su paradigma civilizatorio fundado en la acumulación de la riqueza, en el consumismo y en la propiedad privada por encima de los derechos humanos.
Un cristianismo a imagen y semejanza del capitalismo
Muchos de nosotros, presentes en esta sala de la Academia Brasileña de Letras, somos hijos e hijas del siglo 20 y nacimos en familias católicas. Fuimos bautizados y crismados, hicimos la primera comunión, aprendimos a rezar y a tenerles devoción a los santos y santas.
Ese cristianismo casaba perfectamente con la moral burguesa que divorciaba lo personal de lo social, lo privado de lo público. Era pecado el masturbarse pero no el pagar un salario injusto a la empleada doméstica recluida en la casa en un cuartucho irrespirable, desprovista de derechos laborales y obligada a desempeñar múltiples tareas. Era pecado faltar a misa los domingos, pero no el impedir a una niña negra el asistir al colegio religioso de los blancos. Era pecado tener malos pensamientos, pero no el gastar en licor en una noche lo que el mesero que servía no ganaba en tres meses de trabajo.
Como señaló Max Weber, el cristianismo dotó de espíritu al capitalismo. Hay que tener fe en la mano invisible del mercado, así como se cree en el Dios que no se ve. Hay que estar convencido de que todo depende de méritos personales, y que la pobreza es resultado de pecados capitales como la pereza y la lujuria. Hay que tener presente que son muchos los llamados pero pocos los elegidos para disfrutar, ya en la Tierra, las alegrías que el Señor promete a los escogidos en las mansiones celestiales...
No fue el cristianismo quien convirtió al imperio romano en la época de Constantino. Fueron los romanos quienes convirtieron a la Iglesia en potencia imperial. De igual modo, no fue el cristianismo quien evangelizó a Occidente sino que fue el capitalismo occidental quien lo impregnó del espíritu de usura, de individualismo, de competitividad. ¿Y qué es lo que la historia exhibe como resultado?
Todas las naciones esclavistas de la modernidad eran cristianas. Eran cristianas las naciones que promovieron el genocidio indígena en América Latina. Es cristiano el país que cometió el mayor atentado terrorista de la historia al calcinar a miles de personas con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Eran cristianos los gobiernos que desencadenaron las dos grandes guerras del siglo 20. Ostentaban el título de cristianas las dictaduras que, en el siglo pasado, proliferaron en América Latina, patrocinadas por la CIA. Cristianos son los países que más devastaron el medioambiente. Como son cristianos los que producen más pornografía y abastecen el narcotráfico. Y son cristianas muchas naciones, como el Brasil, en las que se torna insultante la desigualdad social.
¿De qué diablos de cristianismo estamos hablando? Ciertamente no del que reflejaría en la práctica los valores proclamados por Jesucristo.
¿Jesús vino a fundar una religión?
Fuimos educados en la idea de que Jesús vino a fundar una religión o una Iglesia. Eso no concuerda con lo que dicen los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, principales fuentes sobre la persona de Jesús.
En todos esos evangelios la palabra Iglesia (ecclesia, en griego) sólo aparece dos veces, y sólo en el evangelista Mateo. Y esos evangelios constatan que Jesús fue crítico severo de la religión vigente en la Palestina de su tiempo, para lo cual basta con leer el capítulo 23 de Mateo.
La expresión Reino de Dios (o reino de los cielos en Mateo) aparece más de cien veces en boca de Jesús. El teólogo Alfred Loisy decía que Jesús predicó el Reino, pero lo que llegó fue la Iglesia...
Jesús vivió, murió y resucitó en el reino de César, título dado a los primeros once emperadores romanos. Desde el año 63 antes de nuestra era Palestina estaba sometida al dominio del imperio romano. Era una simple provincia fuertemente controlada política, económica y militarmente desde Roma. Toda la actuación de Jesús se dio bajo el reinado del emperador Tiberio Claudio Nero César, que permaneció en el poder desde el año 14 al 37. La Palestina en la que vivió Jesús estaba gobernada por autoridades nombradas por Tiberio, como el gobernador Poncio Pilatos (que, curiosamente, quedó inmortalizado en el Credo cristiano) y la familia del rey Herodes. Predominaba allí una sociedad tributaria dirigida por un poder central mantenido por los impuestos cobrados al pueblo, tanto el de las comunidades rurales como el de las ciudades.
Por tanto, hablar de otro reino, el de Dios, dentro del reino de César, equivaldría hoy a hablar de democracia en tiempo de dictadura. Lo cual explica el por qué todos nosotros, cristianos, somos discípulos de un prisionero político. Como tantos perseguidos por gobiernos autoritarios, que estuvieron encarcelados, torturados y asesinados, él también fue apresado, torturado, juzgado por dos poderes políticos y condenado a muerte en cruz. La pregunta que hay que hacer es: ¿qué tipo de fe tienen hoy los cristianos que ni reaccionan ante este desorden establecido, en el cual, según la Oxfam, 62 familias tienen en sus manos la fortuna equivalente a lo que poseen 3,600 millones de personas, o sea la mitad de la humanidad?
Al contrario de lo que muchos piensan, para Jesús el Reino de Dios no era algo de arriba, del cielo, sino que era algo que debía ser conquistado en esta vida y en esta Tierra. "Vine para que todos tengan vida, y vida en abundancia" (Juan 10,10). Y él mismo fue, por excelencia, el hombre nuevo, prototipo de lo que debieran ser todos los hombres y mujeres del ‘Reino' futuro, la civilización del amor, de la justicia y la solidaridad.
Las bases de ese proyecto civilizatorio y sus valores están reflejados en la práctica y en las palabras de Jesús. Si actuamos como él, ese nuevo mundo se hará realidad. Ésta es la esencia de la promesa de Jesús.
La centralidad de lo humano
Usted puede no tener fe cristiana e incluso aversión a la Iglesia. Pero usted va por el camino de Jesús si es una persona hambrienta de justicia, despojada de cualquier prejuicio respecto a los seres humanos, capaz de compartir sus bienes con los necesitados, de preservar el medioambiente, de tener compasión y saber perdonar, y de ser solidario con las causas que defienden los derechos de los pobres.
Jesús no vino a abrirnos las puertas de los cielos. Vino a rescatar la obra originaria de Dios, que nos creó para vivir en un paraíso, según el libro del Génesis. Si el paraíso no se realizó es porque abusamos de nuestra libertad por el ansia de hacer mío lo que, por derecho, es de todos.
Jesús no vino como un extraterrestre que trajera un catálogo de verdades extrañas a nuestro mundo. Vino a re-velar, a desvelar, a quitar el velo, o sea a hacernos ver lo que ya es parte de nuestro proceder, de nuestra práctica cotidiana, pero de cuyo valor trascendente no teníamos ni idea.
Vino a despertarnos: el mundo que Dios desea tiene ese perfil, esas características. Un mundo en el que no haya excluidos, hambrientos ni tratados injustamente. Un mundo en el que la solidaridad reine sobre la competitividad y la reconciliación sobre la venganza.
Ese proyecto de Dios, anunciado por Jesús, tiene su centralidad, no en Dios, sino en el ser humano, imagen y semejanza de Dios. Sólo en la relación con el prójimo se puede amar, servir y dar culto a Dios.
Los misioneros que colonizaron América Latina quemaron indígenas, como el cacique Hatuey, en Cuba, por dar culto a otro dios distinto del de los cristianos. Ahora bien, Jesús no predicó a los fariseos y saduceos otro Dios, diferente de aquel a quien daban culto los judíos en el templo de Jerusalén. Predicó que el ser supremo para el ser humano es el ser humano. En Mateo 25, 31-46 Jesús se identifica con el hambriento, el sediento, el emigrante, el desnudo, el enfermo, el prisionero. Y recalca que sirve a Dios quien libera al prójimo de un mundo que produce esas formas de opresión y exclusión.
Por tanto lo que Jesús vino a introducir entre nosotros no fue una Iglesia o una nueva religión, sino un nuevo proyecto civilizatorio, basado en el amor al próximo y a la naturaleza, en el compartimiento de las bienes de la Tierra y de los frutos del trabajo humano. Una nueva civilización en la que todos quedarían incluidos: ciegos, cojos, leprosos, mendigos y prostitutas. Y en la cual la vida, don mayor de Dios, sería disfrutada por todos en plenitud.
¿Cómo lograr semejante proyecto civilizatorio? Jesús acentuó nítidamente que para eso es necesario renunciar, como valores o meta de la vida, al tener, al placer y al poder, simbolizados en los episodios de las tentaciones sufridas por él en el desierto (Lucas 4, 1-13). Y, al contrario de lo que se supone, quien lo hace encuentra lo que todo ser humano más ansía, la felicidad o, en términos del Evangelio, la bienaventuranza, explicitada por Jesús en ocho vías que imprimen sentido altruista a nuestras vidas (Mateo 5,3-12).
Hay que ser solidario con los excluidos, como hizo el buen samaritano; compasivo, como el padre del hijo pródigo; despojado, como la viuda que donó al templo el dinero que necesitaba. Hay que asegurar a todos condiciones dignas de vida, como se dice en el relato de la multiplicación de panes y peces. Hay que denunciar a los que ponen la ley por sobre los derechos humanos y hacen de la casa de Dios una cueva de ladrones. Hay que hacer de nuestra carne y sangre pan y vino para que todos, como hermanos y hermanas, en torno a la misma mesa, comulguen en el milagro de la vida unidos por un solo Espíritu.
Ahora bien, si estamos de acuerdo con el fundamento de toda la predicación de Jesús -de que el ser supremo para el ser humano es el mismo ser humano- entonces sólo nos falta preguntar por qué tantos seres humanos, en este mundo globocolonizado en que vivimos, están condenados, por estructuras injustas, a la miseria, a la exclusión, a la emigración forzosa, a la muerte precoz, en fin a una vida de sufrimiento y opresión.
Y tengan o no fe en Dios, todos los que se comprometen en combatir las causas de la injusticia hacen la voluntad de Dios según la palabra de Jesús. Y así demuestran que ese "reino de César" debe ser abolido para dar lugar a otro reino, en el cual todos tengan asegurados, por sus estructuras, la vida en plenitud. En eso se resume el proyecto de Dios para la historia humana y la utopía anunciada por Jesús.
Un año más se acercaba Semana Santa y un sinfín de planes como opción. Pero el destino estaba claro: volver a la sierra de Albarracín a la Pascua Rural del MJD. El año pasado la experiencia fue inmejorable, con lo que repetimos y, ¿por qué no apuntarse a organizarlo?
Así que nos pusimos manos a la obra y comenzamos a pensar, llamar, coordinar, convocar, reservar, en definitiva paso a paso ir haciendo aquellas cositas que necesitábamos tener previstas antes de llegar ahí y que hasta que no te pones a hacerlas no llegas a apreciar el trabajo que otros han hecho antes que tú para que todo esté a punto al inicio de la pascua.
Y llegó el momento, nos fuimos a Albarracín, cruzando los dedos para que todo saliera perfecto y todos disfrutáramos de la Pascua y lográramos sacar el mejor partido de esos días.
El lema que propusimos este año fue “Déjate Colgar”, pero, ¿colgarse de qué, para qué, por qué…? De manera aislada no deja de sonar un poco raro. Así que el reto estaba en descubrir de qué nos íbamos a dejar colgar y saber si estábamos, cada uno, dispuestos a ello. Esto venía dado poco a poco: durante la oración de acogida – con aquel alpinista que no confió – nos pusimos en situación. A través de 3 estupendos talleres hablamos de amor, misericordia, nos pusimos en la piel de otros menos afortunados que nosotros, y logramos llegar a nuestras propias conclusiones sobre lo que dejarse colgar significaba, y poco a poco fuimos despejando aquellas dudas iniciales. Compartir la Hora Santa y la Penitencial todo el grupo fueron momentos importantes, encontrando “al lado de quién me siento”, removiendo en mi lo que sucede actualmente a mi lado, en mi ciudad, en el mundo y mi manera de afrontarlo, de involucrarme, de que no me sea indiferente. Así que con esta parte fui teniendo resuelta la pascua a nivel más individual o íntimo. A pesar de ser momentos en los que estábamos todos, no dejaron de ser momentos para el crecimiento personal.
Sin duda todo lo anterior vino bien para centrarme y llegar a mi pueblo – este año Terriente – a preparar las celebraciones y compartirlas con el pueblo. Comprobé es tan importante compartir las celebraciones religiosas – con un grupo muy muy selecto de asistentes – como aquellos momentos de fiesta: una chocolatada y una cena, ya que encontramos momentos de diálogo con mucha más gente, que a pesar de no venir a las celebraciones nos recordaba de otros años y nos acogía como si fuéramos parte de la familia. Sin duda mereció la pena cuando más de uno coincidió en decirnos que habíamos sido “un soplo de aire fresco”, el cual sinceramente creo que fue mutuo.
Al final de la pascua me quedó claro que, a diferencia del alpinista del primer día, me quiero dejar colgar. Me cuelgo de Dios, de mi comunidad, de mi familia, de mis amigos…. y sé que nos colgamos entre todos, que somos una cadena, que siempre habrá alguien que te sirva de “línea de vida” pero con la certeza de tu le servirás a otro. Así que me atrevo a decir, incluso sin tener claro que sea el mejor cierre, que esta pascua no solo mereció la pena, sino que también mereció la alegría.
El cristianismo, en su versión católica, llegó a nuestro país del brazo con el proyecto colonizador portugués. Integrarse a la civilización, tal como lo entendía la península, era hacerse cristiano. Ésta fue la obsesión misionera de Anchieta: anular las convicciones religiosas de los pueblos originarios de la tierra brasilis, consideradas idólatras, para introducir el cristianismo según la teología europea occidental, en clara agresión a la cultura indígena.
Los colonizadores trajeron a los africanos como esclavos. Éstos tenían que someterse al bautismo para entrar en el infierno aquí en la Tierra, con la promesa de que, si eran dóciles a la voluntad y a los perversos caprichos de los blancos, habrían de merecer el paraíso celestial como recompensa. En las barracas de los esclavos se predicaba a Jesús crucificado para que se resignaran a los sufrimientos atroces, y en las casas-hacienda al Sagrado Corazón para que abrieran sus cofres a las obras de la Iglesia.
La flauta y la hostia consagrada
A comienzos del siglo 20 un sacerdote destinado a catequizar una aldea del Xingu quedó indignado al constatar que el ritual religioso se centraba en una flauta tocada por el chamán y cuya música establecía la conexión con el Transcendente. Encerrados en sus cuartos, las mujeres y los niños tenían prohibido asistir a la ceremonia.
Escoltado por soldados, el misionero trajo la flauta al centro de la aldea, hizo venir a las mujeres y a los niños y, ante todos, rompió el instrumento musical, rechazado como idolátrico, y predicó sobre la presencia de Dios en la hostia consagrada. Ahora bien, ¿qué impide que un grupo indígena ingrese en el templo de Candelaria, abra el sagrario, rompa las hostias consagradas y las tire al suelo? Sólo la falta de una escuela suficientemente dotada.
Fe y política
Nosotros, los occidentales, desacralizamos el mundo o, como prefiere Max Weber, lo desencantamos. Hasta el punto de decretar "la muerte de Dios". Si abrazamos paradigmas tan cartesianos, felizmente en crisis, eso no es motivo para "romper la flauta" de los pueblos que toman en serio sus raíces religiosas.
Hoy se equivoca el Oriente por ignorar la conquista moderna de la laicidad de la política y de la autonomía recíproca entre religión y Estado. Y yerra el Occidente por "sacralizar" la economía capitalista, endiosar la "mano invisible" del mercado y desdeñar las tradiciones religiosas, pretendiendo confinarlas a los templos y a la vida privada.
Los orientales se equivocan por confesionalizar la política, como si las personas se dividiesen entre creyentes y no creyentes (o adeptos a mi fe y los demás). Cuando la línea divisoria de la población mundial es la injusticia que margina a 4 mil de los 7 mil millones de habitantes.
A su vez los occidentales caen en el grave error de pretender imponer a todos los pueblos, por la fuerza y por el dinero, su paradigma civilizatorio fundado en la acumulación de la riqueza, en el consumismo y en la propiedad privada por encima de los derechos humanos.
Un cristianismo a imagen y semejanza del capitalismo
Muchos de nosotros, presentes en esta sala de la Academia Brasileña de Letras, somos hijos e hijas del siglo 20 y nacimos en familias católicas. Fuimos bautizados y crismados, hicimos la primera comunión, aprendimos a rezar y a tenerles devoción a los santos y santas.
Ese cristianismo casaba perfectamente con la moral burguesa que divorciaba lo personal de lo social, lo privado de lo público. Era pecado el masturbarse pero no el pagar un salario injusto a la empleada doméstica recluida en la casa en un cuartucho irrespirable, desprovista de derechos laborales y obligada a desempeñar múltiples tareas. Era pecado faltar a misa los domingos, pero no el impedir a una niña negra el asistir al colegio religioso de los blancos. Era pecado tener malos pensamientos, pero no el gastar en licor en una noche lo que el mesero que servía no ganaba en tres meses de trabajo.
Como señaló Max Weber, el cristianismo dotó de espíritu al capitalismo. Hay que tener fe en la mano invisible del mercado, así como se cree en el Dios que no se ve. Hay que estar convencido de que todo depende de méritos personales, y que la pobreza es resultado de pecados capitales como la pereza y la lujuria. Hay que tener presente que son muchos los llamados pero pocos los elegidos para disfrutar, ya en la Tierra, las alegrías que el Señor promete a los escogidos en las mansiones celestiales...
No fue el cristianismo quien convirtió al imperio romano en la época de Constantino. Fueron los romanos quienes convirtieron a la Iglesia en potencia imperial. De igual modo, no fue el cristianismo quien evangelizó a Occidente sino que fue el capitalismo occidental quien lo impregnó del espíritu de usura, de individualismo, de competitividad. ¿Y qué es lo que la historia exhibe como resultado?
Todas las naciones esclavistas de la modernidad eran cristianas. Eran cristianas las naciones que promovieron el genocidio indígena en América Latina. Es cristiano el país que cometió el mayor atentado terrorista de la historia al calcinar a miles de personas con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Eran cristianos los gobiernos que desencadenaron las dos grandes guerras del siglo 20. Ostentaban el título de cristianas las dictaduras que, en el siglo pasado, proliferaron en América Latina, patrocinadas por la CIA. Cristianos son los países que más devastaron el medioambiente. Como son cristianos los que producen más pornografía y abastecen el narcotráfico. Y son cristianas muchas naciones, como el Brasil, en las que se torna insultante la desigualdad social.
¿De qué diablos de cristianismo estamos hablando? Ciertamente no del que reflejaría en la práctica los valores proclamados por Jesucristo.
¿Jesús vino a fundar una religión?
Fuimos educados en la idea de que Jesús vino a fundar una religión o una Iglesia. Eso no concuerda con lo que dicen los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, principales fuentes sobre la persona de Jesús.
En todos esos evangelios la palabra Iglesia (ecclesia, en griego) sólo aparece dos veces, y sólo en el evangelista Mateo. Y esos evangelios constatan que Jesús fue crítico severo de la religión vigente en la Palestina de su tiempo, para lo cual basta con leer el capítulo 23 de Mateo.
La expresión Reino de Dios (o reino de los cielos en Mateo) aparece más de cien veces en boca de Jesús. El teólogo Alfred Loisy decía que Jesús predicó el Reino, pero lo que llegó fue la Iglesia...
Jesús vivió, murió y resucitó en el reino de César, título dado a los primeros once emperadores romanos. Desde el año 63 antes de nuestra era Palestina estaba sometida al dominio del imperio romano. Era una simple provincia fuertemente controlada política, económica y militarmente desde Roma. Toda la actuación de Jesús se dio bajo el reinado del emperador Tiberio Claudio Nero César, que permaneció en el poder desde el año 14 al 37. La Palestina en la que vivió Jesús estaba gobernada por autoridades nombradas por Tiberio, como el gobernador Poncio Pilatos (que, curiosamente, quedó inmortalizado en el Credo cristiano) y la familia del rey Herodes. Predominaba allí una sociedad tributaria dirigida por un poder central mantenido por los impuestos cobrados al pueblo, tanto el de las comunidades rurales como el de las ciudades.
Por tanto, hablar de otro reino, el de Dios, dentro del reino de César, equivaldría hoy a hablar de democracia en tiempo de dictadura. Lo cual explica el por qué todos nosotros, cristianos, somos discípulos de un prisionero político. Como tantos perseguidos por gobiernos autoritarios, que estuvieron encarcelados, torturados y asesinados, él también fue apresado, torturado, juzgado por dos poderes políticos y condenado a muerte en cruz. La pregunta que hay que hacer es: ¿qué tipo de fe tienen hoy los cristianos que ni reaccionan ante este desorden establecido, en el cual, según la Oxfam, 62 familias tienen en sus manos la fortuna equivalente a lo que poseen 3,600 millones de personas, o sea la mitad de la humanidad?
Al contrario de lo que muchos piensan, para Jesús el Reino de Dios no era algo de arriba, del cielo, sino que era algo que debía ser conquistado en esta vida y en esta Tierra. "Vine para que todos tengan vida, y vida en abundancia" (Juan 10,10). Y él mismo fue, por excelencia, el hombre nuevo, prototipo de lo que debieran ser todos los hombres y mujeres del ‘Reino' futuro, la civilización del amor, de la justicia y la solidaridad.
Las bases de ese proyecto civilizatorio y sus valores están reflejados en la práctica y en las palabras de Jesús. Si actuamos como él, ese nuevo mundo se hará realidad. Ésta es la esencia de la promesa de Jesús.
La centralidad de lo humano
Usted puede no tener fe cristiana e incluso aversión a la Iglesia. Pero usted va por el camino de Jesús si es una persona hambrienta de justicia, despojada de cualquier prejuicio respecto a los seres humanos, capaz de compartir sus bienes con los necesitados, de preservar el medioambiente, de tener compasión y saber perdonar, y de ser solidario con las causas que defienden los derechos de los pobres.
Jesús no vino a abrirnos las puertas de los cielos. Vino a rescatar la obra originaria de Dios, que nos creó para vivir en un paraíso, según el libro del Génesis. Si el paraíso no se realizó es porque abusamos de nuestra libertad por el ansia de hacer mío lo que, por derecho, es de todos.
Jesús no vino como un extraterrestre que trajera un catálogo de verdades extrañas a nuestro mundo. Vino a re-velar, a desvelar, a quitar el velo, o sea a hacernos ver lo que ya es parte de nuestro proceder, de nuestra práctica cotidiana, pero de cuyo valor trascendente no teníamos ni idea.
Vino a despertarnos: el mundo que Dios desea tiene ese perfil, esas características. Un mundo en el que no haya excluidos, hambrientos ni tratados injustamente. Un mundo en el que la solidaridad reine sobre la competitividad y la reconciliación sobre la venganza.
Ese proyecto de Dios, anunciado por Jesús, tiene su centralidad, no en Dios, sino en el ser humano, imagen y semejanza de Dios. Sólo en la relación con el prójimo se puede amar, servir y dar culto a Dios.
Los misioneros que colonizaron América Latina quemaron indígenas, como el cacique Hatuey, en Cuba, por dar culto a otro dios distinto del de los cristianos. Ahora bien, Jesús no predicó a los fariseos y saduceos otro Dios, diferente de aquel a quien daban culto los judíos en el templo de Jerusalén. Predicó que el ser supremo para el ser humano es el ser humano. En Mateo 25, 31-46 Jesús se identifica con el hambriento, el sediento, el emigrante, el desnudo, el enfermo, el prisionero. Y recalca que sirve a Dios quien libera al prójimo de un mundo que produce esas formas de opresión y exclusión.
Por tanto lo que Jesús vino a introducir entre nosotros no fue una Iglesia o una nueva religión, sino un nuevo proyecto civilizatorio, basado en el amor al próximo y a la naturaleza, en el compartimiento de las bienes de la Tierra y de los frutos del trabajo humano. Una nueva civilización en la que todos quedarían incluidos: ciegos, cojos, leprosos, mendigos y prostitutas. Y en la cual la vida, don mayor de Dios, sería disfrutada por todos en plenitud.
¿Cómo lograr semejante proyecto civilizatorio? Jesús acentuó nítidamente que para eso es necesario renunciar, como valores o meta de la vida, al tener, al placer y al poder, simbolizados en los episodios de las tentaciones sufridas por él en el desierto (Lucas 4, 1-13). Y, al contrario de lo que se supone, quien lo hace encuentra lo que todo ser humano más ansía, la felicidad o, en términos del Evangelio, la bienaventuranza, explicitada por Jesús en ocho vías que imprimen sentido altruista a nuestras vidas (Mateo 5,3-12).
Hay que ser solidario con los excluidos, como hizo el buen samaritano; compasivo, como el padre del hijo pródigo; despojado, como la viuda que donó al templo el dinero que necesitaba. Hay que asegurar a todos condiciones dignas de vida, como se dice en el relato de la multiplicación de panes y peces. Hay que denunciar a los que ponen la ley por sobre los derechos humanos y hacen de la casa de Dios una cueva de ladrones. Hay que hacer de nuestra carne y sangre pan y vino para que todos, como hermanos y hermanas, en torno a la misma mesa, comulguen en el milagro de la vida unidos por un solo Espíritu.
Ahora bien, si estamos de acuerdo con el fundamento de toda la predicación de Jesús -de que el ser supremo para el ser humano es el mismo ser humano- entonces sólo nos falta preguntar por qué tantos seres humanos, en este mundo globocolonizado en que vivimos, están condenados, por estructuras injustas, a la miseria, a la exclusión, a la emigración forzosa, a la muerte precoz, en fin a una vida de sufrimiento y opresión.
Y tengan o no fe en Dios, todos los que se comprometen en combatir las causas de la injusticia hacen la voluntad de Dios según la palabra de Jesús. Y así demuestran que ese "reino de César" debe ser abolido para dar lugar a otro reino, en el cual todos tengan asegurados, por sus estructuras, la vida en plenitud. En eso se resume el proyecto de Dios para la historia humana y la utopía anunciada por Jesús.
Déjate colgar
Un año más se acercaba Semana Santa y un sinfín de planes como opción. Pero el destino estaba claro: volver a la sierra de Albarracín a la Pascua Rural del MJD. El año pasado la experiencia fue inmejorable, con lo que repetimos y, ¿por qué no apuntarse a organizarlo?
Así que nos pusimos manos a la obra y comenzamos a pensar, llamar, coordinar, convocar, reservar, en definitiva paso a paso ir haciendo aquellas cositas que necesitábamos tener previstas antes de llegar ahí y que hasta que no te pones a hacerlas no llegas a apreciar el trabajo que otros han hecho antes que tú para que todo esté a punto al inicio de la pascua.
Y llegó el momento, nos fuimos a Albarracín, cruzando los dedos para que todo saliera perfecto y todos disfrutáramos de la Pascua y lográramos sacar el mejor partido de esos días.
El lema que propusimos este año fue “Déjate Colgar”, pero, ¿colgarse de qué, para qué, por qué…? De manera aislada no deja de sonar un poco raro. Así que el reto estaba en descubrir de qué nos íbamos a dejar colgar y saber si estábamos, cada uno, dispuestos a ello. Esto venía dado poco a poco: durante la oración de acogida – con aquel alpinista que no confió – nos pusimos en situación. A través de 3 estupendos talleres hablamos de amor, misericordia, nos pusimos en la piel de otros menos afortunados que nosotros, y logramos llegar a nuestras propias conclusiones sobre lo que dejarse colgar significaba, y poco a poco fuimos despejando aquellas dudas iniciales. Compartir la Hora Santa y la Penitencial todo el grupo fueron momentos importantes, encontrando “al lado de quién me siento”, removiendo en mi lo que sucede actualmente a mi lado, en mi ciudad, en el mundo y mi manera de afrontarlo, de involucrarme, de que no me sea indiferente. Así que con esta parte fui teniendo resuelta la pascua a nivel más individual o íntimo. A pesar de ser momentos en los que estábamos todos, no dejaron de ser momentos para el crecimiento personal.
Sin duda todo lo anterior vino bien para centrarme y llegar a mi pueblo – este año Terriente – a preparar las celebraciones y compartirlas con el pueblo. Comprobé es tan importante compartir las celebraciones religiosas – con un grupo muy muy selecto de asistentes – como aquellos momentos de fiesta: una chocolatada y una cena, ya que encontramos momentos de diálogo con mucha más gente, que a pesar de no venir a las celebraciones nos recordaba de otros años y nos acogía como si fuéramos parte de la familia. Sin duda mereció la pena cuando más de uno coincidió en decirnos que habíamos sido “un soplo de aire fresco”, el cual sinceramente creo que fue mutuo.
Al final de la pascua me quedó claro que, a diferencia del alpinista del primer día, me quiero dejar colgar. Me cuelgo de Dios, de mi comunidad, de mi familia, de mis amigos…. y sé que nos colgamos entre todos, que somos una cadena, que siempre habrá alguien que te sirva de “línea de vida” pero con la certeza de tu le servirás a otro. Así que me atrevo a decir, incluso sin tener claro que sea el mejor cierre, que esta pascua no solo mereció la pena, sino que también mereció la alegría.
Las leyes que nos protegen… también a “ellos”
Desde Bruselas nos llegan noticias abrumadoras. Los muertos pasan de treinta y los heridos superan los doscientos. La incertidumbre y el desconcierto invaden las calles y la vida sortea el miedo para conseguir que vuelva a ser lo que siempre ha sido. La rabia se extiende por todas partes, pero sólo queda ahí, en el interior de cada uno que tratará de canalizarla como buenamente pueda. No busca enemigos a los que hacer depositarios de la fuerza destructora que “ellos” utilizan de forma tan inhumana. Los correligionarios de los asesinos kamikaces podrán pasear por Bélgica, y por cualquier otro país, sin temor a quienes no comparten su fe. Nadie va a hacerlos culpables de aquellos que gritan “Alá es grande” mientras extienden la muerte a su alrededor. Justo lo contrario de lo que ocurriría en sus países de origen. Si unos cristianos hubieran atentado en sus calles o en sus aeropuertos, seguro que la venganza habría llegado a los barrios cristianos y los muertos serían el cumplimiento del “ojo por ojo y diente por diente”. Aquí no. Hay leyes que resguardan la seguridad de esos hombres y mujeres que, siendo de religión musulmana y viviendo entre nosotros, saben que son esas leyes las que les permiten seguir viviendo como los demás, aunque las “células durmientes” sigan entre ellos y puedan gozar de su anónima protección.
Aquí las leyes protegen a todos y los musulmanes pueden seguir compartiendo vida sin miedo a negras venganzas. Ellos y ellas podrán seguir usando sus distintivos religiosos y nadie los despreciará cuando hagan alarde de su fe. Ellos podrán usar los medios de comunicación y podrán orar en sus mezquitas sin temor a que los cristianos atenten contra ellos. Todavía no ha llegado la hora de las venganzas cuyos objetivos indiscriminados podían tenerlos como fin de la violencia. Esperemos que nunca llegue esa hora. Los asesinos saben que las leyes se aplican a todos y se cumplen sin tener que esperar y temer la muerte segura. Esa ley, construida con ingredientes que nacen de nuestra cultura cristiana, les protegerá y asegurará que no mueran por los crímenes cometidos por quienes se hacen llamar “enemigos de los infieles”.
Los que se suicidan gritando absurdas y contradictorias máximas religiosas, marchan camino de su paraíso -según afirman creer- y llegarán allí con las manos ensangrentadas, dejando el dolor y la rabia repartida por todos los rincones. Me asusta pensar que los crímenes cuenten con premios… Aquellos que logren sobrevivir saben que podrán seguir disfrutando de la vida, esa que ellos han arrebatado de forma cruel a inocentes ciudadanos que solo deseaban regresar a casa tras su horario de trabajo. Estos inocentes ciudadanos se quedaron en el camino, mientras en sus hogares les esperaban sus seres queridos confiando en que las cosas serían como siempre han sido. No fue así. Por el camino se cruzaron con alguien que decidió destruir su horario y convertirlos en víctimas mortales. El asesino que no se atrevió a inmolarse vivirá unos días o meses como una rata huyendo por las cloacas de la vida. Cuando al final sea detenido, contará con un abogado que tratará de apoyarle para que su vida siga en pie. La ley nos protege a todos para que la muerte no llegue a nadie antes de lo que Dios tenga previsto. Esa ley cubrirá sus días de seguridad y nunca recibirá el castigo que él ocasionó a quienes abatió vilmente el día en que, desgraciadamente, se cruzaron en su camino.
Fr. Salustiano Mateos Gómara
Valladolid, 23 de marzo de 2016
Vida preñada de Vida, es nuestra vida.
Con otros ojos
Blog de: Sor María Dolores Pérez Mesurodomingo, 27 de marzo de 2016 Vida preñada de Vida, es nuestra vida. Testigos de tu Resurrección, porque tú has hecho la vida perfecta, todo lo has hecho Bien; sino no tiene sentido nuestro vivir, Sólo sintiéndome resucitada con el Hijo, en Dios. Se han marchado en el año, personas que queremos y de pronto uno se encuentra también pensando en el “miedo” a la enfermedad que asalta sin avisar, entonces me vuelvo a interrogar sobre la muerte y el sentido de la propia vida, por qué y para qué hemos nacido. Sólo en ti, Jesús, tengo la Respuesta; sólo... y la Esperanza. Me siento nueva no quiero “quedarme mirando lo muerto sino “AL QUE VIVE”. Oigo: “NO tengáis miedo, creed en mí y creed también en Dios” “PAZ A VOSOTROS”.¡COMO CAMBIARÍA NUESTRA VIDA SI UTILIZARAMOS TODAS LAS
POSIBILIDADES!
Isaura Díaz Figueiredo
En el mundo sub-microscópico de las partículas elementales de energía, el universo actúa de forma muy diferente a la que conocemos de nuestro mundo físico.
Cuanta labor me costó comprender este comportamiento en mis estudios de neurociencias y bioenergética dentro de la medicina cuántica
Quiero entender que aquel estudio me reveló la naturaleza verdadera del universo, lo que vemos en el nivel físico es una ilusión creada muy cuidadosamente. Por ejemplo, en un momento dado, la vida encuentra una gama infinita de posibilidades, de esas posibilidades cuando tomas una decisión en cuanto a qué hacer, entonces y –solo entonces- tú futuro inmediato es una realidad en lugar de otra posibilidad. Entonces y solo entonces, se está escribiendo el paso siguiente en tu historia
Las partículas en la física cuántica, tales como los fotones de la luz, solo se convierten en partículas de energía cuando pones tu atención e ellos. Hasta entonces, permanecen como campos de influencia que irradian ondas de energía, no partículas. Esas ondas energéticas en lugar de viajar e forma de partículas directamente desde A hasta B, se irradian en forma de onda con la capacidad de explorar todas las vías posibles ante ellas.
Las partículas de energía habitan en un mundo de posibilidades en espera de hacerse manifiestas por decisión consciente de alguien en algún lugar.
En un universo consciente, cualquier roma de atención, incluso la de un observador pasivo, manifiesta partículas reales de las ondas potencias
Como se humanos, nacimos para manifestar una vida de posibilidades infinitas. En cada paso del camino creas tu historia al decidir qué posibilidades exploras y construyes tu camino por medio de la acción.
Tú eliges y creas tu propia experiencia al escoger entre las posibilidades haciendo que estas se manifiesten.
Con éste pequeño cuento nos daremos cuenta la importancia de conocer y hacer uso de todas nuestras posibilidades
EL ALCÓN MILO
En un país muy lejano, un rey recibió como ofrenda dos jóvenes halcones y los envió al cetrero para hacerlos adiestrar. Al cabo de varios meses, el rey se interesó por sus dos preciadas aves. El cetrero le informó de que una de ellas respondía perfectamente al adiestramiento, pero la otra no había vuelto a moverse de la rama en que la que se había posado el primer día.
El rey reclamó la presencia de todo tipo de curanderos para que viesen al halcón, pero nadie logró hacerlo volar. Decidió entonces confiar la misión a los más destacados miembros de la corte, pero tampoco obtuvieron ningún resultado.
Desesperado, el rey comunicó al pueblo que ofrecería una jugosa recompensa a quien consiguiese hacer volar al animal.
Al día siguiente por la mañana, vio al halcón volar ante las ventanas de palacio y pidió a sus cortesanos: “¡Traed ante mí al autor de este milagro!”
Fue un humilde siervo quien se presentó entonces ante él.
El rey le preguntó: “¿Eres tú quien ha hecho volar al halcón? ¿Cómo lo has conseguido? ¿Acaso eres mago?”
Intimidado, el siervo respondió a su rey: “No es magia, Majestad. Sólo he cortado la rama. El halcón se dio cuenta de que tenía alas y empezó a volar”
DE LA VIGILIA PASCUAL A
PENTECOSTÉS
Fr. Luis Lago Alba
Con la solemne y gozosa gran vigilia, celebrada la
noche del sábado santo, alcanza su cima el Triduo sacro que se extiende desde
el jueves con la Cena del Señor y termina con las vísperas del Domingo.
Entonces comienza el tiempo pascual que se prolongará durante
cuarenta días hasta la fiesta de la Ascensión y, diez días más tarde, la de
Pentecostés. Después de haber celebrado la pasión y crucifixión, el viernes, la
Iglesia acompaña y vela durante el sábado a su esposo sepultado y “ descendido
a los infiernos”; en la vigilia pascual celebramos la resurrección y
glorificación del crucificado.
El vocablo “Pascua” proviene del verbo hebreo que no
significa “padecer” sino “pasar”. En la fiesta de la Pascua celebramos,
como los judíos, el paso de Yahveh que pasó conduciendo a su pueblo de la
esclavitud de Egipto a la liberación en la tierra prometida, pero celebramos,
sobre todo, el paso de Jesucristo del sepulcro, de “los infiernos o lugar
de los muertos”, a su vida gloriosa junto al Padre, y el paso de los
redimidos por Jesucristo de la muerte y del pecado a la vida nueva en el
Espíritu santo, anticipo del paso definitivo en la hora de la muerte a vivir la
vida gloriosa, en la morada definitiva, que Cristo nos fue a preparar.
Quizá hubo un tiempo en el que el luto y el dolor
propios del viernes santo oscurecían el mensaje gozoso de la Pascua como paso
victorioso de la muerte a la vida nueva; existe también el peligro
contrario de que el mensaje de la alegría pascual pueda inclinarnos a
olvidar el dolor del viernes santo. Es preciso buscar el equilibrio: sólo viviendo la agonía y la
angustia de Getsemaní y del viernes santo puede acogerse plenamente el gozo y
la gloria del domingo de resurrección, así como sólo en el horizonte y la
esperanza del domingo de Pascua pude vivirse con paciencia y esperanza el dolor
y el abandono del viernes santo.
La Vigilia Pascual, madre de todas las
vigilias, es la más hermosa y gozosa celebración del año cristiano. Símbolo del
gran silencio y oscurecimiento del mundo tras la muerte del Redentor, reina esa
noche en la iglesia una oscuridad total pues están apagadas todas las
luces. Comienza la celebración con el “lucernario”: el celebrante, fuera de la
Iglesia, bendice el fuego y enciende el cirio pascual en el cual los fieles van
encendiendo sus velas: se iluminan sus rostros, se alegran sus corazones
como fruto y símbolo de la luz y vida nueva que trae el resucitado; toda la
iglesia se llena ahora de luz, símbolo de un mundo nuevo redimido y iluminado
por Cristo. El vibrante pregón de san Agustín canta con júbilo esta maravillosa
noche santa, canta a Cristo vencedor de la muerte y del pecado. En la liturgia
de la palabra, siete lecturas tomadas de Antiguo Testamento recuerdan y celebran
las intervenciones liberadoras de Dios en la larga historia que abarca desde la
creación del mundo y del hombre hasta las alianzas con Abraham y Moisés, la
liberación de Egipto; las lecturas del Nuevo Testamento relatan y proclaman la
Resurrección de Cristo y la incorporación de los bautizados a su muerte y
resurrección. Se escucha de nuevo el canto gozoso del Gloria y del aleluya
suprimidos durante la cuaresma.
Después se celebra la liturgia bautismal: es
la noche en la que los catecúmenos adultos recibían el bautismo para el que se
prepararon durante la cuaresma. Se celebre o no el bautismo, de adultos o de
niños, todos los fieles renuevan sus promesas bautismales, como si renovasen su
bautismo, sacramento primero y fundamental; por él el hombre es
incorporado a Cristo resucitado y vive la vida de hijo de Dios. De forma
particularmente solemne hacen profesión de su fe en el Resucitado: Cristo, el
crucificado, sepultado, que descendió a los infiernos, solidario con todos
los muertos vive, pasó de la muerte a la vida gloriosa junto a Dios.
Resucitó como primicia de los muertos; todos hemos sido corresucitados con él,
y, transformados y renovados por su Espíritu, vivimos una vida nueva, anticipo
de la plenitud de vida que viviremos con él cuando pasemos del destierro a la
Patria, en espera de la glorificación total de la humanidad y del universo
cuando Dios sea “todo en todos”.
La celebración de la fiesta de la
resurrección se prolonga durante una octava solemne y de otra
forma durante cincuenta días hasta la fiesta Pentecostés y, como fiesta
previa, la Ascensión cuarenta días después de la resurrección. Pero la
resurrección se celebra de manera festiva cada domingo; de manera que, junto a
la pascua anual, existe la pascua semanal. Sobre esto dice el Concilio Vaticano
II en la Constitución sobre la liturgia: “Cada semana, en el día llamado “ día
del Señor”, la Iglesia conmemora su resurrección que una vez al año celebra
también, junto con su santa pasión en la máxima solemnidad de la Pascua (SC
102). “ Por esto, añade el Concilio, el domingo es la fiesta primordial,
que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles, de modo que sea
también día de alegría y de liberación del trabajo”. De otra forma en cada
celebración de la Eucaristía celebramos y proclamamos la vida, muerte y
resurrección del Señor.
“ En realidad el misterio del hombre sólo se
esclarece en el misterio del Verbo encarnado”, recordaba al Concilio (GS 22).
El alma del hombre se orienta al misterio. Hay un camino de ida y vuelta entre
el misterio del Verbo encarnado y el misterio de cada hombre. Para descubrir el
misterio del Verbo Encarnado, de Jesucristo, muerto y resucitado, debe el
hombre primero vivir atento al misterio de su propia existencia, al misterio de
su gozo, de su dolor y de su confusa pero siempre presente
esperanza de una existencia redimida, de una historia y de un mundo nuevo.
Y en la contemplación y celebración del misterio de Cristo, en el gozo de
Navidad, el dolor del viernes santo y la alegría de su resurrección y vida
glorificada, descubre el hombre el sentido último, oculto, de su misteriosa
existencia y puede vivir con paciencia y esperanza su propio misterio. Quien
vive el gozo desbordante de Navidad, el gozo de la cercanía y ternura de Dios,
está capacitado para vivir también la lejanía de Dios y el desamparo y
angustia del Viernes santo, también el de su viernes santo particular, y
quien acoge y vive el desamparo y dolor del Viernes santo está también
preparado para recibir, acoger y vivir el mensaje de la alegría de una vida
nueva en la tierra y una vida gloriosa en la eternidad.
Luis Lago Alba
Velad y orad
Editado por
Sor Gemma MoratóEl evangelio de Lucas cuando narra las tentaciones de Jesús en el desierto termina con estas palabras: “Cuando el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por un tiempo” (Lc 4.13).He aquí que el tiempo propicio para el tentador llegó en Getsemaní, lugar del cumplimiento total e la voluntad de Dios. Jesús siente el peso de todo lo que le viene encima y se aleja de sus apóstoles para orar y les pide que oren y velen con él. Jesús oraba de rodillas diciendo: “Padre si quieres, líbrame de esta copa amarga; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22, 41). Con la sumisión de Jesús a la voluntad del Padre, el diablo tuvo las de perder. Esta sumisión nos impresiona. La hora de Jesús ha llegado, el Hijo del Hombre será librado a los pecadores.
Pero Satanás sí pudo con los apóstoles ya que cuando Jesús se levantó de su oración se fue a encontrarlos “los encontró dormidos, vencidos por la tristeza y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para que no caigáis en tentación” (Lc 22, 45-46). Jesús no les reprocha ni acusa pero les advierte que sin vigilancia y oración es imposible vencer las tentaciones. Nuestro corazón debe estar en alerta porque no podemos contar con nuestras propias fuerzas sino en las que nos vienen del Señor: “Sin mí no podéis nada”, había advertido el Maestro.
Tengamos presente durante estos días santos la ofrenda que Jesús hace de sí mismo al Padre para librarnos de las garras del enemigo. Su muerte ha ganado la reconciliación definitiva del hombre con Dios. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
Breviario del dolor
Juan Antonio Mateos Pérez
El Hombre y su dolor van de la mano.
Muerte y resurrección (…)
Que germine el dolor, que de la muerte
broten las rosas que proclaman
los corales hermosos de la vida.
José Luis Puerto, Pasión de primavera
En plena
Pascua, se ha producido un nuevo atentado contra cristianos, el odio
deformado del terrorismo, ha provocado más de 70 muertos de niños y
mujeres en un parque de Lahore (Pakistán). El lugar estaba abarrotado,
allí se reúnen los cristianos para celebrar el domingo de resurrección.
Los atentados de cristianos por todo el mundo no suelen tener grandes repercusiones en la prensa Occidental,
posiblemente por la pérdida progresiva de identificación del mundo
europeo con la religión cristiana, o bien a una ética líquida,
indiferente al sufrimiento de personas que considera alejadas de su
realidad cercana ¿Será verdad que hay muertos de primera? ¿O bien
estamos necesitados más que nunca de misericordia? En medio del dolor y
del silencio, siguen denunciando su situación en medio de la esperanza y
manteniendo su fe en alto y florida como la Pascua.
No es la primera vez que sucede, ni será la última que un kamikaze suicida atente contra cristianos. “Los cristianos eran nuestro objetivo”, comentó por teléfono Ehsanullah Ehsan, un portavoz de la facción Jamaat-ul-Ahrar, grupo talibán pakistaní, aseguró que el grupo llevará a cabo más ataques en escuelas y universidades.
Este grupo talibán, surge en el 2014, prometiendo lealtad al ISIS,
actúa contra minorías religiosas, sobre todo la cristiana. Hace un año,
en marzo de 2015, varios ataques contra dos iglesias cristianas
provocaron 17 muertos y más de 75 heridos. Ahí siguen estos cristianos a la intemperie, sin protección del gobierno y sin tomar medidas para su protección.
Todavía
están recientes los asesinatos de las Misioneras de la Caridad en Yemen y
el secuestro del sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil, de nacionalidad
india, que desapareció tras la masacre del alberge y el convento.
Todavía tenemos en mente y en el corazón, la masacre yihadista de 147
estudiantes cristianos en Kenia en abril de 2015. La religión cristiana es la religión más perseguida del planeta,
un drama de dimensiones cada vez mayores que no podemos silenciar en
estas páginas. Cerca de unos 100. 000 cristianos pierden la vida cada
año en cualquier parte del mundo sólo a causa de su fe, uno cada cinco minutos,
pasando esta catástrofe inadvertida para la mayor parte de los medios
de comunicación y para la sociedad en general. En la sociedad de los
derechos humanos, de las libertades, parece increíble que todavía pueda
haber mártires por su fe, pero así es, con el silencio de muchos.
En lo que
llevamos de año ha aumentado la persecución religiosa a cristianos
respecto al 2015, la persecución se recrudece en Eritrea y Pakistán,
aunque la lista está encabeza por Corea del Norte. Los niveles máximos
de violencia dirigida a cristianos en 2016, se dieron en Nigeria,
Pakistán, Irak, Siria, Myanmar, República Centroafricana, Egipto,
México, Sudán e India. Una nueva Iglesia de las catacumbas
se está gestando en todos los rincones de la tierra por fenómenos como
el extremismo islámico, el nacionalismo y la intolerancia religiosa. Es
casi una odisea para muchos cristianos, reunirse en casas particulares en pequeños grupos simplemente a orar, si son descubiertos, pueden ser encarcelados o sufrir violencia física. Con lo que ir a misa,
aunque ser realice en casas particulares, supone una gran aventura, una
fe profunda y una hondura cristiana a prueba de persecuciones, un
hambre real de Jesús y la eucaristía. De hecho, mientras en Europa se
retraen los cristianos que afirman la fe, en muchos lugares del mundo,
ser cristiano es símbolo de libertad y tolerancia, su lucha y
resistencia son símbolo de su amor a Dios y de la dignidad humana.
En
esta sociedad líquida y globalizada, nuestro mundo está viviendo una
profunda crisis de identidad, las normas se tambalean y la línea entre
lo bueno y lo malo cada vez es más delgada. No podemos dejar que las grandes declaraciones de derechos se queden sólo en unos principios, debemos en nuestra vida de cada día llenarlas de sentido y de contenido real. Más que nunca se necesita un consenso social a nivel mundial y una ética para paz,
en un mundo cada vez más globalizado. Una ética y pedagogía de la paz,
implicaba una praxis de transformación de la persona y del mundo,
construida no desde el orden, sino desde los valores de la libertad
social y la justicia socio-económica.
El
triunfo de la vida en la Pascua cristiana, no aplaza esa realidad para
al sepulcro o el mundo muerte. El cristiano busca a su Dios donde hay
vida, sabe que una vida crucificada vivida hasta el final con el
espíritu de Jesús, solo le espera la resurrección. La resurrección de
Jesús recuerda que Dios tiene la última palabra, a pesar del absurdo,
del sufrimiento, del mal, del dolor y la muerte. Jesús invita a vivirlo
personalmente en cada corazón, a trasformar ser interior y dar sentido a
la existencia a través del amor. Invita a tener pasión por la vida,
compasión por los que sufren y esperanza por un mundo más pleno y justo.
Quisiera traer aquellas palabras de mi querido profesor Manuel Fraijó, “la
fe en la resurrección, es una fe difícil de compartir, no difícil de
admirar. Representa un noble esfuerzo por seguir afirmando la vida
incluso allí donde sucumbe derrotada por la muerte”.
Orquesta de desaparecidos
El atril
Blog de: Fray Antonio Praena Segura, OPmiércoles, 30 de marzo de 2016 | Hay 1 comentarios
Orquesta de desaparecidos
Francisco Javier Irazoki
Hiperión 2015
No
están desaparecidos todos los integrantes de esta orquesta, como, por
ejemplo, Eloy Sánchez Rosillo, de cuya obra poética se hace acompañar
Irazoki por las calles de París. Nos lo dice en uno de los primeros
textos de este libro. Y es, en realidad, no tanto una declaración de
principios como de finales. Quizá una declaración de estado. De estado
presente. Irazoki elige a quienes han decidido elegir la respuesta
luminosa para aquellas cosas que también podrían tener una respuesta
oscura. Frente a la buena fama de la angustia en “nuestra” cultura -el
“nuestra” es cosa del autor-, existe otra alternativa: la conciencia
contra la simpleza sombría.
En los
textos de esta “Orquesta de desaparecidos” percibimos claramente esa
opción precisamente en cuanto opción, en cuanto voluntad y balance de
vida. Como si el verdadero compromiso consistiera en alejarse del coro
de plañideras, profetas de calamidades y traficantes de desdichas que
tan comercialmente pueblan el panorama artístico. Los campeonatos de
dolor literario otorgan coronas, pero no es el compromiso con el mundo
el que importa a sus vencedores, sino el compromiso con su propia
exaltación.
Los
textos de Irazoki no necesitan imitar el tono y las músicas marginales
ni los versículos con olor a serpiente. Nos alertan contra las ráfagas
herméticas por las que “el lector vuela con los ojos vendados” así como
contra los gestos comerciales de abandono y languidez, esos libros de
poemas en los que la sordina y el filtro sepia impiden escuchar con
nitidez el apogeo de la vida. El verdadero arte consiste en trasmitir la
complejidad con expresión limpia, llevar la profundidad a la
superficie.
Y eso
explica este libro por el que desfilan retazos autobiográficos en los
que lo verdaderamente importante son los otros, desaparecidos o no:
familiares, artistas callejeros o consagrados, personajes anónimos en
cuyos hombros cae la carga ética de nuestro tiempo. El anonimato también
como una opción en la que ética y estética se conforman mutuamente.
Víctimas
del Gulag o de la Zona Cero de Nueva York, hombres que pudiendo
triunfar regalaron su suerte a otros escritores, poetas verdaderos que
tuvieron que protegerse tras la máscara de la locura o la hermana muerta
que, sencillamente, lo acompañó para que él pudiera estar solo componen
esta orquesta. Pero también la propia alma, la propia conciencia o la
propia soledad desgajadas del poeta, como verdaderos otros y otras cuya
música en realidad no nos pertenece. Y ahí su extraña belleza.
No
quiero parecer baboso, pero “Orquesta de desaparecidos” de Francisco
Javier Irazoki sí merece contarse como un libro necesario y distinto.
Frente a una literatura que podríamos denominar “Tristeza de
supermercado”, un libro impregnado de gratitud, una gratitud que excluye
recompensas.
Los cristianos de Pakistán y la naturaleza humana
Bitácora Véritas
Blog de: Sixto Castro Rodríguez, OPlunes, 28 de marzo de 2016Ayer mismo en Pakistán hicieron volar a unos cuantos cristianos que celebraban la Pascua. La noticia ha tenido algo más eco por estos pagos, creo, porque va a rebufo de los atentados de Bélgica y, sin duda, gracias a la tenaz insistencia de mucha gente que considera que es injusto no prestar atención a las cosas que suceden más allá de nuestras fronteras occidentales. Me cuesta explicarme la indiferencia con que se recibe este tipo de cosas, es decir, que en buena parte del mundo se mate a gente por sus creencias. Una posible lectura de esto remite a la comprensión previa del ser humano como una especie de ente al que se le van añadiendo cosas que, en el fondo, son, o bien superfluas o, en el mejor de los casos, intercambiables, como un robotito o un ordenador al que le cambio una fuente de alimentación por otra más potente o más colorida. O como Míster Potato. Y sospecho que en nuestra mentalidad occidental dominante, las creencias religiosas son una de esas cosas que se añaden a una (inexistente, según el discurso dominante) naturaleza humana. En cuanto añadido, no forma parte de qué es ser humano o, en el mejor de los casos, como decía, es sustituible. Cámbiese, de religión, hombre de Dios, que anda usted buscando que le maten. Esa mentalidad “ikea” que se ha instalado entre nosotros es la que no entiende absolutamente nada de en qué consiste ser persona. Pero como no hay “naturaleza humana”, no sé ni de qué estoy discutiendo.
N.B. El otro día escuchaba un debate muy interesante en la radio y tan poco fundamentado que me atrapó… Sobre la castidad, la abstinencia, el sexo y esas cosas. ¿Cómo no me iba a atrapar? La defensora de la libertad (creo) sostenía sin complejos que la abstinencia era “antinatural”. Se nos coló otra vez la naturaleza humana en el discurso. Pero solo vale para según qué cosas. En fin… Felices Pascuas.
Pasión, muerte y resurrección en nuestro mundo
Fr. Juan José de León Lastra
26 de marzo de 2016
Las celebraciones de la pasión y muerte de Cristo nos llevan a reflexionar sobre la pasión y muerte de tanto hombre y mujer de nuestro tiempo. Como decían unos bellos versos que me llegaron a través de medios digitales, Cristo no está en la bella y expresiva imaginería que recorre nuestras calles en estos días, ni el la cruz que “adoramos” en la celebración del Viernes Santo, sino en los hombres y mujeres en cuyas caras podemos ver lo que tan bien se ve representado en esos cristos o en las “dolorosas”. Es necesario pasar de la imagen a la realidad, algo costoso en un mundo de la imagen como el nuestro. Los predicadores desde ámbitos distintos han hecho ver las diversas miserias humanas de carácter social que existen que llevan a denunciar la miseria ética de quienes las promueven o no tratan de solucionarlas. Han sido “predicaciones”, “viacrucis” de denuncia del mal de nuestro mundo en su dimensión universal. Con el peligro de que al apuntar alto y lejos en los males, perdamos de vista el mal propio, el de los que escuchan en la iglesia o en la plaza pública donde tiene lugar la celebración… (Por otra parte el predicador no debe olvidar: “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Aunque si esto nos obligase a callar, aceptar que se nos pueda decir: “haced lo que ellos dicen, pero no lo que ello hacen”). El Papa al final del viacrucis del entorno del Coliseo en su bella oración indica donde podemos ver la cruz de Cristo: la vemos en tanta miseria social, moral de nuestro mundo; pero también en tantas manifestaciones de humanidad que en él existen. Si la pasión de Cristo no tiene la última palabra, si en su muerte ganó para él y para nosotros la resurrección, el triunfo del bien, del ser humano, la posibilidad de caminar hacia la plenitud de vida humana, ello ha de estar presente también en nuestro mundo: no todo será inhumanidad ni perversidad… De lo contrario no tendrá sentido celebrar la resurrección: todo habría terminado en la muerte en la cruz. Las tinieblas que cubrieron el Gólgota serían las que cubren el mundo de hoy, sin que aparezca en ese mundo luz alguna de resurrección. No es este el mensaje de la Cruz, ni tiene que ver con la fe en la Resurrección. Y esa fe es la que da sentido a la fe en su totalidad. ¿No habrá que dedicar más tiempo y palabra a hacer ver los signos que existen de la Resurrección de Cristo en nuestro mundo de hoy? ¿Hemos de ser sólo profetas, denunciadores de calamidades? ¿Ver a Cristo sólo en la víctima y no en quien acude, desde una fuerza interior que le permite entender su vida como servicio, a socorrerla? Eso sería quedarse en la pasión y muerte y olvidar la resurrección. Por lo que sea la predicación denuncia del mal, de signos de muerte tiene más acogida –sobre todo cuando el mal es de otros- que la que ayuda a descubrir los signos de vida, el bien que existe en nuestro mundo. Nos cuesta creer que en Cristo hemos resucitado todos, como nos dice san Pablo.
Tumba vacía y apariciones, refuerzo mutuo
Nihil Obstat
Blog de: Martín Gelabert Ballester, OP miércoles, 30 de marzo de 2016
Según
el Obispo anglicano N.T. Wright hay dos datos que ayudan a entender la
“lógica histórica” de los relatos evangélicos sobre la resurrección. Son
dos datos confluyentes, que se apoyan el uno al otro, a saber: a) la
tumba vacía; b) las apariciones.
Un anuncio de la resurrección con la
presencia del cadáver de Jesús, no hubiera tenido ningún éxito. La
evidencia del cadáver hubiera sido apabullante y casi un obstáculo
insalvable para aceptar la resurrección. Pero solo la tumba vacía
tampoco hubiera probado nada. Más bien, hubiera sido un indicio serio de
que los apóstoles habían robado y ocultado el cadáver. Lo primero que
piensa María Magdalena cuando ve la tumba vacía es que el jardinero ha
trasladado el cadáver. Celso, un apologeta anticristiano del siglo II,
calificaba a los apóstoles de ladrones de cadáveres.
Por eso tuvo que haber algo más que una
tumba vacía. Hubo una presencia que se imponía a pesar de las dudas y
vacilaciones. Pero como esta presencia no era como las mundanas, porque
Jesús resucitado se aparece no a la manera terrestre, sino al modo como
se aparecen las realidades celestiales, se explica la duda y la sorpresa
de los apóstoles. No es extraño que confundieran su experiencia del
resucitado con la experiencia de los “aparecidos”, de los fantasmas, con
esa vaga impresión que a veces todos tenemos de que los muertos están
con nosotros y nos “sugieren” que siguen ahí. Ellos sabían de este tipo
de experiencias. Es posible que se preguntaran si no sería una
experiencia de este tipo la que estaban teniendo tras la muerte de
Jesús. En este caso, no habría ningún encuentro con Jesús resucitado,
sino con una apariencia fantasmagórica surgida de la propia imaginación.
Pero el sepulcro vacío hizo pensar a los
discípulos que quizás en aquellas apariciones se trataba de algo
distinto a un fantasma. Quizás era verdad que Cristo había dejado la
tierra y había resucitado, entrando en el mundo de Dios donde ya no se
muere más. Por eso digo que la tumba vacía y las apariciones se
refuerzan mutuamente. La tumba vacía ayuda a comprender que quién se
hace presente misteriosamente es aquel que ninguna tumba puede contener.
Por su parte, esta presencia misteriosa de Jesús ayuda a comprender el
motivo por el que la tumba está vacía.
Evidentemente, afirmar que Cristo ha
resucitado es un dato de fe, el dato fundamental de la fe cristiana. Por
esto no puede “probarse”. Pero puede explicarse. Y una vez aceptada por
la fe la resurrección de Cristo, el creyente busca hacerla creíble. Al
hacerla creíble, el creyente vive su fe con mayor confianza.
VÍDEO DE HOY:
"No sabemos lo que hacemos cuando ponemos número y cupo a las manos temblorosas de tantos que huyen del horror de la guerra"
Sermón de las Siete Palabras de Valladolid por el dominico fray Luis Miguel García Palacios
28 de marzo de 2016El dominico subprior del convento de San Pablo de Palencia, fray Luis Miguel García Palacios, ha sido el predicador del tradicional Sermón de las Siete Palabras de Valladolid en el año del 800 aniversario de la Orden de Predicadores.
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