miércoles, 31 de julio de 2013

Reflexión de Fr. Timothy Radcliffe en el Capítulo General

El primer día del Capítulo General de Trogir (Croacia) el ex Maestro de la Orden, Fr. Timothy Radcliffe OP, tuvo a su cargo la reflexión durante la adoración eucarística y el acto penitencial que compartieron los capitulares procedentes de todos los rincones del mundo en que la Orden de Predicadores está presente.

En su reflexión, Fr. Timothy animó a predisponer el corazón a escuchar con caridad a cada hermano, al tiempo que recordó que “el Amor significa que das la interpretación más positiva a lo que alguien está diciendo”.

Fr. Timothy aseguró que “si escuchamos, entonces, podremos encontrar palabras refrescantemente nuevas, sabiduría inesperada, que será un don para la Orden”.



Adoración
1 Juan 4, 6-7
Nos reunimos en silencio para adorar. Puede parecer extraño que una reunión de predicadores comience en silencio. Los dominicos no suelen ser buenos para estar callados. Sin embargo, Ignacio de Antioquía dijo que la Palabra surgió del silencio del Padre. Toda nuestra predicación está enraizada en el silencio, mientras escuchamos lo que Dios tiene que decirnos. El predicador es aquel que tiene el silencio al centro de su vida mientras escucha a Dios. Este es mi Hijo amado: Escúchenlo.
Durante este Capítulo debemos tener un profundo silencio interior mientras nos escuchamos entre nosotros. Santo Domingo creyó en el gobierno democrático. No fue porque pensase que la mayoría debía siempre imponerse sobre todos los demás. Fue porque cada hermano tiene algo que decirnos, si somos capaces de escuchar. En la lectura que nos han dado, San Juan dice: "Somos de Dios. Quien conoce a Dios, nos escucha. y quien no es de Dios no nos escucha. A través de eso conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error." Cada uno de nosotros es
de Dios, y de esa manera debemos ser escuchados.
Debemos escuchar con inteligencia. Qué es lo que este hermano está tratando de decir? Puede que él no pretenda decir lo que yo pretendería si dijese eso mismo. Cuando escribí mi primera carta a la Orden, la dí a leer a mi Vicario Chrys Finn, un estadounidense. El me la devolvió y me dijo: "It's 'quite good.'" Yo me sentí devastado. No me di cuenta que en el inglés de EEUU "quite good" significa muy bien, mientras en el inglés británico significa "a decir verdad, mal". Por tanto, debo usar toda mi inteligencia para comprender qué están diciendo mis hermanos. Debo permitirme ser sorprendido.
Debemos escuchar con imaginación. Por qué este hermano está diciendo esto? Cuáles fueron las esperanzas y los temores que lo llevaron a decir algo que parecería estar erróneo o ser extraño para mí?
En el Capítulo General de Cracovia tuvimos un terrible desacuerdo sobre la naturaleza de la predicación. Los hermanos en la Comisión enraizaron toda la predicación en el diálogo. Para otros hermanos esto parecía sencillamente una locura. Luego comprendimos cómo este desacuerdo estaba enraizado en muy diversas experiencias. Algunos de los hermanos estaban hablando desde la inmersión en naciones no cristianas, principalmente en Asia, donde el diálogo era la única posibilidad. Otros hablaban desde la experiencia del comunismo, en donde el diálogo era la última cosa que querías. Cada uno tuvo que usar su imaginación para entender por qué los otros hermanos querían decir algo que parecía equivocado.
Debemos escuchar con caridad. Amor significa que das la interpretación más positiva a lo que alguien está diciendo. Significa que nunca lo despachas como basura. En el Consejo General, cuando estaba en Roma, teníamos una sola regla. Lo que otro miembro del consejo decía podía no ser verdad, ser erróneo, equivocado, pero nunca, nunca jamás basura. Despachar lo que alguien dice como bobería es descartarlo con desprecio. Amor significa que tratas de ver el grano de verdad en lo que otros dicen. Pues comencemos este Capítulo en silencio, escuchando a Dios. Mantengamos un silencio profundo en nuestros corazones mientras nos escuchamos entre nosotros. Si escuchamos, entonces, podremos encontrar palabras refrescantemente nuevas, sabiduría inesperada, que será un don para la Orden. Si no escuchamos y no nos dejamos sorprender, entonces estaremos perdiendo nuestro tiempo y mejor podríamos ir a la playa!
Fr. Timothy Radcliffe, op

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