Nines Moreno Plaza
Recordar
algunos apuntes antes de seguir con el programa de la capilla de
arena o de los
Scrovegni en Padua.
Este
pintor Giotto fue extremadamente innovador representó a la figura
humana con líneas amplias y redondeadas en perspectiva y abandonó
la figura plana y bidimensional de los estilos góticos y bizantinos,
lo dotó de volumen. Su manera de representar el espacio de manera
realista supone un paso adelante en la historia de la pintura y hace
que se le considere como a uno de los primeros artistas que
contribuyeron a la creación del Renacimiento italiano.Continuamos
con estos bellísimos fresco de la capilla de Scrovegni o capilla
de arena por estar construida sobre las ruinas de una arena o
anfiteatro. En esta pintura vemos la adoración de los reyes. El
pintor plasma en esta escena el relato tradicional de los tres Reyes
Magos que llegan de Oriente, guiados por una estrella. Pero si se
observan con atención los rostros y actitudes, se percibe un
dialogo sutil entre los presentes. Los Magos están de rodillas ante
el niño y conversan con la Virgen están en actitud reverente
hablando y escuchando, los Reyes abren los cofres y ofrecen sus
regalos. Al final, con evidente devoción, besan los pies al niño.
Giotto da
vida a la escena, le imprime movimiento y carácter añadiendo
detalles preciosistas y pintorescos, que debía intrigar, divertir y
encantar al espectador; los dos camellos de la izquierda por ejmplo,
la choza formada por una estructura de madera “moderna”, los
trajes de color pastel,ribeteados en oro, que en el ángel de la
derecha siguen la moda de principios del siglo XIV, con las mangas
ajustadas a la muñeca y ancha en el codo.
LA HUIDA A
EGIPTO. Es una de las escena más famosa del ciclo de Padua
recogida toda ella dentro de la pirámide forma-da por la roca en el
centro del paisaje, toma del relato el momento central de la fuga.
La pintura magistralmente construida, casi esculpida con bloques de
color de contornos cortantes, está muy cuidada en los detalles. Por
ejemplo son finos como miniaturas los árboles, descritos con todas
las hojas, la decoración del vestido del niño, que María lleva
atado con un pañuelo, y los objetos comunes, como la cesta de paja
de san José, los calzados y la cantimplora del muchacho, pequeños
trozos de naturaleza, y el bellísimo ángel que había aconsejado a
José en sueños.
Esta escena
es una de las más dramáticas. La evidente desproporción de los
cuerpos de los niños con respecto a los adultos tiene el fin de
destacarlos y hacer de ellos los protagonistas. El cruento episodio
tiene lugar ante dos arquitecturas góticas; la octogonal recuerda al
baptisterio florentino. Los dos grupos, a un lado las mujeres que
gritan de dolor, con las mejillas regadas por las lagrimas, al otro
algunos hombres trastornados por el horror, son unidos por dos
tétricos verdugos, en tono lívidos y oscuros. La unidad viene dada
por la totalidad del desfile de personajes, que reúnen a su vez las
dos arquitecturas, colocadas en planos distintos para mostrar en
ligera perspectiva la galería desde la que Herodes domina la escena.
El uso, ya dinámico, del espacio, que precede en cierto modo a las
experiencias cuatrocentistas de Alberti y Brunelleschi, es
perceptible en el montón de cuerpos de niños, que parece
desmoronarse desde el marco del recuadro.
Continuará…
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