sábado, 11 de mayo de 2013

ORAD CON EL CORAZÓN (IV)

ORAD CON EL CORAZÓN (IV)

Rosa Antón Franco
Queridos compañeros de la Escuela de Teología. Hoy interrumpo las oraciones matutinas del Padre Slavko para transcribiros la oración al Espíritu Santo que él recomienda hacer todos los días. No dice, quizás, nada distinto a lo que hayamos escuchado en otras oraciones invocatorias del Espíritu Santo, pero lo cierto es que las palabras que utiliza son más cercanas a nosotros, a nuestro momento de vida y resulta más fácil decirlas. La foto que va en este escrito es una composición en la que se ve al Padre Slavko, la cruz blanca de la izquierda es la del Monte Krizevac, en el centro el Santuario de noche y a la derecha la cruz situada en el camino del monte de las apariciones.
María, gracias por haberme invitado a invocar al Espíritu Santo. Por El concebiste a Tu Hijo Jesús; por Él aprendiste a meditar la Palabra de Dios, permaneciendo fiel a Ella hasta el final.
Queridos hijos, esta tarde quiero decirles que durante los días de esta novena pidan la efusión del Espíritu Santo sobre sus familias y su parroquia. Oren y no se arrepentirán. Dios les concederá Sus dones con los que lo glorificarán hasta el fin de su vida terrena. Gracias por haber respondido a mi llamada” (2 de junio de 1984, Novena de Pentecostés).
Oh Espíritu Santo, oro a Ti con María que me ha invitado a invocarte y Te pido que vengas a mí y derrames sobre mí todos Tus dones.
Llena mi vida con el don del amor, para que de ahora en adelante yo pueda amar a Dios en Ti sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mí mismo.

Derrama sobre mí el don de la sabiduría para que en todo momento, en cualquier cosa que haga , piense sienta o decida esté siempre dispuesto a actuar bajo Tu luz.
Oh Espíritu de consejo, desciende sobre mí, para que por medio del conocimiento y de palabras de amor, sea siempre capaz de ayudar a todos aquellos que piden mi consejo. Que cada palabra mía sea luz para otros.
Espíritu de Jesús, concédeme el don de Tu fortaleza para que pueda soportar toda prueba y haga siempre la voluntad del Padre, ¡especialmente en los momentos difíciles! Espíritu de fortaleza, sostenme en mis horas de fragilidad.
Oh Espíritu de vida, desarrolla en mí la vida divina que ya me fue dada por Ti en el seno de mi madre y en mi bautismo. Fuego divino, inflama mi corazón con el fuego del amor, para que desaparezcan de él el hielo del pecado y la oscuridad.
Espíritu de sanación, cura en mí todo lo que está herido y haz crecer lo que aún no ha crecido.
Desciende sobre mí con toda Tu fuerza, para que siempre esté dispuesto a dar gracias, aún por las c osas pequeñas. Ilumíname oh Espíritu Santo, para que aprenda a agradecer las cruces y las dificultades.
María, Tu eres la portadora del Espíritu Santo, gracias por invitarme a orar al Espíritu de la verdad:
"Queridos hijos, mañana or la noche oren para recibir el Espíritu de la Verdad, en particular ustedes los de esta parroquia, porque tienen necesidad del Espíritu de la Verdad para poder transmitir los mensajes así como son, sin agregar ni quitar nada, tal como yo se los doy. Oren para que el Espíritu Santo les infunda el espíritu de oración para que oren más. Yo, su Madre, les digo que oran podo. Gracias por haber respondido a mi llamada"" (9 de junio de 1984).
Oh Espíritu de la verdad, ilumíname con Tu verdad, para que viva en todo momento la verdad del amor, de la paz y de la justicia. Ayúdame para que mi vida diaria, mis hechos y mis palabras proclamen la luz de la Palabra Divina en toda su plenitud.
Espíritu santo guía a nuestro Papa, a nuestros obispos, sacerdotes y a todos aquellos que proclaman la palabra de Dios. Derrámate también sobre la comunidad parroquial de Medjugorje, para que pueda estar dispuesta a vivir los mensajes de Nuestra Señora y los transmita a todos. Derrámate sobre Tus sacerdotes en el mundo entero. Derrámate sobre los confesores y sobre los que se confiesan. Derrámate también sobre todos aquellos que ya conocen y difunden en el mundo los mensajes de la Santísima Virgen.
Espíritu de oración, enséñanos a orar. Purifica nuestros corazones para que nuestra oración sea siempre escuchada y para que siempre encontremos tiempo para hacer oración. Espíritu Santo, ora en mí y hazme exclamar:¡Abba Padre!". Concédeme la gracia de ORAR CON EL CORAZÓN.
María, hoy quiero aceptar Tu invitación y abrir mi corazón a la acción del Espíritu Santo:
"Queridos hijos, los invito de un modo especial a que en estos días abran sus corazones al Espíritu Santo. En estos días el Espiritu Santo está actuando especialmente a través de ustedes. Abran sus corazones y entregen su vida a Jesús,, para que Él pueda actuar a través de sus corazones y los pueda fortalecer en la fe. Gracias porque han respondido a mi llamada" (23 de mayo de 1985)
Espíritu Santo, aparta de mi toda carga, para que mi corazón pueda ser como una flor que crece y se desarrolla, produciendo fruto abundante. María, que el Espíritu Santo comience y prosiga en mi interior la tarea que comenzó en Ti, para que a través de Su acción amorosa el Verbo Divino crezca en mi corazón.
¡Oh Espíritu Santo, por medio de María, yo Te escojo en este día como el Amo de todo mi seer! Lleno de confianza de de esperenza en Tu amor infinito, el cual se manifestó de manera tan admirable en la Virgen María, hoy me decido por Ti y por Tus dones. Renuncio a cualquier espíritu del mal y a su acción y Te acepto a Ti, Espíritu de luz, de amor, de paz, y de orden. Ten consagro todas mis facultades y deseo actuar siempre al amparo e Tu luz. Te entrego todos los derechos sobre mi vida. ¡Protégeme y guíame hacia el Padre! Oro a Ti con María, en nombre de Jesucristo. Amén.

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