lunes, 15 de diciembre de 2014

Proceso de Salamanca. Primer día.



DIÁLOGO ENTRE TEÓLOGOS Y PASTORALISTAS DESDE LA SOCIEDAD SECULAR

Partir de situaciones pastorales en ambientes particularmente vulnerables.



Este fin de semana en el convento de San Esteban se ha desarrollado el “Proceso de Salamanca”, bajo el título: “Vida intelectual y vida pastoral: un diálogo sobre la sociedad secular”.  Este foro de diálogo que se propuso en el Capítulo General de Trogir, ha querido promover el diálogo teológico e interdisciplinar a partir de situaciones pastorales en ambientes particularmente vulnerables. Consiste en la colaboración permanente entre los frailes comprometidos en la misión, la predicación, lugares de misión y los frailes dedicados a los estudios, tal como ocurrió en el siglo XVI entre los misioneros en el Nuevo Mundo y los frailes del Convento de San Esteban de Salamanca. En este foro han participado frailes procedentes de todas las provincias de España, Aragón, la Bética y algunos laicos, ya que estaba abierta la oferta a toda la ciudad. Se ha querido debatir la teología en un camino de ida, entre teólogos y pastoralistas que trabajan a pie de calle o parroquia, en un diálogo donde todos tienen algo que aprender. Tres aspectos se han querido subrayar: La laicidad como lo más propio de la sociedad, la vulnerabilidad, no sólo en el Tercer Mundo, más bien centrarse en las bolsas de pobreza y necesidad de nuestro país, y, por último, el reconocimiento de los emigrantes.
En el diálogo de Salamanca se ha debatido y analizado el primer aspecto, la laicidad. La vulnerabilidad se debatirá en un diálogo en Sevilla el próximo año y el reconocimiento de los emigrantes en Valencia. En diálogo se estructuró en tres días, con tres aspectos cada día: Culturales y filosóficos, Pastorales el segundo día y teológicos en último día, todo ello seguido de un diálogo y debate de alguno de los puntos propuestos en las conferencias. El diálogo ha sido moderado por Juan Manuel Almarza Meñica y por Emilio García Álvarez.
El primer día, se desarrollaron dos conferencias centradas en los aspectos filosóficos y culturales, impartidas por José Ramón López de la Osa y Moisés Pérez Marcos. José Ramón López, nos presenta la situación de una sociedad en transformación desde los años 80 y la situación de precariado de gran parte de la población: Salario escaso, trabajo precario, sin acceso a los derechos y una ciudadanía muy limitada. Desde esta situación de precariado, surgen grupos críticos y aumenta la protesta, buscando una nueva organización que de un pleno desarrollo a lo personal y colectivo. Para su análisis acude a la obra del filósofo y politólogo italiano Giorgio Agamben, que tiene la capacidad de repensar los temas de nuestra sociedad, sobre todo la política, desde conceptos de la teología. El ponente se centró en la obra “Altísima Pobreza”, donde centra sus estudios en San Francisco, pero con un lenguaje político y no metafísico. Propone como alternativa a la sociedad tecnificada y burocrática el arquetipo del monje franciscano, que renuncia a todo derecho, a la propiedad, subrayando la pobreza, pero no el uso de las cosas en caso de extrema necesidad. Para ello se propone un estado de alta pobreza y un uso pobre de las cosas, invirtiendo y obstaculizando el Estado de excepción. 
Moisés Pérez, analizó la obra de Charles Taylor, una edad secular, donde constata que el interés por la religión está aumentando,  pero no es una opción única, sino que se ha convertido en una opción entre tantas otras. En una forma de ser más, de esta era secular, de nuestra época y nuestra cultura. Esta secularización es un proceso largo que está transformando no sólo la persona, sino el imaginario, dando nuevas posibilidades a la persona. Un yo impermeable, con una barrera entre la razón y el sentimiento. Una razón desencantada acentuando el individualismo, con una nueva interpretación de Dios, que puede ser impersonal. Hay una nueva concepción del tiempo, equidistante, homogéneo y vacío. Una realidad material, atómica, mecanicista. Se subraya el individualismo expresivo, antes reservado a los artistas, fomenta la imaginación, la sexualidad, el cuerpo, la moda, la liberación sexual. Todo parece que conduce a un mundo cerrado a la transcendencia, pero no tiene que ser así Es una sociedad traspasada por  tensiones internas, desde una dimensión horizontal compartida, como el ecologismo, el voluntariado, la New Age, pero no cerrada; y otra vertical, que puede estar abierta a lo trascendente. Los jóvenes están ampliando los imaginarios y están haciendo nuevas síntesis.

Juan Antonio Mateos Pérez








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