La posada del silencio
El texto de hoy
Condujo a su pueblo por el desierto
En el silencio como en el desierto puede haber de todo: cansancio, dolor, alegría, aburrimiento; hay lo que hay en la vida. El silencio es la vida.La vida a la que podemos ver y acoger.
Es la vida y por eso no hay que calificarla de buena o mala y la vida merece la pena ser vivida. El silencio es nuestra vida.
Un silencio tan grande que no admite ninguna calificación. Una vida tan bella que no tiene por qué calificarse de ninguna manera. Es la vida y basta.
¡Ha resucitado! “Hablar de parte de Dios, es dejar que el soplo de Dios inspire nuestras palabras humanas de modo que ellas testimonien la presencia y la «vida con nosotros» de Aquel más grande que todos nosotros.” ¡Felices Pascuas! Fray Bruno Cadoré, OP. (El laicado dominicano y la predicación)
Presentación de “Rutas para el Camino” en León
Y aquí algunas fotos de la Pascua que hemos vivido también en Toro (Zamora), junto a las monjas dominicas.
El amor vive creciendo. Introducción a la vida y pensamiento de Juan González Arintero.Autor:Colección: ARIADNA nueva serie
Juan
González Arintero, dominico del convento de San Esteban de Salamanca,
es una de las figuras de la renovación espiritual en la España de
comienzos del siglo XX. Tras formarse en el ámbito de las Ciencias
Naturales y confrontarse teológicamente con la teoría de la evolución,
se consagró al estudio de la mística y la espiritualidad.
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Perdonar... ¿hasta dónde?Autor:Colección: ARIADNA nueva serie
Perdonar
no es fácil.
Necesitamos tiempo para perdonar; para proyectar una mirada
reconciliadora sobre quien nos ha ofendido. El perdón no es producto del
voluntarismo ni del sentimiento.
en sentido propio es un acto de fe y es resultado de la acción de Dios
en nosotros.
A partir de su experiencia pastoral, el P. Marcovits recuerda la
grandeza y la felicidad que encontramos en el perdón. Y ofrece algunas
consideraciones prácticas, de gran utilidad, para que podamos recorrer
el camino que lleva a la gracia del perdón.
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Nuevo Libro
La Beatificación de Fray Giuseppe Girotti, OP
El pasado 27
de marzo, su Santidad Francisco autorizó al Cardenal Angelo Amato, Prefecto de
la Congregación para las Causas de los Santos, a promulgar el Decreto de
Martirio del Siervo de Dios Giuseppe Girotti, sacerdote profeso de la Orden de
Predicadores. Su beatificación tendrá lugar el próximo 26 de abril en la
Catedral de Alba en Cueno, norte de Italia, su ciudad natal.
Presidirá
esta solemne celebración como delegado del Santo Padre, el cardenal
Giovanni Coppa. También participarán Monseñor Giacomo Lanzetti, obispo de
la Diócesis de Alba junto a los sacerdotes y feligreses de la ciudad. Fray
Bruno Cadoré, Maestro de la Orden, junto a una representación de la Familia
Dominicana, también estará presentes.
Los
preparativos de la ceremonia se adelantan bajo la coordinación de la
Postulación General de la Orden, del Comité organizador de la Provincia de
Santo Domingo en Italia (compuesto por Fr. Lodovico Montoli, Fr. Igor Barbini y
Fr. Massimo Rossi) y de la Diócesis de Alba. Con el fin de dar a conocer la
figura del Padre Girotti se han distribuido afiches con su imagen, una
biografía, un video documental, testimonios sobre su vida y la programación de
actividades de la beatificación. Merece un agradecimiento especial Fr. Ludovico
Montoli quien, junto a un numeroso grupo de frailes, monjas y laicos, ha
trabajado durante 30 años en esta causa.
Los
organizadores esperan una participación numerosa de la Familia Dominicana en
Alba el próximo 26 de abril. Para recibir material promocional e informativo,
favor comunicarse con los frailes del Convento S. Bartolomeo, Largo Belotti, 1,
24121 BG; assimoros@domenicanibg.it.
Biografía:
Fray
Giuseppe Girotti nació en Alba, Italia, el 19 de julio de 1905 en el seno de
una familia humilde, trabajadora y generosa. A los trece años logra hacer
realidad su llamado vocacional e ingresa al seminario dominicano de Chieri
(Provincia de Turín). Se destaca como un estudiante brillante con un carácter
bastante alegre. En 1923, hace su profesión religiosa en "La
Quercia", cerca de Viterbo y el 3 de agosto de 1930 es ordenado sacerdote
en Chieri. Se especializa en la interpretación de la Sagrada Escritura en el
Angelicum de Roma y en la Escuela Bíblica de Jerusalén, donde tiene como
maestro al Siervo de Dios Marie-Joseph Lagrange. Culmina sus estudios en 1934
con el título académico de Prolita in Sacra Scriptura. Se dedicó a la enseñanza
de la Sagrada Escritura en el seminario teológico dominicano de Turín (S. Maria
delle Rose). Como fruto de sus estudios publicó un amplio comentario a los
libros Sapienciales y al profeta Isaías. Estimado por su vasta cultura, Fray
Giuseppe amaba ejercitar el ministerio sacerdotal también entre la gente pobre
y humilde, especialmente en el hospicio llamado de los "Viejos
Pobres", vecino a su convento de Santa María de la Rosa (Turín).
Llegaron los
años del sufrimiento y de la prueba, aceptada en la humildad: se le priva de la
enseñanza y es trasferido al Convento de Santo Domingo en el centro histórico
de Turín. Sin embargo, continuó sus investigaciones en el campo bíblico, a la
vez que intensificó el ejercicio de su actividad caritativa. Todo lo que hago
es sólo por la caridad, dijo cándidamente una vez, dejando entrever su continuo
progreso en la virtud de la caridad.
Tras la
ocupación alemana del 8 de septiembre de 1943 y el nacimiento de la República
Social Italiana, Girotti se convierte en el centro de una amplia red de apoyo
en favor de los judíos hacia los cuales manifiesta una afinidad cultural
madurada durante sus años de estadía en Jerusalén y desarrollada después por
medio de los estudios bíblicos. En este sentido se comprenden las expresiones
"portadores de la Palabra de Dios" y "hermanos mayores" que
usa refiriéndose a los judíos. En aquellos momentos de persecución y
sufrimiento, ayuda a muchos judíos encontrándoles un lugar seguro para
esconderse o documentos de identidad falsos.
A causa de
esta actividad contraria a las leyes del fascismo y del nazismo es arrestado y
apresado en la cárcel Le Nuove de Turín el 29 agosto de 1944 – por medio del
engaño de un espía que fingiendo ser un copartidario herido, consigue ser
llevado a una villa di Cavoretto donde se encuentra escondido el profesor
judío Giuseppe Diena. A pesar de los esfuerzos de su prior para liberarlo, es
trasladado primero a Milán a la cárcel de San Vittore, luego al Lager di
Gries en Bolzano y, finalmente, el 5 de octubre de 1944 a Dachau. Según el
testimonio de Don Angelo Dalmasso, otro sacerdote compañero de prisión en el
campo de exterminio bávaro, el Padre Girotti se distinguía por su generosidad
hacia los demás reclusos, por su actitud de apertura y por "llevar la
Palabra de Dios". Recluso en la caseta 26, en donde se encontraban
hacinados cerca de mil eclesiásticos - el espacio estaba previsto para 180 – su
salud se deteriora y se le envía a la enfermería.
Allí muere
el 1 de abril de 1945, día de pascua, sin haber alcanzado los cuarenta años,
tal vez “ayudado” por una inyección de gasolina, como era costumbre en aquel
campo; sus compañeros escribieron sobre su camilla: «aquí dormía San Giuseppe
Girotti».
En 1988 se
dio comienzo en la Curia de Turín al proceso de canonización y el 27 de marzo
de 2013, Su Santidad Francisco autorizó el decreto de beatificación. El 14 de
febrero de 1995, con motivo de los cincuenta años de su muerte, le fue otorgada
la medalla a la memoria como justo entre las naciones, un reconocimiento por
parte del Estado de Israel a aquellos que cooperaron salvando vidas de judíos
durante el Holocausto. Su nombre fue inscrito en el registro oficial y se
sembró un árbol en su honor en el sendero de los justos en Yad Vashem,
Jerusalén.
(17 de abril
de 2014)
Como María Magdalena, Co Patrona de nuestra Orden, las Hermanas Dominicas anuncian que Cristo está Vivo a los Hermanos! En la foto, las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, fundadas por la Sierva de Dios Madre Dominga Guzmán en 1949 en Yauco, Puerto Rico.
Fray Raúl Vera López, Obispo de la Diócesis de Saltillo, prende el cirio del fuego nuevo... Ya en la Vigilia Pascual...
Boletín de Provincia mayo
- Escrito por provincia.bertran@gmail.com
Con el ánimo de dar a conocer los hechos más significativos de nuestra familia dominicana de Colombia, El boletín provincial de mayo contiene noticas como la canonizacion de la Madre Laura Montoya, los nuevos santos dominicos, los nombramientos más recientes de los frailes, bodas de plata sacerdotales, entre otros.
Invitados todos a conocer nuestro boletín.
Dominicos ¿Orden que vive la vida misma de los Apóstoles? Por Fray Germán Correa
- Fecha de publicación
- Escrito por provincia.bertran@gmail.com
Fray Germán Correa, O.P., fraile de nuestra provincia San Luis Bertán de Colombia, quiere darnos a conocer una serie de libros y escritos que ha elaborado a través de sus estudios y trabajo académico.
“Este es el primero de una serie de textos que tienen que ver con unas Proposiciones que algunos dominicos colombianos hacen a la Orden con miras a enmiendas en el texto de nuestras Constituciones. El texto más extenso es el del libro, Dominicos ¿Orden que vive la vida misma de los Apóstoles?, los cuales consisten en una invitación a conocer esas Proposiciones.” (Fray Germán)
Esta es la primera parte del libro, los invitamos a que la lea y haga algunos comentarios en la parte inferior en el espacio destinado a estas.
El Centro para el estudio de las religiones es una creación de la Cátedra Santo Tomás en Ávila
España, ¿País de misión?
12, 13 y 14 de julio de 2013
Los españoles de hoy ante el hecho religioso
Luis González-Carvajal, profesor emérito de la Universidad de Comillas..No debemos dejarnos engañar por grandes actos como las visitas papales y las celebraciones pontificias en la plaza de San Pedro, ni por las Jornadas Mundiales de la Juventud, (…) los encuentros de Taizé y similares. Estos actos nos muestran que en nuestra sociedad todavía hay muchas personas, también muchos jóvenes, que se dejan interpelar, que preguntan con franqueza, que buscan.
La resurrección del Señor y la confianza en su anuncio - Fray Julián de Cos, O.P.
Domingo 20 de abril de 2014
La resurrección del Hijo de
Dios es un elemento central de nuestra fe. Así lo dice san Pablo: “Si no
resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía nuestra fe” (1 Co
15,14). Si no creemos en que Jesús venció completamente a la muerte y al
pecado toda nuestra fe se desploma. Por eso son tan importantes los
pasajes de la resurrección.
Al final del evangelio de san Marcos encontramos un
resumen de las apariciones del Resucitado (cf. Mc 16,9-20), y en él
podemos ver claramente que Tomás no fue en único en dudar del anuncio de
la resurrección del Señor antes de verle físicamente: también dudaron
el resto de los discípulos. Éstos no confiaron en la Buena Noticia dada
por María Magdalena y los discípulos de Emaús. Por eso Jesús “les echó
en cara su incredulidad y su dureza de corazón” (Mc 16,14).
La experiencia es muy importante en la fe. Cuando experimentamos interiormente aquello en lo que creemos, nuestra fe se refuerza, eso lo sabemos bien. Pero mucho más importante que nuestra experiencia es nuestra confianza en aquellos que nos anuncian la Buena Noticia, es decir, en la Escrituras y en la Iglesia. La fe se sostiene sobre la confianza, no sobre la experiencia. No hace falta ver para creer: hace falta confiar.
Y esto es muy importante en nuestro camino espiritual. Éste nos conduce por periodos de gran felicidad en los que nos sentimos llenos del amor de Dios, pero también nos hace pasar por duros momentos de sequedad interior, en los que no sentimos nada dentro de nosotros. En esas difíciles circunstancias sólo nos queda confiar en la Buena Noticia que nos han anunciado.
También es importante comprender aquello en lo que creemos. Ello ayuda a dar sentido a nuestra fe. Pero, ciertamente, no podemos llegar a comprender totalmente la Buena Noticia con nuestra limitada inteligencia. Nos cuesta entender completamente el misterio de la resurrección. Pero Jesús no nos pide que lo comprendamos todo, sino que nos fiemos plenamente de Él.
Aunque la experiencia y la comprensión fortifican nuestra fe, ésta se apoya en la confianza.
“Dichosos los que no han visto y han creído” (Jn 20,29). Dichosos los que mantienen viva su fe en medio de la tiniebla. Dichosos los que siempre confían en las Escrituras y en la Iglesia.
La experiencia es muy importante en la fe. Cuando experimentamos interiormente aquello en lo que creemos, nuestra fe se refuerza, eso lo sabemos bien. Pero mucho más importante que nuestra experiencia es nuestra confianza en aquellos que nos anuncian la Buena Noticia, es decir, en la Escrituras y en la Iglesia. La fe se sostiene sobre la confianza, no sobre la experiencia. No hace falta ver para creer: hace falta confiar.
Y esto es muy importante en nuestro camino espiritual. Éste nos conduce por periodos de gran felicidad en los que nos sentimos llenos del amor de Dios, pero también nos hace pasar por duros momentos de sequedad interior, en los que no sentimos nada dentro de nosotros. En esas difíciles circunstancias sólo nos queda confiar en la Buena Noticia que nos han anunciado.
También es importante comprender aquello en lo que creemos. Ello ayuda a dar sentido a nuestra fe. Pero, ciertamente, no podemos llegar a comprender totalmente la Buena Noticia con nuestra limitada inteligencia. Nos cuesta entender completamente el misterio de la resurrección. Pero Jesús no nos pide que lo comprendamos todo, sino que nos fiemos plenamente de Él.
Aunque la experiencia y la comprensión fortifican nuestra fe, ésta se apoya en la confianza.
“Dichosos los que no han visto y han creído” (Jn 20,29). Dichosos los que mantienen viva su fe en medio de la tiniebla. Dichosos los que siempre confían en las Escrituras y en la Iglesia.
El próximo de Hermann Cohen y el
otro de Emmanuel Levínas
Marina Korotchenco
Dostoievski
en su novela Demonios, quizá la más
dura y la más trágica entre sus obras, describió la mentalidad de un pséudo-cristiano
ruso que pensaba que en el mundo
solamente existe un pueblo, capaz de renovar a todo el Universo con la fuerza
de su nuevo Dios, a quién habían sido entregadas las llaves de la Vida y de la
Palabra Nueva. Obviamente se trataba del pueblo ruso, de la una modalidad
de la eslavización del Cristo que, de este modo, como cualquier mesías local o
nacional, parecía al arquetipo rabínico. Especialmente esta perspectiva esta
criticada y rechazada por Hermann Cohen en su reflexión sobre el próximo.
Cohen
con su universalismo neokantiano no quiere convertir el legado religioso de
Israel en el tesoro meramente nacional. Al contrario, los profetas criticaban a
su pueblo, a veces incluso lo rechazaban, preparando asimismo el terreno para
una universalización futura posible y para la unión con otros pueblos que
podría ser posible solamente en base de una moral común que podría ser
compartida y comprendida por todos. La crítica profética encuentra su
continuación en el Nuevo Testamento que
ya no brota ni crece… espontáneamente del
suelo nutricio de su pueblo, sino demuestra cierta objetivación y distancia
en su crítica y didáctica: Se os ha
dicho… pero yo os digo.
Este
corriente ética encuentra su
cristalización en la peculiar concepto del próximo en el pensamiento
bíblico que, según Cohen, más implica al próximo-lejano que al
próximo-compatriota. O sea, el sentimentalismo primitivo con su valoración del suelo natal y sus eternas distinciones
entre nuestro-ajeno, judío-forastero,
cercano-lejano no tiene papel primordial en el pensamiento moral bíblico
que siempre tiende al universalismo. En Dios no florece el único pueblo
elegido, sino la humanidad entera puede considerarse como aceptada a través de
su rostro. Dios creó al hombre y no al griego o al judío. El nacionalista de
Dostoievski podría asimismo considerarse como una persona que nunca había
comprendido ni el relato de la creación.
Todos
los mandamientos también son universales y representan unas normas jurídicas de
Estado en general. El próximo, el rea,
es el forastero, él que se establezca
entre vosotros en vuestro país. Y este amor constituye el fundamento
principal de ética y justicia: El
forastero es la causa de que haya surgido el mandamiento del amor. El ser
humano fue descubierto en el forastero. En esto consiste el principal
progreso de la religión judía: podemos comprender a Dios solo en nuestras
relaciones con el lejano, amando al ser humano que no pertenece a nuestra
familia, a nuestro círculo, a nuestra sociedad.
Debemos
constatar que esta necesidad de mantener la mente abierta está dirigida como a
los mismos judíos, con el deseo de universalizar a su pensamiento, uniéndolo
con los máximos logros de la filosofía occidental, tanto y a los otros pueblos,
pera los cuales “el forastero” había sido durante toda la historia el propio pueblo
judío, perseguido y no comprendido.
Cohen
aún cree en la ontología y racionalización, en la posibilidad de evitar al
enfrentamiento a través de la comprensión. Amando al forastero, nos acercamos a
él, convirtiéndole en parte de nuestro
mundo. Mundo aún puede ser institucionalizado y legalizado. La Primera Guerra
Mundial espanto a la humanidad, pero las grietas aún no se convirtieron en
abismos. Cohen murió en 1918, Levínas vivió durante la Segunda Guerra Mundial
con horrores de shoa. Estado como una
totalidad monstruosa, democracia como rebelión
de las masas, justicia como el aparato de tortura y persecución eran las
realidades históricas para la generación de Levínas. Sobre este tiempo escribía
el mejor ruso poeta de esta época Osip Mandelstam (de la procedencia judía): millones baratamente matados nos hicieron
sendero en el vacío. “¡Buenas noches a ellos, que todo les vaya bien!”, -
desean de su parte trincheras y fortalezas[1].
Siendo víctima o verdugo,
persona se despersonaliza, actúa automáticamente, sin reflexión. Levínas
necesitaba otra vez “crear al hombre”, en el sentido moral. Por eso él modifica
el legado de Cohen, poniendo en el fundamento de su concepto de otro la noción de próximo-forastero, pero
en el mismo tiempo negando cualquiera posibilidad de la institucionalización de
estas relaciones o su conceptualización como un peligro que otra vez puede
permitir “pasar a través de próximo”, como a través de una puerta, rompiéndola
con el golpe. Institucionalización casi significa para Levínas
instrumentalización, reducción de la existencia.
El
subjetivismo de Cohen-Kant en la filosofía de Levínas se agudiza, se
acentualiza. Moral se construye sólo con el mero hecho de la presencia de
próximo. No debemos reflexionar, juzgar, sistematizar, más importante es
simplemente “estar en frente del otro”,
sintiendo su existencia como algo sagrado y incomprensible, irreducible a ninguna noción común o a la comparación
consigo mismo. Cualquier “convenio general” se queda suprimido (según Levínas,
nunca realmente funcionaba), puesto que el
otro siempre tiene más derechos que yo
o el mismo. Racionalización
ontológica se está reemplazándose por la directa relación escatológica que
implica la desnudez del rostro de otro.
Donde Cohen intenta ver la
igualdad entre las desigualdades, ciudadanos en los forasteros, Levínas va aún
más allá en sus afirmaciones: sólo absolutamente desnudo, pobre, frágil,
indefenso puede ser el otro verdadero, alguien
como viuda o niño huérfano. Sólo a través de alguien que está irreducible hacía
nosotros podemos ver la luz del Infinito,
del Siervo de Iahvé. Este otro debe
ser completamente inútil para la razonable construcción estatal, así no puede
ser usado y esquematizado, y asimismo siempre se quedará enfrente de nuestro yo como una realidad, enigma y pregunta.
Cualquiera generalización mata, reduce, borra las peculiaridades. Por eso
Levínas difícilmente aceptaría la concepción kantiana de Estado, tan presente
aún en el pensamiento de Cohen. Comprender a lo incomprensible por la
definición significa perderlo, quemarlo con la cera de la vela de Psyche.
Tampoco el próximo para Levínas
puede ser tan “lejano”, organizado en sus propias instituciones y sistemas,
como lo imaginaba Cohen, ya que en este caso desaparece la cercanía de su
presencia, el efecto del contacto inmediato e interminable. Cualquiera
“mediación” ya objetiviza al sujeto, lo reduce hasta el fenómeno de sí mismo,
concepto mental, parte de la totalidad. Levínas sólo acepta la relación
“nouménica”, con el Infinito como horizonte. Quizá esta experiencia
difícilmente podría ser adecuadamente expresada, pero la relación vale más que
la expresión. Discurso vale más que retórica.
Guerra rompió y revolvió todo,
los valores generales se demostraron como no existentes. Por eso ya no
interesan las relaciones entre clases y estamentos, sino entre víctima y quién
la compadece. Toda la humanidad cayó como rehén, como víctima de sí misma, por
eso lo único que podemos hacer es negar a nuestro yo, a nuestro egoísmo, haciendo algo para el próximo. Y no debemos
llamar esta posición como “justa” o “verdadera”, porque realmente es la única
que podemos tener.
Contactando con el Dios en su
amor hacía el forastero, Cohen construye el justo estado, pero Levínas en su
amor hacía el otro prefiere salir
fuera de todas las estructuras estatales, al mundo de su escatología, su
contemplación casi místico-litúrgica. Historia se acabó y se acaba en cada su
momento. Podemos decir que Cohen es un pensador de la tradición catafática y
Levínas, en su turno, que unió la luz y las tinieblas otra vez para encontrar a
su único Creador y Fuente, es un teólogo de la tradición apofática.
CRISIS DE VALORES EN EL SIGLO XXI
Isaura Díaz Figueiredo.
Nadie puede
negar que nuestra sociedad actual, pasa por una crisis cuyo contenido es de la
mayor trascendencia y que podemos llamarla “crisis de valores” del hombre como
individuo y de la sociedad como conjunto.
La crisis
puede ser planteada como una inversión de la escala valorativa, como una
preeminencia de valores científico-tecnicos, económicos,pragmáticos y utilitaristas,
sobre valores como
democracia, solidaridad, justicia, equilibrio, paz, seguridad, libertad, bien común,
y otros muchos que no enumero, para no cansar a los que siguen este articulo,
pero cuyo contenido se refiere a la dignidad del ser humano y del ser social
antológicamente considerados, es decir derivados de la esencia misma de la
naturaleza.
Otro error
es confundir liderazgo con carisma. Hay un mito sobre la necesidad
de “algo especial” para llegar a ser líder, o bien disponer de habilidades
extraordinarias.
Líder es
aquella persona que hace que se hagan cosas, que se cambien, que se mejoren.
Les pongo un
ejemplo a propósito de las fechas que vivimos donde hemos pasado de sangre,
sudor y lagrimas, a una sociedad aseptica, inodora, incolora e insípida que
termine promoviendo el oxímoron, vamos que la eucaristía sea sin misa, las
corridas de toros sin estocada y la
semana santa sin sangre, ni clavos, ni corona de espinas, ni agonía, ni muerte.
Pasó el tiempo de Poncio Pilatos a tiempo de “Pilates” y aspiramos a resucitar
sin haber muerto
El ejemplo
que es verídico y sucedido estos días, el niño de un amigo que viendo una
película de Jesús “Cristo”, le pregunta a su padre
-papá este
Cristo es Cristiano ¿verdad? Es que yo no le conozco, así disfrazado. El niño
tiene 7 años y para él Cristiano Ronaldo- es Cristo-, vestido diferente al
hombre que ve en el campo y jugador del Real Madrid.
Verdaderamente
estamos dando pasos no hacia adelante, sino vueltas atrás, consideramos que la
religión y otras cosas mencionadas, son de caducos, de pasado en años, de
nuestros abuelos ¿que líder es Cristiano? O Casillas para llamarlo “santo” o
Mesi o…nuestro tiempo vive inmerso en un solo valor el Fútbol y todo lo que
rodea a este negocio, millones, gente muy joven … fama, por supuesto efímera,
pero rápida y eso impera.
Nuestra
sociedad donde prima una cierta distancia respecto a lo público, o mejor dicho
respecto a lo común y donde el lema “cada uno a lo suyo”, nos arroja a una
mediocridad que ya está impactando en la sociedad. Carecemos de proyecto, somos
espectadores pasivos, hábiles críticos, pero temerosos de tomar riesgos.
La seguridad
es la meta. Lo dramático es que en toda historia de la humanidad nunca ha
habido seguridad el cien por cien. Porqué hagamos lo que hagamos el sentido final
es la caducidad, osea desaparecer.
En los
últimos años ha surgido una iniciativa de NN.UU para países en desarrrollo, se
trata de conceder microcréditos otorgados a mujeres para que pongan en marcha
proyectos y actividades económicas. Presentan el proyecto, reciben una cantidad
de dinero y ponen en marcha iniciativas, como el comercializarlos. Asombró a
las NN.UU la forma en que se crea “liderazgo” en pequeñas aldeas o barrios de
países tremendamente oprimidos y pobres, por lo que algunos gobiernos ya se
plantean si se les puede escapar de las manos este sistema.
En nuestra
sociedad se hace cada vez más necesario el liderazgo, pero de personas que
asuman responsbilidades, que hagan lo que piensan y provoquen que las cosas se
hagan. Toda actividad conlleva un éxito y un fracaso y de ese fracaso van a
depender familias ¿ha estado bien organizado el plan de empresa? Seguramente
que si, pero el plan no lo forma solo una persona, sino un conjunto que ha de responsabilizarse,
animando y dinamizando.
Y el
liderazgo es la forma en que alguien dirige, anima y apoya a un equipo de personas.
El jefe no tiene porque ser líder o al menos nos significa jefe igual a líder,
el hecho de ocupar un puesto de responsabilidad no lleva implícito el ser líder automáticamente. Se puede quedar en lo
estructural, es decir, en el ejercicio de poder y aunque el poder es una forma
del liderazgo, no es suficiente para llegar a ser líder.
No
relativicemos solo argumentos y ampliemos miras y sobre todo sentemos bases de valores
en una sociedad carente de ellos.
Los padres tenemos
la posibilidad de mostrar con presencia y
atención, atenta siempre a los caminos de la verdad y el amor, el
espíritu de trabajo, la ayuda a los otros, impulsarles a ser ellos mismos, a
desarrollar sus cualidades, a potenciar su autoestima, sin que tenga que imitar
a nadie, o buscar por desiertos de la vida, lo que tienen y poseen dentro de su
persona.
¿Por qué lloras?
Editado por
Sor Gemma Morató“María Magdalena estaba junto al sepulcro llorando”. Esta mujer que unos días antes de la pasión y muerte de Jesús, vemos como le unge los píes con perfume de nardo auténtico, y luego se los seca con sus cabellos, no puede consolarse por la pérdida del Señor. Además de haber matado injustamente a su Maestro, resulta que se lo han llevado del sepulcro (Juan 20, 11-18).
Su desconsuelo es tan grande que cuando se le aparece Jesús y le pregunta: “¿Mujer por qué lloras?”, no lo reconoce hasta que él la llama por su nombre.
En nuestra vida espiritual, que no siempre es rectilínea, también nos puede ocurrir algo semejante. Buscamos al Maestro porque no lo sentimos presente y él esta ahí junto a nosotros.
Lo que más deseo en este caso es llorar junto al sepulcro de su silencio hasta que oiga de nuevo su voz: “¿Mujer por que lloras, no sabes que yo estoy más cerca de ti que tu misma?”. Es aquello de San Agustín: “¿O será que, pues nada de lo que tiene ser existiría sin Vos, resulta que todo lo que existe os tiene dentro de sí? Pues teniendo yo ser, ¿por qué os suplico que vengáis a mí, pues no lo tendría si no estuvierais en mí?”. (Confesiones, libro I, capítulo 2). Texto: Hna. María Nuria Gaza.
LAS MUJERES DE LA PASIÓN (VI y
fin). María la madre de Jesús
Juan Antonio Mateos Pérez
Es el evangelista Juan quien subraya el papel de María en la
Pasión de Jesús, situándola al pie de la cruz. También tiene un papel relevante
en otros momentos de la vida pública de Jesús, como en las bodas de Caná, al
comienzo del libro de los signos. Es
Jesús y su gloria la que se manifiesta en el relato, pero María estaba allí y
no sólo era la madre de Jesús, sino la mujer
y fuente de la fe de los discípulos.
En el evangelio de Juan, María aparece en otro momento,
junto a la cruz. En un contexto de cumplimiento de las escrituras dentro de la
economía de salvación de Jesús. No es por lo tanto una conversación privada, no
es la madre y el discípulo amado, las personas que están al pie de la cruz son
la primera iglesia. María, la madre no se separa de la maternidad de Israel, ni
de la maternidad de la Iglesia, toda esta simbología eclesial queda subrayada
por el agua y la sangre que brota del costado de Jesús. Agua y sangre, casi
como en Caná. Antes de que Jesús diera el último aliento, María fue la
encargada de nutrir a la Iglesia naciente en su camino, fue destinada a ser la
Madre, de la nueva Casa de Dios.
A pesar de este cambio, en la tradición María seguirá con
sus tareas domésticas y con su vida, como madre y amiga de los discípulos que
necesitaban su ayuda. El sí que le dio al ángel, lo vivió en su vida cotidiana,
a pesar del dolor y la muerte. Sabía que el sufrimiento era menos importante
que la respuesta, haciendo uso positivo de él en una vida de fe profunda y
misericordia. La oración y el servicio, la ayudaría ahora para su nueva misión.
Comprendió que era el penúltimo regalo que
Jesús dio a sus discípulos, ya
que el último, fue su propia vida.
¿Cuántas mujeres de hoy, bajo el peso de la cruz, del
sufrimiento, de la miseria, de la violencia, de la muerte siguen siendo
testigos de la muerte y resurrección de Jesús, y garantes de la Buena Noticia?
Pensamos que muchas, nos dan ejemplo de entereza, de supervivencia, de amor, de
serenidad, de misericordia en medio del dolor y la cruz.
Como no recordar a Josefina Bakhita,
esclava y con una infancia miserable. Destacó no sólo por su piedad y su amor a
Cristo y la Eucaristía, sino también por su servicio social por los más pobres
y desamparados, por lo que fue llamada La Madre Moretta (la madre morena).
Edith Stein, llamada Santa Teresa
Benedicta de la Cruz O.C.D., filósofa, mística, religiosa carmelita, mártir y
santa alemana de origen judío. Muere en campo de exterminio nazi de Auschwitz. Mujer
de singular inteligencia y cultura, ha dejado numerosos escritos de elevada
doctrina y de honda espiritualidad. Mártir por la fe en Cristo y Víctima del
exterminio judío.
Santa Teresa de Jesús Jornet fue
una religiosa española. En 1873 fundó la Orden de las Hermanitas de los
Ancianos Desamparados en Barbastro. A su muerte dejó 103 asilos en España y
América. Antes de fallecer en Liria el 26 de agosto de 1897, dejó dicho y
escrito que no quería canonizaciones dentro de la orden si con el paso del tiempo
hubiera Hermanitas canonizables, indicó que no deseaba que se gastara dinero y
recursos en proponer la subida a los altares de nadie.
Estas mujeres, como María la
madre de Jesús, son ejemplo de entrega de uno mismo al servicio, de búsqueda de
la verdad, de justicia, de misericordia. Si pudiéramos identificarnos con esta
justicia y con esa misericordia de todas estas mujeres que hemos ido de la mano
en la pasión, entonces podíamos seguir en verdad al que murió por nosotros.
Seremos libres y sabremos responder a la realidad que nos rodea, a pesar de los
sufrimientos, el dolor y la muerte. La santidad no es cosa de una época más o
menos remota, sino de todas las épocas, y está al alcance de todos.
“Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver”
-
“Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver”
-
“Buscad los bienes de allá arriba”
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“María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro”.
Renovar cada año la celebración de Pascua supone recibir un envío: Somos enviados al mundo entero. A los mundos reales y virtuales. Hoy quien crea tener las manos vacías está más preparado que nunca para recibir el Espíritu Santo. Llega el momento de regresar a la vida ordinaria. La Pascua, la victoria de Jesús acompaña todas las horas de nuestra jornada. La esperanza de la Pascua la tenemos delante, dentro de nosotros, a nuestro alrededor. La fe, las personas, las familias, la comunidad, el pueblo, el mundo…todo es agraciado, amado, redimido por Cristo. Tenemos motivos para esperar. Hemos sido salvados en la esperanza y estamos contentos. Existen las enfermedades, los males, el miedo, pero también nuestra capacidad de hacer el bien es mayor. Podemos mirar la vida con ojos nuevos, con sentido, aprendiendo a esperar y apoyándonos en la fuerza que da la comunidad.
Jesús nos dice: ¡Ánimo, yo he vencido al mundo! Ha vencido el amor desarmado, la vida como la primavera es imparable. Somos enviados a reconocer las alegrías y las penas de la gente, para ser tocados y cambiados por ellos. Ninguna felicidad verdadera excluye la tristeza. ¡Qué liberador asumir esto! La felicidad cristiana no es una euforia colectiva, sino la alegría de Dios que lleva sobre sí las penas del mundo. Si queremos probar la alegría de Dios, no debemos tener miedo de vernos tocados por la tristeza, dado que ello ahondará el hueco que Dios llenará con la felicidad. Nuestra sociedad se resiste a este pensamiento liberador porque con frecuencia no distinguimos la tristeza de la depresión, que es una enfermedad terrible. Podemos ser felices porque no nos da vergüenza sentirnos también tristes de vez en cuando. La alegría cristiana es capaz de llevar dentro de sí el dolor porque es vivir la historia de Cristo, que abarca del bautismo a la resurrección, abrazando el Viernes Santo como un momento dentro del viaje. Este viaje que hacemos juntos en la fe, del “escuchar, entender y sentir al creer sin haber visto…del todo”.
Resucitó nuestra vida y nuestra esperanza
La Resurrección de Cristo es el punto central de la Historia, desde ahora, en el devenir de la Humanidad: es posible la esperanza.
¡Gaudete! ¡Alegraos! ¡Aleluya! ¡Es la gloria de la mañana de Pascua! ¡La muerte ha sido vencida! ¡Resucitó nuestra esperanza!
Con exclamaciones de este tipo se grita
la alegría del día de hoy en multitud de iglesias de la cristiandad. Y
es que hoy es el día central para los cristianos, el día más importante
del año; el día que se ha de recordar hasta el fin de los tiempos. Es el
día de la Resurrección del Señor. De hecho, si nos remontamos a los
comienzos de la cristiandad, ésta era la primera fiesta del calendario
cristiano. Esta fecha, esta celebración, es la fiesta de las fiestas, la
solemnidad de la solemnidades...¿Y por qué? Porque en la Resurrección
tenemos la comprobación de que Dios estaba y está con Jesús de Nazareth.
Resucitó nuestra fe y nuestra esperanza
Como dice el apóstol san Pablo si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe
(1 Cor 15, 14). Tan importante es la Resurrección. Y esto nos pone de
frente a la siguiente y crucial pregunta: ¿Y yo? ¿Por qué creo? ¿Creo
porque Jesús era una "buena persona" y digna de ser escuchada? ¿O creo
porque la fuerza de la Resurrección de Cristo llena mi vida? Es aquí
donde se establece todo. Creer en el hombre Jesús o en Jesús el Mesías,
el Salvador.
Es, en este acontecimiento
trascendental, que se juega el todo de nuestra vocación cristiana. Pero
este paso, este salto de fe, no es fácil. Se tiene que hacer un proceso y
eso nos lo encontramos en todos los relatos postpascuales de Jesús. Por
esto, me parece interesante, haciendo una prolongación de la homilía
del Papa Francisco en el Domingo de Ramos, ¿Quien soy yo ante la
Resurrección de Jesús?
De frente a la resurrección de Jesús ¿Soy acaso como María Magdalena?
¿Soy María magdalena que tiene el
encuentro con el Resucitado en el primer momento y va corriendo a
contárselo a los demás? ¿Soy el discípulo amado que cree cuando entra en
el sepulcro y ve el lugar donde yacía Jesús? ¿O soy, por el contrario,
como los discípulos que a pesar de haber oído, no creo? ¿O como los
dicípulos de Emaús, que necesitan un poco más de tiempo y el pan partido
para creer?
Cada uno sabemos cómo es nuestra fe,
pero aún así, Jesús hace camino en cada uno de nosotros. Y hace camino
porque Él ha resucitado de entre los muertos. Porque ha vuelto y nos ha
abierto las puertas del Reino perdido. Porque, en definitiva, ya es
Señor del cielo y de la tierra.
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