La posada del silencio
El texto de hoy
Si el señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles
Dios es el que construye todo. Este planeta nuestro, el cosmos, el universo, todo es obra suya. “Mi Padre no deja de trabajar”- dice Jesús-. Para Dios trabajar es vivir, es como un juego, es su felicidad. Nosotros trabajamos y nos cansamos. Dios trabaja sin ningún egoísmo, sin ninguna ambición. Trabaja por el gusto de trabajar.A nosotros lo que nos fatiga es nuestro orgullo, lo que nos agobia es nuestro afán de suficiencia, de lograr esto o aquello. “Si el Señor no construye la casa”..., en vano nos cansamos nosotros. Ingresar en el silencio es aprender a vivir sin ese agobio, sin esa ambición, sin ese orgullo; puede suponer una felicidad. Es Dios el que hace la vida, el que va creando todo. En la medida en que todos esos logros y conquistas se van a callando, entonces el trabajo se vive de otra manera. En vano nos agitamos si el Señor no construye la casa.
Un silencio para incorporarnos a ese modo de trabajar de Dios. Un silencio en el que no vas a lograr nada, en el que todo se nos ofrece; sencillamente nos abrimos para recibirlo.
Publicado el
21.02.2014
Dominico, director de Conversaciones de
San Esteban
ROBERTO
RUANO ESTÉVEZ (SALAMANCA) | Las Conversaciones de San Esteban nacieron en el año 1972 como un
espacio de reflexión y diálogo abierto entre la fe, la cultura y la propia
vida. Un proyecto regentado por los padres dominicos de Salamanca.
Después de tan larga andadura, las Conversaciones se han convertido en uno
de los foros de diálogo cultural más importantes de esta ciudad
universitaria.
El pasado 11
de febrero, tuvo lugar la última de las lecciones de este año. Una edición, la
XLII, que ha llevado por título Los pasos del hombre, las huellas de Dios,
sobre el mundo literario y la sensibilidad religiosa>. El dominico Juan
Manuel Almarza es su actual director.
RESPUESTA.- Los dominicos somos predicadores y
el ámbito de la predicación no es solo el recinto de una iglesia. El ámbito
para escuchar la Buena Nueva es tan amplio como la vida. Donde está la vida
están nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nuestras intuiciones y, sobre
todo, nuestras esperanzas. Es el mundo de la palabra, de lo que se puede decir.
Todo lo que es humano adquiere vida en la palabra. Somos frailes de la palabra.
P.- ¿Por qué
suele ser tan frío el diálogo entre la fe y la cultura? ¿Qué orilla de las dos
suele estar más gélida?
R.- No dialogan ni la fe ni la cultura.
Dialogamos las personas: unas con experiencia de fe y otras sin ella;
unos desde una experiencia hermosa y enriquecedora y otros desde una
experiencia amarga; unos lo hacemos desde el ámbito de las humanidades y otros
desde el de las ciencias, pero todos necesitamos oír y escuchar, porque todo
ello configura el sentido de nuestra vida y da consistencia a nuestro respeto y
a nuestra libertad. ¿Qué orilla está más gélida? Aquella en la que hay más
ignorancia y más intransigencia. Estos dones del cofre de Pandora están
repartidos con bastante equidad. Deseamos que nunca lleguen a nuestra casa.
P.- Las
Conversaciones pretenden dirigirse al mundo de la increencia. ¿Cómo cree que ha
de afrontarse este diálogo?
R.- Ciertamente, tenemos muy claro que
la predicación en nuestro mundo de hoy solo llega a quienes acuden a las
iglesias mediante la creación de ámbitos de encuentro, con un clima de diálogo
abierto y sincero, y no mediante el adoctrinamiento. Por eso tiene tanta
importancia para nosotros Internet, la formación humana o el voluntariado
social. Son ámbitos neutros o de encuentro en los que podemos
encontrar gente magnífica que no es creyente y de la cual podemos aprender
muchas cosas los cristianos, y también ellos de nosotros. Ese es nuestro reto
con el mundo no creyente. En cambio, con los creyentes, nuestro reto es
ayudarles a formarse, a profundizar en su fe y a crear actitudes que permitan
una convivencia respetuosa.
En el nº
2.883 de Vida Nueva
CURSO ESPECIAL 2014 - Aproximación a la teología de la liberación
S
e abre el plazo de matrícula para el curso especial de 2014 que será dirigido por el P. Jesús Espeja y cuyo título es "Aproximación a la teología de la liberación".
VIAJE
DE LA ESCUELA DE TEOLOGÍA A LOS LUGARES DOMINICANOS DEL SUR DE FRANCIA (21 -27
abril 2014)
Recordamos
a todos los interesados que urge apuntarse cuanto antes.
La Agencia encargada de
organizar el viaje quiere saber antes del día 20 el número de participantes
para reservar las plazas de los hoteles, pues están bastante solicitados en
esas fechas.
Para cualquier
información, dirigirse a la Secretaria de la Facultad de San Esteban (tlfno: 923
26 19 79) o al P. Juan Huarte (tlfno: 923 27 30 85).
Carta abierta a Mariano Rajoy
- El PNV ha pedido la comparecencia de la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ver aqui.
- IU ha presentado una pregunta escrita.
- UPyD ha presentado una pregunta escrita.
- PSOE ha presentado una pregunta escrita y otra oral.
Podemos estar orgullosos, ya que en el plazo de unos días se han reunido 106 firmas y la presión que nuestra carta ha ejercido es la causante directa de estos movimientos parlamentarios. ¡A ver si conseguimos alguna cosa más!
Descárgate la carta aquí.
Más actividades en Vallecas
Reunión del Grupo Acción Verapaz de la Parroquia Sto. Tomás de Villanueva
El martes, día 18 de febrero se reunió el G. Verapaz de la parroquia
Santo Tomás de Villanueva. El objetivo era doble: evaluar las
actividades realizadas durante este curso, en el que se ha elegido
trabajar en un proyecto de construcción de dos pozos de agua en Haití, y
programar el resto de actividades del curso.Las actividades realizadas durante la campaña de Navidad, celebración penitencial, que incluye una colecta destinada al proyecto, mercadillo solidario y sorteo de una cesta de Navidad, resultaron muy positivas, pues se dio a conocer en la parroquia el proyecto y el contexto socioeconómico en el que surge, y se obtuvieron, contando diversas donaciones, más de siete mil euros, algo digno de resaltar, dado el marco social en el que la parroquia se ubica, un barrio obrero, con mucho paro, muchos emigrantes y personas jubiladas. Todo es fruto de un largo y persistente trabajo de sensibilización y potenciación de la solidaridad.
Los actos todavía a realizar, que se programaron fueron los siguientes:
- Empanada solidaria. Será el viernes, 21 de marzo. Habrá una presentación del proyecto de los pozos, una intervención de un grupo africano y, al final, compartiremos una empanada con unos refrescos. La aportación solicitada será de tres euros, más la voluntad. Lo que se recaude será para el proyecto.
- Concierto solidario. Esta actividad, que se inició el año 2011, está teniendo mucho éxito y se ha convertido en algo interesante para el barrio. Tendrá lugar el sábado, 5 de abril. Como es habitual, intervendrán tres corales y la entrada será de 2 euros, para hacer accesible la participación de la gente del barrio. El dinero recaudado será para el proyecto. Merece resaltarse que los miembros de las corales no sólo participan gratuitamente, sino que colaboran también económicamente, pues están sensibilizados sobre el proyecto y entorno en el que surge.
- Dinamización de la eucaristía del 6 de abril. Es tradicional en la parroquia preparar especialmente las celebraciones del Adviento y la Cuaresma (eucaristía y celebración penitencial), encargándose de la preparación y dinamización alguno de los grupos parroquiales. El tema reflexión durante “Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”, partiendo del “Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2014”. El grupo se reunirá el 25 de marzo para la preparación.
- Cine solidario. Es el acto que cerrará el curso 2013-2014. Se pondrá una película y la entrada será gratuita, pues tiene el propósito de que sirva para agradecer a los miembros de la comunidad parroquial su colaboración en la campaña. Será el viernes, 23 de mayo.
Se cerró la reunión con algunas informaciones:
- Está preparado ya un Boletín, que se pondrá en la iglesia a disposición de los que deseen recogerlo y en el que se informa de todas estas actividades.
- Se comunicó el resultado de la campaña de “Ayuda a Filipinas”, que se lanzó tras el paso devastador del tifón Haiyan y en la que se colaboró desde la parroquia.
Fraternidad de Palencia
Boletín fraternidad de Palencia nº 100 - Febrero 2014
Boletín informativo de la Fraternidad de Laicos Dominicos de San Pablo Apóstol de Palencia
Boletín informativo de la Fraternidad de Laicos Dominicos de San Pablo Apóstol de Palencia
Hoy tenemos de postre... Torrijas, exquisitas!
La
Alacena del Convento está compuesta por todo lo ya visto y por muchas cosas
más, que ya se irán publicando.
Hoy de cara a la cuaresma
hagamos unas torrijas,
INGREDIENTES:-RODAJAS DE PAN CASERO
-LECHE
-VINO BLANCO
-AZUCAR
-CANELA MOLIDA.
A la leche se le pone un poco de vino blanco, se remoja la rodaja de pan y se pone a reposar un poco de tiempo. Se fríe con el aceite bien caliente, y cuando ha escurrido se pasa por el azúcar con la canela. ¡pruébelas…!
El amor vive creciendo. Introducción a la vida y pensamiento de Juan González Arintero.Autor:Colección: ARIADNA nueva serie
Juan
González Arintero, dominico del convento de San Esteban de Salamanca,
es una de las figuras de la renovación espiritual en la España de
comienzos del siglo XX. Tras formarse en el ámbito de las Ciencias
Naturales y confrontarse teológicamente con la teoría de la evolución,
se consagró al estudio de la mística y la espiritualidad.
|
Descripción del libro:
La formación del predicador.Autor:Colección: MATERIALES
El
predicador es un ejemplo de Dios. Su tarea es descrita como la del
constructor que edifica en el corazón humano la morada de Dios. Humberto
de Romans no sólo presenta la labor del predicador con imágenes bellas y
sugerentes. También ofrece muchas orientaciones prácticas, que
comienzan reconociendo las dificultades de la predicación.
|
Presentazione del libro "io in Famiglia" di fr. C. Steiner op
Inviato da Massimiliano Zonza il Sab. 22 Feb 2014
Si è tenuta venerdi 21 febbraio, presso le Librerie Paoline in Via Garibaldi a Cagliari, la presentazione del libro di fr. Christian Steiner OP "Io in Famiglia. Un evento realizzabile".
L'evento è stato coordinato e animato da Stefano Galletta e Sonia Cannas, sposi, Laici Domenicani e animatori del Movimento Domenicano delle Famiglie. Sefano e Sonia hanno brillantemente illustrato come il lavoro ermeneutico e di accompagnamento spirituale di fr. Steiner sia una fonte di acqua fresca nella vita familiare e personale, pensata e vissuta attraverso la prospettiva di fede. Lo stesso fr. Christian ha poi illustrato alcuni aspetti essenziali del libro, sottolineando in particolar modo come la prospettiva esistenziale di ognuno si trovi ad essere illuminata, sostenuta e ravvivata dal rapporto col Cristo Risorto. Fr. Steiner ha poi positivamente stimolato l'uditorio evidenziando le possibilità offerte dal mondo digitale di realizzare, attraverso di esso (e non subendolo) una piena antropologia cristiana. L'evento ha richiamato numeroso pubblico sia di laici che di religiosi, che hanno interagito con i relatori con diverse domande e curiosità.
Al termine della presentazione fr. Christian si è volentieri prestato a dedicare le copie appena acquisate agli intervenuti.
Erano presenti inoltre numerosi membri (Frati e Laici) della Famiglia Domenicana di Cagliari. Al termine dell'incontro fr. Cristian e Stefano hanno risposto ad alcune domande in esclusiva per il nostro sito.
L'evento è stato coordinato e animato da Stefano Galletta e Sonia Cannas, sposi, Laici Domenicani e animatori del Movimento Domenicano delle Famiglie. Sefano e Sonia hanno brillantemente illustrato come il lavoro ermeneutico e di accompagnamento spirituale di fr. Steiner sia una fonte di acqua fresca nella vita familiare e personale, pensata e vissuta attraverso la prospettiva di fede. Lo stesso fr. Christian ha poi illustrato alcuni aspetti essenziali del libro, sottolineando in particolar modo come la prospettiva esistenziale di ognuno si trovi ad essere illuminata, sostenuta e ravvivata dal rapporto col Cristo Risorto. Fr. Steiner ha poi positivamente stimolato l'uditorio evidenziando le possibilità offerte dal mondo digitale di realizzare, attraverso di esso (e non subendolo) una piena antropologia cristiana. L'evento ha richiamato numeroso pubblico sia di laici che di religiosi, che hanno interagito con i relatori con diverse domande e curiosità.
Al termine della presentazione fr. Christian si è volentieri prestato a dedicare le copie appena acquisate agli intervenuti.
Erano presenti inoltre numerosi membri (Frati e Laici) della Famiglia Domenicana di Cagliari. Al termine dell'incontro fr. Cristian e Stefano hanno risposto ad alcune domande in esclusiva per il nostro sito.
"Del más chiquito y
del más olvidado, tiene Dios la memoria muy reciente y muy viva"
Centro de
Convivencia Del Pueblo de la Calle
Estación de la Luz
Sao Paulo
En el centro de Sao Paulo, en uno de
los barrios donde se encuentran la mayor parte de las más de 14.000 personas en
situación de calle, se encuentra el Centro de la Convivencia del Pueblo de la
Calle. Es un centro creado por el Cardenal Pablo Arms en 1993. Entre las diferentes
actividades que se ofrecen para estas personas están: formación social,
cultural, derechos humanos, espiritualidad, conocimiento de la Biblia… Todos
los días hay un espacio para la oración.
La foto nos muestra el momento
diario de la oración común. Está precedido de un tiempo de oración personal en
silencio, donde podemos encontrar a muchas de estas personas, personas en
situación de calle. Una música apropiada facilita el ambiente de recogimiento.
La oración está animada por uno de
los miembros del equipo organizador, un grupo ecuménico. Se empieza con un
momento de expresión libre por parte de aquellos que desean tomar la palabra
para decir cómo llegan y qué desean pedir en esta oración. A continuación,
algunos cantos, los salmos del día – como hacen las comunidades de base – y la
proclamación de la Palabra. Un compartir en el que cada uno expresa la relación
entre esta Palabra y su experiencia de vida. La persona que dirige ofrece su
propia reflexión sobre esta Palabra. A continuación, hay peticiones y acciones
de gracias libres, y la oración propia del día. Todo esto con cantos bien
elegidos, que facilitan la integración alrededor de una pila bautismal.
En el piso inferior, lugar donde se
realizan las diferentes actividades, continúa el encuentro con un desayuno
comunitario compartido, preparado en equipo.
Sr Rosa María Barboza asegura una
presencia dominicana de acogida en este contexto, con la participación en el
equipo y en la formación bíblica.
(Dominicas Apostólicas)
Salmo 23: El Señor es mi pastor
Gabriela Vergara
A la luz de Jesús el Buen Pastor (Jn 10, 1-10)
El Señor es mi Pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
● ● ●
Un
sentimiento de profunda confianza en Dios –expresado en un lenguaje de
incomparable belleza poética– es la característica de este salmo.
En la primera parte (vv.
1-4), el salmista se vale de la imagen del “pastor” para describir su
experiencia de la protección divina. En el Antiguo Testamento nos
encontramos con la figura del pastor aplicada a Yahvé: “Viene como un
pastor que cuida su rebaño; levanta los corderos en sus brazos los lleva
junto al pecho y atiende con cuidado a las recién paridas” (Is 40,11).
“Pastor de Israel, que guías a José como a un rebaño” (Salmo 80,1).
En la segunda (vv.
5-6), los elementos simbólicos parecen entrecruzarse con la referencia a
una situación concreta: el salmista, perseguido por sus enemigos (v.
5), se pone al amparo del Señor en el templo (v. 6), y allí el Señor le
brinda su hospitalidad, haciéndolo partícipe de su mesa (v. 5).
Análisis del texto
v 1 El Señor es mi pastor.
Una afirmación, una imagen para presentarnos a Dios “pastor”, un pastor
que otorga seguridad a su rebaño, imagen que luego en los evangelios
también Jesús se apropiará para sí: “Yo soy el buen pastor” (Jn
10,1-11).
¿Qué hace el pastor por su rebaño? La respuesta nos la da el salmista en los versículos 2 al 3: v 2 “Él me hace descansar en verdes praderas…”; v 3 “ me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas… me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre”.
El
pastor que conoce al rebaño es quien lo lleva hacia las verdes praderas
con un fin: otorgarle descanso y alimento; lo conduce, lo guía por
caminos y sendas seguras, el rebaño confiadamente puede seguirlo.
La presencia del pastor ofrece seguridad aún en los mayores conflictos: v 4 “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan”.
Que
bien hace descubrir a nuestro Dios como Pastor, proclamar con el
salmista esta acción de Dios con nosotras y nosotros. Hoy necesitamos,
entre tantas voces, escuchar la única de aquel que nos conoce por el
nombre y nos invita a seguirlo: “Él llama a las suyas por su nombre y
las saca fuera del corral. Cuando han salido todas las suyas se pone al
frente de ellas y las ovejas lo siguen pues conocen su voz” (Jn 10,
3-4).
Escuchar
y seguir a este Pastor nos lleva a lugares tranquilos para descansar.
Cuando parece que el trabajo, la actividad, los problemas nos quitan la
paz, nos abruman, el Pastor nos ofrece la verdadera vida: “Yo he venido
para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud” (Jn 10,
10).
La
pasión la muerte y resurrección de Jesús, hace parte de su ser pastor,
ya que Él entrega su vida y la da libre y voluntariamente, la da como
signo de su dar la vida para darnos vida: “Doy mi vida.. nadie me la
quita, yo la doy voluntariamente” (Jn 10, 17-18).
Hoy
que se nos ofrecen tantos caminos alternativos, este Pastor “nos guía
por la senda del bien”, como nos lo recuerda Juan: “Se pone al frente de
ellas y las ovejas lo siguen” (Jn 10,4). Entonces, si queremos seguir
ese camino, debemos ir tras el pastor.
A partir del v 5
el pastor asume otro rol marcado por el cambio de la imagen de pastor a
un anfitrión, un dueño de casa, ya el salmista se refiere a él en
segunda persona: “ Preparas una mesa ante mí, en frente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa”.
Se
transforma en el personaje que proporciona alegría, gozo, que dispone
todo para el banquete, que unge, que transforma… que llena de bondad y
misericordia la vida y hace proyectar la propia existencia hacia la
morada eterna: “y habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
El salmista reconoce que todo esto es manifestación del amor y la bondad del Señor, un Pastor–Padre, Dios que se hace presente: v6 “ Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
Leemos
en Ezequiel: “Como el pastor que se preocupa por sus ovejas, así me
preocupo yo de mis ovejas… yo mismo seré el pastor de las ovejas yo
mismo las llevaré a descansar” (Ez 34,11.15)
* José Antonio Weisensee Hetter: Salmos experiencia de Dios en la vida. Colombia, 2003.
¿VOLVERÁN…?
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar
y, otra vez, con el ala a tus cristales
jugando llamaran;
pero aquellas que el vuelo refrenaban,
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que prendieron nuestros nombres…
esas no volverán……….
Bécquer en su poema VOLVERAN, ¿
quizá nos hizo un guiño a la conservación de
la naturaleza?, aquellas golondrinas que refrenaron el vuelo ante la
belleza y el amor, hoy por desgracia lo frenan, porque el ser humano se empeña en
destruir la naturaleza. La primavera llegará pronto, y va ser una primavera más
triste, dice Romeo a Julieta cuando ella
escucha cantar a la alondra-no amada mía,
no es la alondra, es el ruiseñor - , cada año en España millones de pájaros
pierden la vida. Si, ya sé que algunos me comentaran luego-peor son los
inmigrantes que pierden la vida en cayucos, o viven en condiciones infrahumanas
-pero entonces tendríamos que plantearnos éste tema entre humanos, para esos
tenemos otras potencias llamadas del alma que nos diferencias de los
animalillos y unos Derechos.
Ya los griegos apuntaron que
todos somos animales ¿de qué especie somos nosotros? ¿De la mejor?, desde luego
no.
Hemos de pensar que la
conciencia-si realmente se tiene conciencia de la ecología- es muy reciente,
por primera vez el zoólogo alemán, Ernst Haeckel 1869 utiliza ésta palabra, aunque hemos de reconocer
que sus orígenes están en otras ciencias como la biología, la geología y la misma
evolución.
En la tercera década del siglo XX
comienzan las primeras concepciones de la SINECOLOGIA o ECOLOGIA DE
COMUNIDADES, donde el concepto de comunidad
como nivel jerárquico superior de organización, se incluyen distintas
poblaciones interactuares del entorno. Sin embargo el concepto, apegado al origen biológico de la ecología,
era disociado de los organismos que lo definían.
En la década del 40 Tansley
(1935) propuso el concepto de “ecosistema”,
desarrollado por Lindelman.En 1948 se crea la Unión Internacional para la
Conservación de la naturaleza y sus recursos Naturales UICN, cuya finalidad era la conservación del medio ambiente
World Wildlife Found (WWF) se
crea en 1961, y el fin es la financiación de proyectos que protejan el ecosistema.
Año 1972 Conferencia Mundial sobre medio Ambiente se realizada en Estocolmo.
1992 Rio de Janeiro, se reúnen
175 países en la llamada Cumbre de la Tierra,
para saber la vulnerabilidad del planeta y tomar medidas urgentes.
El ser humano, apareció en el
mundo después de otras especies, cambió el medio ambiente en su beneficio, no
obstante el medio ambiente, cada vez está más deteriorado, osea que no se han
hecho los deberes, ni se hacen bien, en favor de la salud del hombre, y del planeta Tierra; por un lado
contaminación ambiental. El aire atmosférico
está constituido por aire seco y vapor de agua en proporciones variables.
El oxigeno es básico en la vida,
forma parte de los procesos de combustión y el nitrógeno, gas inerte. Con la
llamada “revolución industrial” comienza a cambiar la estabilidad del planeta, los ecosistemas, la atmosfera y la
calidad del agua, cada vez más contaminada por los lavaderos industriales.
El crecimiento excesivo de la
población, está logrando que exista una menor posibilidad de disfrutar un medio
ambiente saludable, por lo que los ecosistemas se ven incapacitados para la
renovación autónomamente.
¿Que opinaran de estos cambios
los amantes de la naturaleza?, los campesinos, que no necesitaban en los
pueblos despertador, porque la llamada a levantarse la daba el gallo, luego
para desperezarse…un bello concierto de
ruiseñores y jilgueros, que daban la más
bellas melodías alegrando nuestro espíritu. El mejor tenor o la mejor soprano
nunca puede competir con estos poderosos gorjeos.
Nos dejó Gonzalo de Berceo un
relato de una belleza grandísima
“Como en un cuento de niños, las aves adoptan posturas racionales y
consiguen una melodiosa música”…
Hoy el Ruiseñor o RONSEÑOR así le cita Berceo
es un pobre pájaro clandestino, que vive cada vez mas oculto entre la maleza y
apenas le queda voz para ilusionar la madrugada en el campo. Los aviones, las
guerras, los pesticidas, la crueldad del ser humano para con otros seres vivos,
¡es muy fuerte!, se destruyen grullas, halcones, cigüeñas, en Asia, los
navegantes de los océanos ya no oyen en las largas noches cantar pájaros cuando
los cruzaban en bandadas, haciendo el
signo de la victoria-llegarían a buen puerto unos y otros-. Solo los
gorrioncillos aguantan y aguantan ¡tanto! que ya casi vienen a comer en la mano.
Hace algunos años la UE prohibió
matar aves, pero antes de que los cielos lloraran la ausencia del canto
pajarero, los niños y muchachos cazaban con cepos todos los animales
silvestres, jilgueros, verderones, golondrinas, pardillos, codornices, tordos. Pero
llega la UE y dando un fuerte tirón de orejas dice: ¡a tomar conciencia chicos
que esto se termina y nos quedamos sin aves! Y así despertó la conciencia
ecológica, verdaderamente aquellas costumbres eran crueles, aunque a muchos
hogares les resolvía la hambruna, actualmente la vida de los animales se ve continuamente
en peligro
Keasts en su oda al ruiseñor le
dice:
“Tú no has nacido para la muerte”.
Se equivocó, ya que todos los
días caen, -no por tirachinas de niños- sino atrapados en las telarañas
invisibles, las llamadas- redes
japonesas- millones de pájaros, también las avecillas que aun en el siglo XXI
furtivamente se cazan para servir de tapa en algún bar de prestigio a paladares
sibaritas; los furtivos son multados, ¿ los sibaritas?…. No vivimos en países
donde la caza de aves sea necesaria para el sustento. Es un deporte bien pagado
y motivo de encuentros , comilonas y ”fiestas” que en algunas ocasiones traen
muy malas consecuencias al ser descubiertas estas juergas.
Dejemos vivir a los animales, respetemos
la naturaleza, conservemos un planeta limpio, seamos conscientes de -que casas podemos construir miles-, pero jamás podremos construir una selva, ni escuchar el canto del ave al amanecer enramado en la madreselva
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán,
pero aquellas que cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, cómo lagrimas del día……………………………
Si tenemos conciencia, si amamos
todo lo que envuelve la naturaleza, volverán
a posarse las golondrinas en las tupidas madreselvas, hermanando entre
sus ramas y flores, a la gran familia de animales silvestres.
Bendecid al Señor, siervos del Señor
Editado por
Sor Gemma MoratóSí, bendecid al Señor, los que pasáis la noche a la cabecera de los enfermos: médicos, enfermeros, familiares, etc.
Bendecid al Señor, los que trabajáis de noche: panaderos para que en la mesa del pobre y del rico pueda haber un pedazo de pan fresco; basureros y tantos otros trabajadores que pasáis la noche para que la gente encuentre la ciudad más limpia, más acogedora ya que algunos parece que se esfuercen en que las calles estén sucias, llenas de envases de cerveza, de vino, de colillas de tabaco, de jeringas, de papeles. Benditos seáis todos vosotros trabajadores nocturnos, vuestro trabajo hace la vida de los demás más agradable, más fácil, más llevadera.
Bendecid al Señor, monjes y monjas que os levantáis por la noche para bendecir al Señor mientras otros reparan fuerzas durmiendo. Como reza el salmo 133: “Y ahora bendecid al Señor los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor” (v 1). Bendecid y sed benditos porque oráis por los que no se acuerdan de orar, sois como una lanza que se dirige al cielo para interceder por tantas necesidades que hay en el mundo.
Sí, el Señor os bendiga a todos los que pasáis la noche al servicio de los demás, vuestro trabajo tiene regusto de eternidad. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
La Mezquita-Catedral de Córdoba
Esto
de vivir fuera de Córdoba hace que a veces uno no esté al tanto de lo
que pasa en la ciudad, por eso, lo de la campaña para que la
Mezquita-Catedral de Córdoba pase a titularidad pública, me pilla un
poco con el pie cambiado. Así que vaya de primeras mi agradecimiento a Don Rafalito,
que me ha puesto sobre la pista… o más bien me ha incitado a opinar de
ello. Así que, ténganlo en cuenta, él es algo responsable de lo que aquí
se diga… pero sólo algo.
Leo aquí en Cordópolis –qué mejor sitio…- a Antonio Manuel en su Insurrección,
y me entero de muchas cuestiones técnicas y jurídicas que no conocía
–dejé hace muchos años el Derecho- y, como es normal, algunas con las
que no termino de estar de acuerdo… que todo en esta vida es
interpretación, y las leyes no van a ser menos. Que se lo digan a los
jueces si no. El desacuerdo básico está en lo del lucro… Yo
presupongo – y legítimamente, igual que él presupone lo contrario en
ese post- que no hay voluntad de lucro en las actuaciones del Obispado,
de modo que desde ahí la Iglesia de Córdoba no incumple ley ninguna. Y
es que esto de las leyes tiene su enjundia. Nos parecen buenas cuando
dicen lo que queremos que digan, pero si hay leyes que no nos gustan,
empezamos a atacarlas y somos incapaces de usar de la misma tolerancia
que para otras cosas reclamamos. Es lo del ancho para mí, y estrecho
para ti… sabiendo también, no diré que no, que las leyes se reforman y
deberían de buscar la justicia, y que hay leyes que no son justas.
Demasiadas. El problema es si las calificamos como tales sólo desde la
perspectiva ideológica, y no desde el respeto a que hay gente que no
opina igual que yo.
Leo también esa Última Oportunidad
que da Alfonso Alba sobre el particular y de nuevo compartiendo mucho…
también alguna otra cosa no termino de ver. Principalmente eso de la
titularidad pública de los bienes… reconozco que es una cosa un tanto
confusa para mí, y no sé muy bien qué es… o más bien no me gusta a donde
lleva. La historia nos enseña –con las desamortizaciones del s. XIX
pero también con los pelotazos políticos de corruptelas de esta nuestra
pseudo-democracia-, que lo público acaba siendo carne de tiburón
especulador en unas manos públicas –o privadas…- que acaban, ellos sí,
lucrándose salvaje, indigna e injustamente, siendo entonces ya tarde
para volver a lo que había antes.
Reconozco también que en esto, ciertamente, echo en falta que nuestro Obispado se haya pronunciado al respecto… aunque
sólo fuese para dar sus razones de lo que pasa, que no está bien eso de
que otros ataquen y no dar razones a los que no terminamos de ver la
cosa… que estoy convencido que algo puede decir.
Sea como fuere, de esta campaña… me rechinan cosas. Solicita cuatro puntos, algunos con sentido, otros, a mi juicio, no tanto.
Lo
del nombre por ejemplo, no me parece más problema. Siempre en Córdoba
la hemos llamado mezquita, y hemos sabido que era la Catedral y no un
lugar de culto musulmán. Otra cosa es si bajo capa de eso, lo que se
busque –que no sé si lo habrá, pero puestos a maliciar, quién sabe lo
que se puede desear…- es que se retire el culto cristiano para que sea
culto islámico… pero ese es otro problema, que tiene que ver sobre todo
con un rechazo a lo cristiano, pero también con un “exceso buenista” de
apertura a cosas que quizás no serían tan tolerantes como el
cristianismo es –miren ustedes los países islámicos…-, sin olvidar una
cierta idealización de un pasado andalusí que ningún historiador
medianamente serio al oírla no se eche las manos a la cabeza, y un
complejo de crítica con nuestra historia, que tiene que ver mucho con la
ignorancia. Pero así, asépticamente, lo del nombre, no es problema
ninguno…
Igualmente
lo de la Redacción de un código de buenas prácticas, me parece también
muy sensato. Y también lo de la transparencia. Entre otras cosas
evitaría cosas como estas. Cuanto más transparencia y más claridad en
cómo se gestionan los bienes, mucho mejor para todos. Y aquí sí que le
doy la razón al Insurrecto
cordopolita, la Iglesia por desgracia no siempre lo hace, y debería
hacerlo. Máxime cuando, como él recuerda tan acertadamente, se reciben
ayudas de fondos públicos que pagamos entre todos los ciudadanos con los
impuestos… Esto además evitaría esa constante sospecha sobre la Iglesia
de su afán de lucro, de servir al dinero y no a Dios, etc., etc. Así
que un protocolo de ese tipo sería más que bienvenido, para mostrar y
demostrar que la Iglesia está para atender y cuidar a la gente, no para
sacarle los cuartos.
Ya lo demás… en fin. No lo puedo compartir me temo. Eso de lo de la titularidad pública… yo es que no lo veo.
Desde
una dimensión práctica, ya apuntaba antes, me preocupa lo de dejar en
manos de nuestros políticos bienes de tal enjundia. Mencionaba antes la
desamortización del s. XIX, que terminó con una cantidad de patrimonio
histórico y artístico o bien en manos privadísimas –los ricos burgueses
que lo compraron- o bien desaparecido. No sólo no siempre la gestión
pública es mejor, sino que por desgracia, muchas veces es todo lo
contrario, fruto de muchos más abusos, corruptelas y demás. Lo llevamos
viendo muy claramente desde que esta crisis salvaje se ha destapado, que
mucho de culpa tiene el que lo público es en realidad una excusa para
el lucro de unos pocos.
Pero por si no fuera poco lo estrictamente práctico, me temo que no lo termino de ver por más razones.
Por
un lado reconozco que lo de reclamar que las cosas sean todo de todos,
que todo sea público, no me gusta un pelo, porque significa no reconocer
que el derecho a lo privado existe, que es parte de la condición
humana. Obviamente con todas las limitaciones que tiene que tener, en
tanto que –esto lo ha dicho siempre la Iglesia Católica- la propiedad
privada ha de estar al servicio del bien común y especialmente de los
más desfavorecidos. Pero también porque lo de ir haciendo enorme lo
público, dueño de todo, acaba convirtiendo al Estado en un gigante
peligroso. Peligroso por la tentación de lo totalitario –a la Historia
me remito…- y peligroso por la ineptitud de todo lo grande, que se hace
lento, burocrático, legalista, irresponsable. No me resisto a repetir
una idea: la propiedad es legítima… siempre que se use bien, que se
ponga al servicio de los demás. Y la misma propiedad requiere reglas y
límites y normas, que ha de poner la ley. Igualmente, mucha propiedad,
en pocas manos, no es nada bueno…
Pero
ya por último, la idea principal de fondo, es que la Iglesia tiene
también derechos. Y el de la propiedad es uno, siempre que, ya digo, la
use recta y correctamente, atendiendo a las leyes y a sus propios
objetivos y fines. Esto del recto uso, el papa Francisco lo ha dicho en
alguna ocasión… lo cual no negaré que significa que hay un cierto
déficit en ello, al menos de transparencia, pero que haya que arreglar
cosas, no quiere decir que no tenga derechos. Aquí, creo yo, hay mucho
también de ideológico, el de no reconocer que la Iglesia tiene derechos
como las demás instituciones, y el de no querer reconocer que la Iglesia
los tiene para ponerlos al servicio del mundo. Pues uno de esos
derechos es el de la propiedad. Obviamente la propiedad ha de ser
legítima, y me parece que aquí es donde más demagogia se puede hacer… o
donde se pueden buscar razones –o pseudo-razones…- que pretendan retirar
la legitimidad de la propiedad de la Iglesia de sus bienes. Para mí la
historia es más que suficiente razón para tal legitimidad, pero desde
luego, estoy abierto a ideas y argumentos que puedan sostener lo
contrario… que me consta que los hay.
El
caso es que, siendo consciente que en la gestión de la
Mezquita-Catedral por el Obispado deberían mejorarse muchas cosas, que
debería llegarse a acuerdos de transparencia y de buenas prácticas,
quizás hasta tuteladas por los poderes públicos -habría que buscar los
modos para que no se convirtiera en lo que hicieron con las Cajas de
Ahorros, o que no fuese una injerencia intolerable en la libertad de la
Iglesia- de base, no entiendo por qué ha de quitársele a la Iglesia de
Córdoba el legítimo derecho de propiedad sobre el más significativo
templo de nuestra ciudad.
Carta a una catecúmena (sin h)
Juan Antonio Mateos Pérez
Mi querida Arina, tuvimos ayer una larga catequesis de casi
dos horas, la pregunta por Dios, la pregunta por el hombre. Estás creciendo muy
rápido en la fe y tus preguntas se amontonan en tu corazón y en nuestras conversaciones.
Muchas preguntas y sus respuestas requieren tiempo, dejar madurar a la razón y
al corazón. Porque de eso se trata, de una razón cordial, que respeta y venera
el Misterio que se desvela en cada ser humano, no sin preguntas, pero las
pequeñas respuestas están en ese encuentro personal con Él. Es necesario ese
encuentro personal con Jesús resucitado, que es el puente, para llegar a Dios.
La preguntas son necesarias, también las dudas, es lo que nos
hace crecer y madurar en la fe. Recuerdo aquellas palabras de San Agustín,
buscó respuestas y las encontró, aunque que también pasó por la “noche oscura
de la fe”: Esfuérzate por entender, a fin
de que creas; cree para que ganes en entendimiento. En eso andamos, entre
la razón y el corazón, algunos prefieren decir entre Atenas y Jerusalén.
Nuestro querido Unamuno, conoció el desasosiego con una “honda agonía” de esas
dos fidelidades contrapuestas. Anheló las dos ciudadanías, pero no tuvo reposo
en su ir y venir a las dos ciudades. Ambas, en tensión, se mantienen en
diálogo, a veces incluso un diálogo doloroso, debatir entre la argumentación y
la fe. La razón no puede estar ausente de la religiosidad, ya que no podemos dar
rienda suelta al sentimiento, hay que conocer, “conocerlo”, no es suficiente la
contemplación. Pero el acercamiento al Misterio siempre lo hacemos con una
heroica decisión personal, no sin “Temor y temblor”, como nos apuntaba
Kierkegaard.
Te preocupaba “la nada”, un horizonte muy postmoderno. Una
interpretación unívoca y pasiva de la nada, no sería muy creativa, nos
paralizaría y nos llevaría a una melancolía sin salida. La nada, para
pensadores como Heidegger, es lo que nos ayuda a captar el Ser, la existencia,
la vida, pero desde su lado opuesto. Es lo que desata la angustia para que nos
aferremos a ese Ser. Un tiempo antes, Kierkegaard resaltaba la angustia de una
manera positiva y la daba un papel pedagógico, para hacer pasar al hombre de la
estética a la ética y a la religión. Esta forma de entender la nada nos daría
un nihilismo creativo, estimulador, que puede darnos una salida o salvación. La
mística, también se ha sentido preocupada por la nada. Ahora me viene a la
mente el maestro Eckhart, tal vez será mi impronta dominicana, nos hace ver que
los místicos concebían a Dios también en relación con la nada, incluso como una
especie de Nada: “hui de Dios por amor a Dios”, “por eso le pido a Dios que me
vacíe de Dios”.
Razón y corazón, o la razón cordial, es una parte
imprescindible del ajuar existencial del ser humano, se complementan y ayudan.
Nuestra historia cultural, ¡ah! ¡Nuestra historia!, ha elevado muchas veces a
la categoría de diosa del mundo a la razón, otras veces, se ha visto sacudida
de fiebres emocionales y apocalípticas ajenas a orden de la racionalidad. Pero
debemos mantener la tensión entre las dos ciudades, la de la fría razón y la
apasionada emotividad.
La convicción, es una especie de seguridad que impregna la
vida de una persona, pero que no se puede demostrar. Es una vivencia, pero
recuerda aquello que decía san Agustín, yo
sabía explicarlo hasta que tú me lo preguntaste. Esa convicción es una
seguridad sin garantías. El hombre religioso no posee garantías ni sobre su
convicción más elemental, la existencia de Dios. Hasta los profetas y hombres
más religiosos de nuestra historia, han prestado a Dios el homenaje de la duda.
Es la noche oscura, este homenaje a la duda, recorre otras parcelas del ser
humano, en el amor, en la amistad, en la belleza. La fe siempre implica algún
riesgo, tiene mucho de abismo, de lanzarse al agua, o incluso en parapente. La
fe siempre acaba en los brazos de la confianza. Los grandes hombres de fe, han
sabido soportar con tozudez sus grandes dudas y ahí está su profundidad.
Pero llega un momento en el que al invocar a la fe se tiene
que confiar, incluso a pesar de todo. Así nos lo trasmitió Jesús, y así lo
hemos experimentado y vivido cristianos a lo largo de generaciones, está claro
que Dios no deja huellas como los elefantes. Es el Dios del silencio, de lo
pequeño, de la debilidad. Queremos que Dios conteste desde las manifestaciones
poderosas, claras y evidentes, como una aparición en el horizonte visible. Pero
es en la cruz, en el crucificado, donde reconocemos por la fe, la presencia de
Dios en la debilidad. El silencio permanece mudo, pero en la cruz vemos a un
Dios invisible que nos lleva en brazos en nuestro sufrimiento.
Si rastreamos el
silencio de Dios desde la cruz de Jesús, lo podemos detectar por sus implicaciones en
la realidad, por su capacidad para iluminar la vida humana y explicarla mejor.
Dios no acude a las citas con la verificación. Lo verificable es la fiabilidad
de nuestra historia de fe, de que Jesús vivió y murió en la cruz, que resucitó
y que ha ayudado a vivir y morir a muchos hombres esperanzadamente.
Quisiera terminar esta carta, con unas palabras con dos
citas. La primera de un pensador ateo, sí, se llama E. Bloh y decía, que sin
esperanza, no florece la razón; y sin razón, permanece muda la esperanza. La
segunda es de Gregorio Magno, un papa de la iglesia del siglo VI, decía que por
medio del amor llegamos al conocimiento. El amor mismo es conocimiento. Tenía
en mente el libro de la Sabiduría, nada en la tierra ni en el cielo podría ser
conocido si Dios no nos hubiese “dado la sabiduría y no le hubiese enviado de
lo alto su Espíritu Santo” (Sb 9, 16-17). Un beso muy fuerte y tenemos una cita
el próximo fin de semana con la oración.
¿ Cómo es posible amar a los enemigos?
Editado por
Jesús EspejaLos más normal es eliminar al enemido y a todo el que nos perjudica. Cómo entonces seguir el evangelio: “Amad a vuestros enemigos y haced bien a los que os aborrecen"
1. Por el instinto de seguridad y por los sentimiento de venganza que todos llevamos dentro, no es infrecuente que por un diente que nos ha quitado arranquemos al otro toda la dentadura, y por uno ojo que nos ha dañado, le arrebatemos los dos. Por eso ya es un correctivo saludable para ese instinto la normativa del Antiguo Testamento: “ojo por ojo y diente por diente”. Sin abolir ese saludable correctivo, el evangelio da un paso desconcertante: hasta amar a los propios enemigos y a quienes nos hacen daño.
2. Lo menos podemos desear para el enemigo en cuanto enemigo es que desaparezca del mapa. En eso están de acuerdo Tomás de Aquino y Freud. Pero ¿cómo entender el evangelio del amor a los enemigos? Sencillamente porque si miramos a los seres humanos desde Dios, en ellos sean como sean, hay algo divino y por tanto amable y digno de respeto. Podemos y debemos rechazar los sentimientos y acciones perversas que frecuentemente afloran en la conducta de los seres humanos y que injustamente nos causan daño. Sin embargo, mirándolos desde el corazón de Dios, si bien rechazamos el mal que hacen y hacemos lo posibre por rectificar lotorcido, en vez del odio, en nosotros puede brotar el amor que perdona, vence al odio y descrata la venganza.
3. La clave para leer este evangelio es la referencia: “así seréis hijos de vuestro Padre que está en los cielos y hace salir su sol para nuevos y para malos, para justos e injustos”. Acompañando al transeunte dos kilómetros cuando, según la ley, ya se cumple acompañándole uno; dar también la camisa cuando te quitan la chaqueta, perdonar cuando nos hacen mal. Ese programa propuesto en el Sermón de la Montaña y parece una utopía ilusoria e imposible para los seres humanos. Sólo es comprensible como expresión de la novedad que comienza a existir en la vida de los hombres y de las mujeres cuando se abren a la Presencia benevolente de Dios , “Abba”, animados por el espíritu y siguiendo la conducta de Jesucristo. Entonces experimentamos que sí es posible lo que a primera vista, y de tejas abajo, parece imposible.
¿Por qué matamos, por qué amamos?
Nihil Obstat
Blog de: Martín Gelabert Ballester, OPsábado, 22 de febrero de 2014
Decía en el
post anterior que la muerte es la recapitulación de todos los males.
Ahora bien, quizás alguien puede pensar que lo verdaderamente odioso en
la muerte es que te maten. Insisto: lo grave y preocupante no es que te
maten, sino que te puedan matar. O sea, lo grave es el morir. Cierto,
que te maten resulta un detalle odioso, pero menor en relación con el
morir. A veces nos perdemos en los detalles y olvidamos las cuestiones
de fondo. Con todo, concedamos un minuto de atención a la pregunta por
el por qué matamos. Matamos porque somos pecadores, porque el ser
humano, además de frágil y finito, está inclinado al mal. Está inclinado
al mal por el mismo motivo que muere, porque no es Dios. Sólo Dios es
la suma bondad. El humano es bueno, pero solo en parte. No es bueno del
todo. Y en ocasiones, esta bondad limitada y frágil se oscurece hasta el
punto de que parece desaparecer. En su lugar, aparece el odio, el
rechazo del otro. El rechazo, llevado al extremo, es el deseo de que el
otro desaparezca. Por eso le matamos.
La pregunta por qué matamos resulta más
lacerante e intrigante si la contrastamos con la pregunta de por qué
amamos. Esa es otra de las grandes, misteriosas y enigmáticas cualidades
del ser humano. Aunque podamos rechazar al otro, en realidad parece que
estamos hechos para el otro, que necesitamos del otro, que sin el otro
no somos, no estamos completos. El ser humano es una fuente de
tensiones. Una de las básicas, que está en el origen de muchas de sus
contradicciones, es la tensión entre el egoísmo, neurotizante en muchas
ocasiones, y el amor. El amor se manifiesta de muchas maneras, pero
todas indican un deseo y una necesidad del otro.
No hay respuestas concluyentes a estos
por qué. Pero lo importante es que sea cual sea la respuesta que demos,
tenga su lógica. De modo que si no es una respuesta racionalmente
concluyente, que se imponga, al menos sea una respuesta racionalmente
posible, una respuesta coherente que ofrezca alguna explicación. ¿Por
qué matamos? Porque somos seres egoístas, curvados sobre nosotros
mismos, ambicionando ser dioses sin serlo. ¿Por qué amamos? Por que
estamos hechos a imagen de Dios, porque somos dioses en pequeño, porque
somos capaces de Dios.
¿Por qué morimos? Morimos como
consecuencia del egoísmo y del amor, características contradictorias de
lo humano. Morimos porque somos limitados, porque ambicionamos lo que no
podemos alcanzar, y este falso deseo engañoso nos pierde. Y morimos
porque somos capaces de amar, somos seres divinizables. Y el Dios
verdadero, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nos ha hecho a su imagen.
Y nos quiere llevar hasta él para que podemos alcanzar nuestros mejores
deseos y nuestra plena humanización. Pero, dada nuestra limitación,
sólo puede llevarnos a él sacándonos de la tierra madre todoparidora,
que es la condición de nuestro ser, pero también nuestro límite. Dios,
sacándonos de nuestro límite nos conduce paradójicamente a la plenitud
de nuestro ser. No haciéndonos dioses, porque seguimos siendo limitados,
pero sí haciéndonos participar de la naturaleza divina.
“Así serán hijos del Padre que está en los cielos”
Domingo 23/2/14 I Fray Eduardo J. Rosaz, OP I
Durante estos domingos, se nos da el don de estar en el monte con Jesús, ya que “viendo la muchedumbre, se sentó y sus discípulos se le acercaron” (Mt 5, 1). La Liturgia nos permite unirnos a todos los que se aproximan al Maestro para escucharlo e ir tras él. Cumplimos así la profecía de Isaías cuando proclama que los pueblos acudirán a Él vociferando: “Venid, subamos al monte del Señor… para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos” (Is 2, 3).
Cristo, efectivamente, es el nuevo y definitivo Moisés. El liberador de los hebreos, luego de subir al monte, puede bajar y entregar lo que ha escuchado: “Éstos son los mandamientos, preceptos y normas que el Señor vuestro Dios ha mandado enseñaros” (Dt 6, 1). Por esta razón, nos manda: “Seguid en todo el camino que el Señor, vuestro Dios, os ha trazado. Así viviréis, seréis felices y prolongaréis vuestros días en la tierra de la que vais a tomar posesión” (Dt 5, 33).
Ahora bien, Jesús no habla meramente sobre lo que ha escuchado. Es cierto que dijo que nos dio a conocer todo lo que escuchó del Padre (cf. Jn 15, 5), pero esto se refiere más bien a su diálogo eterno, en el que todo lo que es el Padre se comunica al Hijo. Él no conoce sólo la “espalda” de Dios, como Moisés (cf. Ex 33, 23), sino que está siempre ante el rostro del Padre (cf. Jn 1, 1) y, por esta razón, no habla sólo de lo que ha oído, sino que nos manifiesta la verdadera intimidad de Dios.
De esta manera, así como “os fue dicho” en otra época, ahora “yo os digo” (cf. Mt 5, 21.27.31.33.38.43). Moisés no tenía autoridad para hablar él por su propia iniciativa. Sólo nos transmitió lo que escuchó y lo que se le mandó que enseñara. Pero Jesús sí que puede afirmar: “Soy yo el que se los dice”. Esto hoy no nos sorprende, ¡hay tantas voces fatuas que nos dicen lo que tenemos que hacer! La presunción de una cultura que instaura en el centro de todo criterio al hombre trae como consecuencia el que cualquiera pueda usar suyo como norma para señalar lo que hay que hacer. Esto no deja de ser una impiedad y una afrenta a Dios, porque es la expresión de la tentación del demonio a nuestros primeros padres.
Necesitamos volver nuestra mirada al monte, en donde hay uno que enseña “como quien tiene autoridad” (Mc 1, 22). Allí todo está naciendo otra vez, allí todo es nuevo. En el centro no está la orgullosa criatura, temerosa de que se descubra la desnudez de su pecado y de su vergüenza, sino el Hombre-Dios, que cubre al hombre de gloria y dignidad. Nos encontramos así con dos afirmaciones de Jesús. La primera es la de vencer la lógica de la “Ley del talión”, que exigía una venganza precisa por las afrentas recibidas. La segunda es la del amor universal que se extiende incluso a los enemigos.
No disminuyamos la fuerza con la que estos mandatos nos son presentados. ¿Me dirás, tal vez, que el Señor no ofreció su otra mejilla cuando lo ultrajaron (cf. Jn 18, 22-23)?Pues bien, Cristo es el primer criterio, y el más importante, para interpretar sus propias palabras. Así podemos entender que el “poner la otra mejilla” no significa que Nuestro Señor fuera un militante del pacifismo a ultranza o un luchador por la “no-violencia”.
Ahora bien, nuevamente lo digo, no pensemos que esto le resta vigor a su exigencia. Nosotros, atravesados por tanto egoísmo y susceptibilidad, ¿no hacemos surgir la venganza de nuestras pasiones y sentimientos desordenados? ¿No nos ofenden más las injurias que nos dirigen a nosotros, que las que tienen a Dios por destinatario? Miremos el ejemplo de Cristo, “que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia” (1 Pe 2, 23). Nuestra vida tiene que ir configurándose poco a poco, conducidos por la Gracia de Dios, en ese ponernos en manos del justo Juez.
Detengámonos un momento más en el otro mandato que Jesús nos da en el monte: “Yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen” (Mt 5, 44). Es claro que este amor no se opone en nada al “amarás a tu prójimo” (Mt 5, 43) ni, mucho menos, a la Ley principal: “amarás al Señor, tu Dios” (Mt 22, 37). Por el contrario, lo fundamental en esta formulación es que nos impulsa a amar como ama el mismo Dios y poder ser, de esta manera, “hijos de nuestro Padre celestial” (cf. Mt 5, 45), “perfectos como es perfecto nuestro Padre celestial” (cf. Mt 5, 48). Es decir, el amor a los enemigos y la oración por los perseguidores constituye como una marca distintiva que identifica el amor de los hijos, que no está basado en una simpatía momentánea o interesada, sino en su misma condición de nacidos de Dios (cf. Jn 1, 13).
Para comprender un poco mejor lo que hemos dicho debemos fijar nuestra atención en los dos aspectos de lo que nos die el Señor: el amor y los enemigos. Porque, ¿quiénes son nuestros enemigos? Una primera aproximación nos hace pensar en los que nos resultan antipáticos o en los que nos han hecho daño injustamente. Son nuestros “perseguidores”. Ante ellos no nos brota ese amor espontáneo, tan voluble y susceptible, pero que no nos merece recompensa por no hacer nada especial.
Sin embargo, hay una enemistad mayor y más profunda. El primer pecado de nuestros padres, el que ha marcado la historia del hombre caído, ha provocado una enemistad general que hace que, en sentido propio, no podamos ser más amigos. Si bien el filósofo inglés no estaba en lo correcto al calificar al hombre de “lobo para el hombre”, es necesario reconocer que hay una llaga que lastima toda relación entre nosotros. ¡Cuántas veces nuestros seres más queridos pueden convertirse en enemigos para nuestro amor propio herido!
Por eso, el amor a los enemigos alcanza una verdadera universalidad. Ahora bien, recordemos la llamativa insistencia de Jesús, que relaciona ese amor con la semejanza con Dios: ser hijos, ser perfectos, imitar al que hace salir el sol sobre malos y buenos. El Cristo no está introduciendo preceptos más pesados, sino que muestra cómo se comporta el que ha sido transformado en lo más íntimo de su ser y de su corazón. Si Dios nos ha amado hasta el punto de que “Cristo siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rm 5, 8), sus hijos ¿no deberán imitarlo, amando y dando su vida por los enemigos?
¡Esto no constituye una nueva exigencia, sino el fruto de saberse amados! El apóstol Juan nos lo hace ver, al contemplar el amor de Dios, que no consiste en “que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados” (1 Jn 4, 10). Porque, “si Dios nos ha amado de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros” (1 Jn 4 11).
Señor Jesús, nuestro corazón de piedra impide que podamos vivir como hijos. ¡Ensancha nuestros corazones, para que sigamos tus mandamientos de bienaventuranza! ¡Infúndenos un corazón de carne, que se consuma en deseos de latir al unísono con el tuyo! Danos, Señor, el corazón de María. Amén.
Durante estos domingos, se nos da el don de estar en el monte con Jesús, ya que “viendo la muchedumbre, se sentó y sus discípulos se le acercaron” (Mt 5, 1). La Liturgia nos permite unirnos a todos los que se aproximan al Maestro para escucharlo e ir tras él. Cumplimos así la profecía de Isaías cuando proclama que los pueblos acudirán a Él vociferando: “Venid, subamos al monte del Señor… para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos” (Is 2, 3).
Cristo, efectivamente, es el nuevo y definitivo Moisés. El liberador de los hebreos, luego de subir al monte, puede bajar y entregar lo que ha escuchado: “Éstos son los mandamientos, preceptos y normas que el Señor vuestro Dios ha mandado enseñaros” (Dt 6, 1). Por esta razón, nos manda: “Seguid en todo el camino que el Señor, vuestro Dios, os ha trazado. Así viviréis, seréis felices y prolongaréis vuestros días en la tierra de la que vais a tomar posesión” (Dt 5, 33).
Ahora bien, Jesús no habla meramente sobre lo que ha escuchado. Es cierto que dijo que nos dio a conocer todo lo que escuchó del Padre (cf. Jn 15, 5), pero esto se refiere más bien a su diálogo eterno, en el que todo lo que es el Padre se comunica al Hijo. Él no conoce sólo la “espalda” de Dios, como Moisés (cf. Ex 33, 23), sino que está siempre ante el rostro del Padre (cf. Jn 1, 1) y, por esta razón, no habla sólo de lo que ha oído, sino que nos manifiesta la verdadera intimidad de Dios.
De esta manera, así como “os fue dicho” en otra época, ahora “yo os digo” (cf. Mt 5, 21.27.31.33.38.43). Moisés no tenía autoridad para hablar él por su propia iniciativa. Sólo nos transmitió lo que escuchó y lo que se le mandó que enseñara. Pero Jesús sí que puede afirmar: “Soy yo el que se los dice”. Esto hoy no nos sorprende, ¡hay tantas voces fatuas que nos dicen lo que tenemos que hacer! La presunción de una cultura que instaura en el centro de todo criterio al hombre trae como consecuencia el que cualquiera pueda usar suyo como norma para señalar lo que hay que hacer. Esto no deja de ser una impiedad y una afrenta a Dios, porque es la expresión de la tentación del demonio a nuestros primeros padres.
Necesitamos volver nuestra mirada al monte, en donde hay uno que enseña “como quien tiene autoridad” (Mc 1, 22). Allí todo está naciendo otra vez, allí todo es nuevo. En el centro no está la orgullosa criatura, temerosa de que se descubra la desnudez de su pecado y de su vergüenza, sino el Hombre-Dios, que cubre al hombre de gloria y dignidad. Nos encontramos así con dos afirmaciones de Jesús. La primera es la de vencer la lógica de la “Ley del talión”, que exigía una venganza precisa por las afrentas recibidas. La segunda es la del amor universal que se extiende incluso a los enemigos.
No disminuyamos la fuerza con la que estos mandatos nos son presentados. ¿Me dirás, tal vez, que el Señor no ofreció su otra mejilla cuando lo ultrajaron (cf. Jn 18, 22-23)?Pues bien, Cristo es el primer criterio, y el más importante, para interpretar sus propias palabras. Así podemos entender que el “poner la otra mejilla” no significa que Nuestro Señor fuera un militante del pacifismo a ultranza o un luchador por la “no-violencia”.
Ahora bien, nuevamente lo digo, no pensemos que esto le resta vigor a su exigencia. Nosotros, atravesados por tanto egoísmo y susceptibilidad, ¿no hacemos surgir la venganza de nuestras pasiones y sentimientos desordenados? ¿No nos ofenden más las injurias que nos dirigen a nosotros, que las que tienen a Dios por destinatario? Miremos el ejemplo de Cristo, “que, al ser insultado, no respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos de Aquel que juzga con justicia” (1 Pe 2, 23). Nuestra vida tiene que ir configurándose poco a poco, conducidos por la Gracia de Dios, en ese ponernos en manos del justo Juez.
Detengámonos un momento más en el otro mandato que Jesús nos da en el monte: “Yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen” (Mt 5, 44). Es claro que este amor no se opone en nada al “amarás a tu prójimo” (Mt 5, 43) ni, mucho menos, a la Ley principal: “amarás al Señor, tu Dios” (Mt 22, 37). Por el contrario, lo fundamental en esta formulación es que nos impulsa a amar como ama el mismo Dios y poder ser, de esta manera, “hijos de nuestro Padre celestial” (cf. Mt 5, 45), “perfectos como es perfecto nuestro Padre celestial” (cf. Mt 5, 48). Es decir, el amor a los enemigos y la oración por los perseguidores constituye como una marca distintiva que identifica el amor de los hijos, que no está basado en una simpatía momentánea o interesada, sino en su misma condición de nacidos de Dios (cf. Jn 1, 13).
Para comprender un poco mejor lo que hemos dicho debemos fijar nuestra atención en los dos aspectos de lo que nos die el Señor: el amor y los enemigos. Porque, ¿quiénes son nuestros enemigos? Una primera aproximación nos hace pensar en los que nos resultan antipáticos o en los que nos han hecho daño injustamente. Son nuestros “perseguidores”. Ante ellos no nos brota ese amor espontáneo, tan voluble y susceptible, pero que no nos merece recompensa por no hacer nada especial.
Sin embargo, hay una enemistad mayor y más profunda. El primer pecado de nuestros padres, el que ha marcado la historia del hombre caído, ha provocado una enemistad general que hace que, en sentido propio, no podamos ser más amigos. Si bien el filósofo inglés no estaba en lo correcto al calificar al hombre de “lobo para el hombre”, es necesario reconocer que hay una llaga que lastima toda relación entre nosotros. ¡Cuántas veces nuestros seres más queridos pueden convertirse en enemigos para nuestro amor propio herido!
Por eso, el amor a los enemigos alcanza una verdadera universalidad. Ahora bien, recordemos la llamativa insistencia de Jesús, que relaciona ese amor con la semejanza con Dios: ser hijos, ser perfectos, imitar al que hace salir el sol sobre malos y buenos. El Cristo no está introduciendo preceptos más pesados, sino que muestra cómo se comporta el que ha sido transformado en lo más íntimo de su ser y de su corazón. Si Dios nos ha amado hasta el punto de que “Cristo siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rm 5, 8), sus hijos ¿no deberán imitarlo, amando y dando su vida por los enemigos?
¡Esto no constituye una nueva exigencia, sino el fruto de saberse amados! El apóstol Juan nos lo hace ver, al contemplar el amor de Dios, que no consiste en “que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados” (1 Jn 4, 10). Porque, “si Dios nos ha amado de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros” (1 Jn 4 11).
Señor Jesús, nuestro corazón de piedra impide que podamos vivir como hijos. ¡Ensancha nuestros corazones, para que sigamos tus mandamientos de bienaventuranza! ¡Infúndenos un corazón de carne, que se consuma en deseos de latir al unísono con el tuyo! Danos, Señor, el corazón de María. Amén.
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