Ha pasado por España para presentar su última novela,
El oro perdido de los Arienim (Editorial Hoja de Lata), en la que narra los 500 años de explotación de oro y diamantes en Minas Gerais
–su provincia natal, que ha producido más oro en dos siglos que toda la
plata extraída de América Latina a lo largo
de la historia– a través de la saga de una familia minera, de la etnia
Ariení. La trama es policial y de aventuras: la desesperada búsqueda de
la otra mitad de un mapa del tesoro aparecido tras un asesinato.
Conocido en el mundo como ministro de Lula, encargado de combatir la
malnutrición que padecen millones de brasileños, Frei Betto (Belo
Horizonte, 1944) asegura hoy que nunca volverá a la política:
"¡No, jamás! Fue una experiencia que yo acepté porque iba a trabajar con
la gente más pobre entre los pobres, la gente hambrienta, con el
Programa Hambre Cero. Y estuve allí dos años porque era un programa de
carácter emancipatorio. Pero, por presión de los
alcaldes, que no tenían ningún control sobre el programa pero querían
controlar el dinero y aprovechar para sacar beneficios electorales, se
cambió de Hambre Cero a Beca Familiar. Algo que es bueno pero que no es
emancipatorio, sino compensatorio. Y entonces
yo decidí salir del Gobierno. Y desde entonces soy un feliz ING: Individuo No Gubernamental".
Pero su conversación, sus razones y sus convicciones son eminentemente políticas.
¿A qué se debió el 'impeachment' de Dilma Rousseff?
Lo que ha ocurrido con
Dilma ha sido el tercer golpe blanco, golpe parlamentario, que se
produce en América Latina en los últimos años.
Primero ha sido Honduras, cuando derrocaron a Manuel Zelaya, después
Paraguay, donde echaron a Fernando Lugo, y ahora en Brasil expulsando a
Dilma Rousseff, que había sido legítima y democráticamente elegida
por 54 millones de personas, de electores.
Entonces entró un Gobierno de Temer que pertenece al partido más grande
de Brasil, un partido que siempre estuvo al lado del poder. Un partido
que desde el fin de la dictadura siempre se acomoda a las fuerzas que
están en el Gobierno.
Temer ha adoptado una política neoliberal muy de acuerdo con las
directrices de ajuste fiscal del FMI y, bajo el pretexto de que el
Estado no tiene dinero, que hay que reducir los Presupuestos… lo primero
que quiere es hacer un cambio en la Constitución
para establecer una cosa que ningún país en el mundo adopta: un techo para los gastos públicos. Va a haber una drástica reducción de los gastos de Salud, de Educación y de los programas sociales.
¿Que alternativas hay para hacer frente al elevado endeudamiento del Estado?
Nosotros, en la oposición, decimos: para
sacar dinero no es necesario sacrificar a los pobres, hay otras
maneras. Primero, hacer una fiscalidad progresiva, que no hay en Brasil.
Los ricos y los pobres pagan los mismos impuestos
en el sistema de consumo, y no hay un impuesto progresivo según el cual
quien gana más tiene que pagar más. Pero los pobres y las clases medias
tienen que pagar sus impuestos, mientras que los ricos tienen muchos
sistemas de evasión fiscal, incluso de sacar
el dinero fuera del país. Ahora se acaba de aprobar una ley de
repatriación del dinero que estaba fuera y mucha gente se ha acogido a
ella para traer al país hasta 20.000 millones de euros hasta el pasado
31 de octubre. Pero hay mucho más dinero fuera.
Segundo, terminar con la exoneración. Se trata de que a las empresas
que no pagan impuestos bajo el pretexto de no tener beneficios se les
perdonan a cambio de un compromiso de que bajarán sus precios. Hay
muchas industrias, como la automovilística,
de fabricación de camiones, a las que el Gobierno ha rebajado
drásticamente sus impuestos. El Gobierno en Brasil, como en la mayor
parte del mundo, sólo trabaja en beneficio de los más ricos, de las
clases que dominan la sociedad.
El tercer sistema es cobrar las multas, que son astronómicas, de los agronegocios,
latifundistas que tienen muchas multas por delitos medioambientales y otros abusos pero que no pagan.
Y el Gobierno siempre acaba perdonándolas a final de año. Es decir, hay
muchas otras maneras de que el Estado obtenga ingresos sin necesidad de
sacrificar
a los pobres. Por ejemplo, el Estado de Río de Janeiro está
completamente quebrado y ahora va a reducir todos los salarios un 10%.
Eso significa que va a haber muchas huelgas, muchas protestas. Ahora hay
muchos jóvenes en la Enseñanza Secundaria que están
ocupando las escuelas, precisamente en contra de la reducción del
presupuesto de Educación, y yo preveo que
hasta las elecciones de 2018 vamos a tener un país en agitación constante.
¿Y qué ocurrirá en las elecciones de 2018?
Según todas las encuestas, en las elecciones del 18 ganará Lula, y ahora con la
Operación Lava Jato [en portugués, lavado a presión,
investigación de corrupción llevada a cabo por la Policía Federal de
Brasil] están tratando… es una operación muy buena contra la corrupción
porque mucha gente rica está entrando en la cárcel,
pero está muy centrada en contra del PT [Partido de los Trabajadores],
que es el partido de Lula, y
están tratando con esta operación de incriminar a Lula para impedir que sea candidato.
Eso puede tener repercusiones internacionales, porque Lula y Pelé son
los dos brasileños más conocidos y respetados del mundo, de forma que
posiblemente no lleguen
a meterle en la cárcel, sino sólo a inhabilitarle políticamente. Porque
saben que, si no, el ganará, ya que no existe ninguna otra figura
brasileña que pueda hacerle sombra.
Pero ahora están siendo imputados por corrupción los mismos que lograron echar de la Presidencia a Dilma Rousseff...
Los que impulsaron el impeachment de Dilma estaban más implicados que nadie en casos de corrupción. Hasta el momento,
Lava Jato tiene mucho de bueno, pero hasta ahora ha sido muy selectiva sobre el PT.
No investiga ni incrimina a casi ningún político de otros partidos, salvo un par o tres de segundo nivel.
Los que tienen mandato electo sólo pueden ser procesados por el Supremo
Tribunal Federal, pero el Supremo no hace caminar los procesos. Alguno
lleva
hasta ocho años parado allí. Por ejemplo, el presidente del Senado, Renan Calheiros, tiene doce procesos que están paralizados en el Supremo. Se ve claramente que ese tribunal se dedica a proteger a sus amigos e incriminar a sus enemigos.
¿No pudieron cambiar ese tribunal Lula y Dilma durante sus mandatos?
Durante los 13 años del
Gobiernos de Lula y Dilma se efectuaron algunos relevos en ese Tribunal
Supremo, pero el problema que hubo es que esos cambios, esas elecciones
de personal, fueron muy mal concebidos, porque se adoptaron criterios
no políticos para designar a los aspirante por una serie de jueces, y la
mayoría actúa ahora en contra del PT.
Gente que el PT ha nombrado, hoy está en contra del PT.
Cometieron errores, aplicaron criterios equivocados. Por ejemplo,
pusieron a un abogado de la Casa Civil de Lula que se llama Toffoli, el
más joven de la Corte Suprema, pero que después se ha convertido en el
más conservador de todos los magistrados. Es ahora
un discípulo de Gilmar Mendes, que es el más conservador de todos los
jueces y que cuando fue Procurador de la República era conocido por
poner en el cajón todos los procesos contra el presidente Fernando
Henrique Cardoso. Es un hombre muy de derechas. Por
ejemplo, sostiene que los trabajadores y campesinos en Brasil tienen demasiados derechos y hay que aplicarles la ley con dureza. Y Toffoli se ha pasado a este mismo perfil. En resumen, el perfil de la Corte Suprema es fundamentalmente conservador.
Otro grave problema es la multiplicidad de partidos en Brasil, ¿no?
Sí. Hay 35 partidos con
representación en Brasil. Esto es un escándalo. El PT, con Lula y
Dilma, han ejercido las mejores presidencias de nuestra historia
republicana, en mi opinión. Pero también han cometido muchos errores, y
uno
de esos errores es no haber acometido ninguna reforma estructural.
Ahora, el PT es víctima de la reforma política que no hizo.
Brasil y Argentina son los dos únicos países de las tres Américas que nunca han hecho reforma agraria.
Trece años de gobiernos del PT y no han hecho reforma agraria, ni
reforma tributaria, ni reforma política, ni reforma educativa… Ninguna
reforma estructural.
Ellos ahora son víctimas de las omisiones que abrazaron.
¿Eso no se debió a que tenían que pactar con muchos otros partidos?
Sí, pero a pesar de la
necesidad de llegar a acuerdos con otros partidos en el Parlamento,
alguna cosa podrían haber hecho. Porque
Lula salió con un 85% de aprobación popular y en sus ocho años tenía
la fuerza suficiente para hacer algún pacto reformista… no una reforma
agraria revolucionaria, socialista, pero al menos algún tipo de reforma
agraria. Todos los grandes países del
mundo, como Rusia, India, Canadá o EEUU, tienen áreas inhabitables, de
desierto, de nieve, en las que no se puede cultivar nada. Brasil es una
excepción mundial. Porque en todo el país o se puede cultivar o tiene
una economía extractiva, como la Amazonia.
O sea, no tenemos ningún área estéril. En Brasil se cuenta el chiste de
que los ángeles protestaron, cuando Dios creó el mundo, porque era un
país demasiado grande sin ningún desierto, ningún volcán, ningún
huracán, ningún terremoto… nada. Se quejaban de que
eso era un descarado privilegio mundial, pero Dios les contestó: "¡Qué
va! Sólo esperad a ver qué clase de políticos van a elegir los
brasileños".
O sea, toda nuestra tragedia procede de nuestra clase política y,
efectivamente, el PT ha cometido el error de hacer alianzas con los
partidos tradicionales corruptos y acabó involucrándose con ellos,
cuando debía haber hecho lo que hizo Evo Morales
en Bolivia: valorar a los líderes de los movimientos sociales, que son
el origen del PT, para que ellos ocupasen las sillas del Congreso
Nacional, como hizo Evo. Pero
en Brasil las únicas que han tenido esa lucidez de ocupar sillas en
el Congreso son las iglesias evangélicas que ahora tienen cada vez más
poder. Empezaron por el Legislativo y ahora avanzan en el poder
ejecutivo con la elección de [el cantante y pastor
evangélico Marcello] Crivella como gobernador de Río de Janeiro, y ya
hablan claramente de que hay que avanzar también en el poder judicial.
Estamos en el huevo de la serpiente, preparando
un proceso de confesionalización de la política que va a ser otra tragedia en el futuro próximo de Brasil.
¿Por qué se fragmenta el voto en tantos partidos distintos?
Lo que hay que hacer es
restringir ese número de partidos. La fragmentación viene porque somos
un país que tiene más de 100 millones de electores, somos ya 203
millones de habitantes y la mitad de la población son electores porque
se puede votar desde los 16 años, y de los 18 a los 70 el voto es
obligatorio. Y la gente del interior del país vota por amistad y funda
partidos porque los partidos tienen muchos privilegios: subsidios,
ventajas…
en Brasil un buen negocio es fundar una iglesia o fundar un partido,
porque aunque el que lo hace sea un vagabundo sin estudios y no tenga
ninguna ética, igualmente va a conseguir hacer mucho dinero. Hay
mucha gente que funda su iglesia o su partido
y ahora se empieza a hablar de una reforma política para restringir esta
multiplicación de partidos. Pero en realidad son cuatro o cinco los
partidos que dominan el escenario político del país.
Hablaste de "los tres golpes blancos en América Latina", pero en Honduras no fue tan
blanco…
Sí, hubo sangre, hubo
más violencia que en los otros dos, pero fue también un golpe por la vía
parlamentaria para echar al presidente.
¿Crees que están siendo promovidos por EEUU?
"¡Claro! EEUU se ha dado cuenta de que, sobre todo en la Administración Bush y en el primer mandato de Obama, se olvidó de América Latina.
Eso ha sido bueno para nosotros. Se olvidó, porque EEUU sólo miraba
hacia China y estaba
ocupado con Oriente Medio. Pero China ha ocupado mucho espacio en
América Latina. Convirtiéndose en el primer exportador hacia la región, y
eso ha creado nuevos mecanismos como el CELAC, el reforzamiento de
Mercosur y la creación de la ALBA, sin ninguna participación
de EEUU. Y ahora EEUU ha reanudado su ofensiva en América Latina durante
el segundo mandato de Obama para volver a ser potencia neocolonial. Y
tiene los mismos objetivos, con nuevo métodos.
Nosotros siempre decimos que EEUU es el único país americano donde
nunca hubo golpes de Estado porque Washington es la única capital en la
que no hay embajada de los EEUU. En América Latina, nuestra historia
está marcada por golpes militares, golpes
de todo tipo… fruto de conspiraciones de EEUU, que fue el primero en
reconocer el Gobierno de Temer, aunque EEUU todavía no ha empezado a
hacer las inversiones que esperaba. Tampoco llegan las de Europa, porque
no hay confianza en que haya una estabilidad
política en el país… y creo que no la va a haber antes del 2018. Muchos
creen que Temer no va a durar, pero yo creo que sí.
¿Podrían adelantarse las elecciones?
Sí, claro que se podrían adelantar, pero si
pasa eso antes del 31 de diciembre, entonces hay que celebrar
elecciones generales directas, mientras que si pasa después de esa fecha
es el Congreso el que elige nuevo presidente.
La gente del PSDB [Partido de la Social Democracia Brasileña] de Cardoso
no quieren presentarlo a la Presidencia hasta 2018 y han anunciado que
quizá ese año sí, pero Cardoso les ha respondido que eso "le abreviaría
la muerte"… aunque tendría que haber dicho
que eso le abreviaría la vida, claro. Tiene 82 años y de momento está
bien de salud y activo.
En estos momentos están siendo procesados…
"…varios de los más
altos dignatarios políticos del país, sí. José Sarney y Renan Calheiros y
Romero Jucá, que fue ministro de Planeamiento de Temer y ahora es el
líder de Temer en el Senado… Varios están incriminados ahí, y la
Operación
Lava Jato va a volver… porque las delaciones premiadas ya
están involucrando a demasiada gente y ahora hay la más importante
delación sobre los empresarios de Odebrecht, la más importante empresa
de la construcción que hay en Brasil. Son 50 delatores,
50 altos funcionarios de Odebrecht que en estos momentos están haciendo
una delación involucrando a muchos políticos. Todavía no salieron,
porque la delación es efectuada en la Corte Suprema. Siempre estas
delaciones eran filtradas a la prensa, pero ahora
han tomado una serie de precauciones para que no haya filtraciones.
Porque toca al Supremo examinar las denuncias, investigar a los
denunciados y decretar o no su encarcelamiento. Eso va a crear una
inestabilidad política mucho mayor en Brasil.
¿Dilma podría volver a la vida política?
Sí, puede, puede. Porque –casuísticas del sistema–
Dilma fue expulsada del Gobierno pero no fueron suspendidos sus derechos políticos. Ella puede presentarse, pero creo que no va a presentarse más a ninguna función política.
Ahora están intentando procesar a Lula para inhabilitarlo…
Sí, sí, de manera muy
fuerte. Pero todavía no encuentran suficientes pruebas porque las
denuncias contra Lula son de… que tiene una finca que compró con dinero
del sistema de Petrobras, que tiene un apartamento tríplex que también
compró. Pero él dijo: "Yo no compré nada y ustedes tienen que presentar
las pruebas. ¿Dónde están las escrituras?" Y ellos no las presentan. "Mi
mujer tenía intención de hacer una compra, pero no logramos hacer
ningún negocio. Y la finca ha sido comprada por
amigos míos, que me han permitido utilizarla y pasar allí algún fin de
semana y vacaciones, pero no me pertenece". Un promotor dijo: "Hay
suposiciones muy evidentes". Y Lula contestó: "Un proceso no se puede
basar en suposiciones, hábleme usted de pruebas".
Yo creo que va a ser muy difícil presentar pruebas de que Lula
efectivamente, personalmente, se benefició del dinero de la corrupción
de Petrobras.
Pero sí ha habido una corrupción muy grande en Brasil durante su mandato…
¡Muy grande! Sin
ninguna duda. Que el PT, que dirigentes del PT han estado metidos en la
corrupción, de eso nadie tiene ninguna duda.
Eso es muy grave y eso ha costado muy caro al PT en las elecciones municipales de octubre. Caer de 600 a 200 alcaldías en Brasil.
O sea, caer a la tercera parte. Y corre el riesgo de perder también un
número importante de diputados, senadores y gobernadores
en las elecciones de 2018. Hay un reflejo muy fuerte de que el PT ha
fallado en sus tres propósitos fundadores: ser el partido de la ética,
ser el partido de organizar a la clase trabajadora y ser el partido de
la construcción del socialismo en Brasil, algo
que significa hacer reformas estructurales. En estas tres propuestas
emblemáticas de sus documentos fundacionales ha fallado. Y tiene que
hacer una autocrítica… existe mucha presión para que el PT haga una
autocrítica. Nosotros, que hemos sido electores del
PT, y amigos y todo, estamos convencidos de que si el PT no hace una
autocrítica mucho más profunda le va a ser muy difícil volver a ser un
partido representativo.
¿A la izquierda del PT hay otros movimientos representativos?
Sí, está el PSOL, el
Partido de Socialismo y Libertad, que crece cada vez más, y hay muchos
movimientos sociales que están organizando formaciones de izquierda en
busca de una alternativa.
Se habla mucho ahora de formar en Brasil un Frente Amplio como el que hay en Uruguay, reuniendo a varios movimientos, y hay dos grandes frentes de izquierda ahora que congregan a los movimientos sociales que son el
Frente Brasil Popular y el Frente Brasil Sin Miedo.
¿Lula quiere volver a presentarse?
Sí, yo estoy convencido de que sí. Él no lo ha dicho, pero yo soy una persona que le conoce bien y
estoy seguro de que Lula va a volver a ser candidato salvo si muere o si es incriminado e inhabilitado políticamente.
Pero a Dilma no la han inhabilitado…
Porque sobre Dilma no
había acusaciones de corrupción, sólo imputaciones constitucionales como
presidenta. Y ahora pasaron al otro lado legal. Sólo una semana después
de que la incriminaran se hizo lo que llamamos una
pedalada, que es un recurso para que los trámites burocráticos para obtener dinero fueran aprobados y ahora son legales.
Todos los presidentes hicieron lo que Dilma hizo, pero la única que fue incriminada ha sido Dilma.
Consiste en que los programas sociales tienen su presupuesto y en un
momento dado faltó dinero para cubrirlo. El Gobierno federal de Brasil
tiene dos bancos
muy potentes. El Banco Federal do Brasil, que tiene representación aquí
en Madrid, y la Caja Económica Federal. Entonces, Dilma buscó dinero en
los bancos del Gobierno para cubrir este hueco y después pagó la deuda
con los bancos. Es increíble que la lógica
de los bancos públicos de Brasil sigue la lógica de los bancos privados.
El presidente no tenía derecho –ahora ya tiene– de tomar dinero
público de bancos públicos para favorecer al público. ¿Se entiende? Es algo completamente de locos, pero la ley
era así. Y eso es lo que se llama pedalada. Imagina: consideráis
un crimen algo que es un absurdo total. Entonces, Dilma no tiene ninguna
acusación de haberse beneficiado de nada. Pero a Lula sí tratan de
ensuciarle su hoja de servicios, porque todos
los políticos que entran en esa categoría pasan ocho años sometidos a
una inhabilitación política para presentarse a cualquier cargo público.
¿Por qué no va a querer volver a la política Dilma?
Primero porque Dilma
nunca ha sido una política. Nunca se había presentado a ningún cargo
público hasta que a Lula se le metió en la cabeza que Dilma tenía que
ser su sucesora. Nunca se había propuesto a una función político.
Era una gerente, una administradora. Ha sido una buena ministra y todo,
pero nunca ha sido una política de las que salen a la calle… Al
contrario que Lula, no le gusta dar la cara ante el pueblo, como hacía
Lula. Tampoco dialogaba con los parlamentarios… eso
le costó caro a su Presidencia. Porque hasta los parlamentarios del
propio PT se quejaron de que Dilma no dialogaba con ellos. Dilma es una
persona que no tiene habilidad política. Y salió con un prestigio muy
bajo, con un 14% de aprobación popular, el mismo
que tiene ahora Temer, que es un nivel muy bajo. Cualquier político que
tenga menos del 30% de aprobación popular es un desastre.
¿Crees que Temer llegará hasta 2018?
Creo que sí, porque
Temer está favoreciendo mucho a los partidos políticos que le apoyan,
precisamente para asegurarse la continuidad de ese apoyo. Desde los de
extrema derecha hasta el PSDB, que es el partido de Cardoso,
socialdemócrata
más de centroderecha. Temer va repartiendo muchas funciones y
compensaciones para obtener el apoyo parlamentario de estos partidos
fuertes.
No veo por qué estos partidos, y los banqueros y los empresarios, van a querer echar a Temer. ¿Y poner en el cargo a quién?
Para ellos es mejor esperar hasta el 2018 y luego presentar sus
candidatos… que va a ser un lío tremendo. Por ejemplo, el partido
de Cardoso tiene tres o cuatro figurones que se proponen ser candidatos a
presidente. Eso va a ser un infierno interno ahí grande.
¿Así que son los bancos y los grandes empresarios los que deciden quién ocupa la Presidencia de Brasil?
Sí, a pesar de que en
Brasil, al contrario que en EEUU, ahora se aprobó una ley de
financiación de los partidos políticos que pone límites a las
aportaciones corporativas. Las empresas y bancos teóricamente no pueden
dar dinero a
los partidos, pero la Caja 2 sigue funcionando intensamente y evidentemente…
Cuando yo participaba en el Gobierno de Lula, yo siempre les decía:
"Estamos en el Gobierno, pero no estamos en el poder. El poder reside en
los bancos, en los grandes empresarios, en las multinacionales…" Ésa es la gente que tiene el poder y nunca abandonó
el poder.