El primer día del Capítulo General de Trogir (Croacia) el ex Maestro de la Orden, Fr. Timothy Radcliffe
OP, tuvo a su cargo la reflexión durante la adoración eucarística y el
acto penitencial que compartieron los capitulares procedentes de todos
los rincones del mundo en que la Orden de Predicadores está presente.
En su reflexión, Fr. Timothy animó a predisponer el corazón a escuchar
con caridad a cada hermano, al tiempo que recordó que “el Amor significa
que das la interpretación más positiva a lo que alguien está diciendo”.
Fr. Timothy aseguró que “si escuchamos, entonces, podremos encontrar
palabras refrescantemente nuevas, sabiduría inesperada, que será un don
para la Orden”.
Adoración
1 Juan 4, 6-7
Nos
reunimos en silencio para adorar. Puede parecer extraño que una reunión
de predicadores comience en silencio. Los dominicos no suelen ser buenos
para estar callados. Sin embargo, Ignacio de Antioquía dijo que la
Palabra surgió del silencio del Padre. Toda nuestra predicación está
enraizada en el silencio, mientras escuchamos lo que Dios tiene que
decirnos. El predicador es aquel que tiene el silencio al centro de su
vida mientras escucha a Dios. Este es mi Hijo amado: Escúchenlo.
Durante este Capítulo debemos tener un profundo silencio interior
mientras nos escuchamos entre nosotros. Santo Domingo creyó en el
gobierno democrático. No fue porque pensase que la mayoría debía
siempre imponerse sobre todos los demás. Fue porque cada hermano tiene
algo que decirnos, si somos capaces de escuchar. En la lectura que nos
han dado, San Juan dice: "Somos de Dios. Quien conoce a Dios, nos
escucha. y quien no es de Dios no nos escucha. A través de eso conocemos
el espíritu de la verdad y el espíritu del error." Cada uno de nosotros
es de Dios, y de esa manera debemos ser escuchados.
Debemos escuchar con inteligencia. Qué es lo que este hermano está
tratando de decir? Puede que él no pretenda decir lo que yo pretendería
si dijese eso mismo. Cuando escribí mi primera carta a la Orden, la dí a
leer a mi Vicario Chrys Finn, un estadounidense. El me la devolvió y me
dijo: "It's 'quite good.'" Yo me sentí devastado. No me di cuenta que
en el inglés de EEUU "quite good" significa muy bien, mientras en el
inglés británico significa "a decir verdad, mal". Por tanto, debo usar
toda mi inteligencia para comprender qué están diciendo mis hermanos.
Debo permitirme ser sorprendido.
Debemos escuchar con imaginación.
Por qué este hermano está diciendo esto? Cuáles fueron las esperanzas y
los temores que lo llevaron a decir algo que parecería estar erróneo o
ser extraño para mí?
En el Capítulo General de Cracovia tuvimos un
terrible desacuerdo sobre la naturaleza de la predicación. Los hermanos
en la Comisión enraizaron toda la predicación en el diálogo. Para otros
hermanos esto parecía sencillamente una locura. Luego comprendimos cómo
este desacuerdo estaba enraizado en muy diversas experiencias. Algunos
de los hermanos estaban hablando desde la inmersión en naciones no
cristianas, principalmente en Asia, donde el diálogo era la única
posibilidad. Otros hablaban desde la experiencia del comunismo, en donde
el diálogo era la última cosa que querías. Cada uno tuvo que usar su
imaginación para entender por qué los otros hermanos querían decir algo
que parecía equivocado.
Debemos escuchar con caridad. Amor significa
que das la interpretación más positiva a lo que alguien está diciendo.
Significa que nunca lo despachas como basura. En el Consejo General,
cuando estaba en Roma, teníamos una sola regla. Lo que otro miembro del
consejo decía podía no ser verdad, ser erróneo, equivocado, pero nunca,
nunca jamás basura. Despachar lo que alguien dice como bobería es
descartarlo con desprecio. Amor significa que tratas de ver el grano de
verdad en lo que otros dicen. Pues comencemos este Capítulo en silencio,
escuchando a Dios. Mantengamos un silencio profundo en nuestros
corazones mientras nos escuchamos entre nosotros. Si escuchamos,
entonces, podremos encontrar palabras refrescantemente nuevas, sabiduría
inesperada, que será un don para la Orden. Si no escuchamos y no nos
dejamos sorprender, entonces estaremos perdiendo nuestro tiempo y mejor
podríamos ir a la playa!
Fr. Timothy Radcliffe, op
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