El prior de los dominicos
lamenta la escasa luz informativa hacia la teología
SalamancaRTV al Día
Ricardo de
Luis Carballada, profesor de la Facultad de Teología de San Esteban, profundiza
sobre "La nueva sensibilidad de la teología contemporánea"
Las
Conversaciones de San Esteban, un referente cultural para los creyentes |
Fotos: Juan Antonio Mateos
El prior de los dominicos, Luis Carballada, lamentó la
escasa luz informativa hacia la teología, la poca visibilidad en la esfera luz,
pese a su fuerza interna, al contenido que proyecta.
En el marco de las conversaciones de San Esteban, en
diálogo entre la fe y la cultura, este martes ha presentado Ricardo de Luis
Carballada las nuevas sensibilidades de la teología contemporánea. La
presentación del ponente corrió a cargo Juan Manuel Almarza: Creo que todos
conocéis a Ricardo y sus innumerables quehaceres, entre otros, Prior de este
convento de San Esteban y profesor de su Facultad de Teología. Por eso quiero
señalar de él algún aspecto menos conocido.
Señaló que le interesa todo lo que tiene que ver con
la vida humana y su hondura, le interesan películas como, cielo sobre Berlín
de Win Wender, o libros, La Biblia y Cien años de soledad. Es teólogo
y filósofo con una formación que tiene sus raíces en Valladolid y Salamanca y
su “oteadero” o atalaya en Alemania. Una de sus preocupaciones intelectuales es
el diálogo de la teología con la cultura contemporánea. Así ha escrito
sobre
teólogos muy
próximos al pensamiento filosófico contemporáneo bebiendo de su sensibilidad
teológica (Schillebeekcx, Claverie, Ratzinger, Iribertegui).. También el
diálogo con filósofos contemporáneos muy próximos en su sentido moral y
religioso con una especial atención a la filosofía judía (Buber, Cohen,
Levinas). Esta intersección de intereses es la ocasión para el diálogo entre fe
y razón que se despliega sobre todo en torno a la vida moral.
Luis
Carballada, teólogo y prior de los Dominicos
En el ámbito teológico ha recorrido los caminos de El
misterio de Dios y de la Escatología, asignaturas que imparte en la Facultad de
San Esteban y Escuela de teología de Internet. En el ámbito filosófico, dentro
de la filosofía contemporánea, ha recorrido sobre todo el amplio campo de la
fenomenología y el personalismo. A este panorama hay que añadir un interés
particular tanto intelectual como pastoral sobre la teología de la vida
religiosa. Algunos de sus artículos de estos últimos años: La idea de
humanidad plural en el pensamiento del obispo dominico Pierre Claverie; La
sabiduría: la moral del conocimiento; El deseo del otro; Fe y
razón: de la rivalidad a la colaboración; Persona y acción en Mounier;
La persona en el pensamiento de E. Levinas; etc. La dirección de la
Editorial San Esteban, que conlleva un ingente trabajo, le obliga a estar muy
al tanto de las corrientes actuales de teología y también de las preocupaciones
actuales de la gente que demanda literatura religiosa seria. Por eso le hemos
encomendado el tema “La nueva sensibilidad de la teología contemporánea”.
Después de la presentación, Ricardo de Luis comenzó su
intervención afirmando que la luz de la teología es humilde desde el
panorama cultural e informativo, tiene poca presencia. Pero desde su
sencillez, es a su vez una luz poderosa, ya que apunta a la fuente de toda
verdad, que es Dios. Partió de un texto de 1940 de W. Benjamin sobre el
concepto de la historia, muy citado en la teología contemporánea, que la
presenta como un enano jorobado y escondido detrás de la poderosa maquinaria
que gana todas las partidas de ajedrez, que representa al materialismo
histórico. El enano escondido, es quien realmente mueve los hilos de la
historia, de la maquinaria del mundo, para evitar que la historia la escriban
los vencedores. Con ese texto que Benjamin pensó durante quince años, hace una crítica
a la modernidad y sus violencias y quiere elevar a las víctimas de la historia
y traerlas al momento presente. Recupera en él la teología judía en clave
de salvación para criticar la idea de progreso propio de la modernidad, ante la
catástrofe que se avecinaba. Traer a las víctimas al presente donde se
encuentra la reparación.
Siguiendo la estela de Benjamin, la teología tiene un
papel de correctivo en el mundo moderno. En palabras de Habermas es
necesaria la teología o el pensamiento religioso en nuestro mundo, ya que la
racionalidad moderna se encuentra incapaz de crear valores para poner en marcha
la sociedad. Así a la teología le corresponde un papel fundamental,
aunque no se refleje en la cultura y en los medios de comunicación, como es la salvación,
el pecado, el mal, la reconciliación, o Dios. Esto ya está en la cultura
mediante otros lenguajes, como son la literatura y el cine.
El Dios de la teología católica, es el Dios de Jesús
encarnado. Desde esta realidad, la teología tiene como hilo conductor la
cristología y la antropología. A diferencia de otras disciplinas como la
filosofía o la psicología, Dios es el punto de partida, pero se ha manifestado
en el pueblo de Israel y en Jesús de Nazaret. Por lo tanto el horizonte de la
teología es Dios, Cristo y el hombre. El conocimiento de Dios, conlleva el
conocimiento del ser humano. Esta realidad se subrayó de una forma profunda con
el giro antropológico de la teología de los años veinte, reaccionando contra el
neoescolasticismo dominante que primaba los silogismos racionales, sin tener en
cuenta la existencia humana. Dios es un Dios que habla y que se comunica al hombre,
por lo tanto, la experiencia humana es un lugar teológico de primer orden. No
se puede hacer teología al margen de las preguntas por la vida humana. Desde
esta preocupación por el ser humano, la teología pondrá en el centro la
salvación, la cultura, la ciudad, el trabajo, la mujer, el sufrimiento, el
dolor, etc. Si el siglo XIX, el interlocutor de la teología era el ateo, en el
siglo XX, será el hombre sufriente como nos subrayaba Walter Kasper (El Dios
de Jesucristo).
El siglo XX, ha sido uno de los siglos más crueles y
terribles, elevando el dolor al abismo de la historia. El sufrimiento y el tema
del mal están en el centro de las preocupaciones del hombre y de la sociedad.
No hay respuestas, sólo se puede rezar con el hombre sufriente. El mal es irresoluble,
la razón moderna busca explicación a todo, nos golpea tanto que no es
satisfactoria la explicación. El mal no se deja reducir a explicaciones y
desborda nuestra conceptualidad, sólo es posible el compromiso, estar con el
sufriente, llorar con él y, abrirnos a la esperanza de Dios que brota de la
cruz de Jesús. Otros ámbitos de la teología, más allá del sufrimiento y el
dolor, son la estética que nos amplía la percepción de la realidad y el diálogo
con la ciencia.
El ponente apuntó hacia tres propuestas teológicas
poco conocidas: La Ortodoxia radical (John Milbank), la teología litúrgica
(Andrea Grillo) y la pastoral urbana (Carlos María Galli). La primera
corriente surge en los años noventa con una serie de teólogos anglicanos.
Realizan una crítica a la secularidad y proponen a la teología como un
saber específico para superar el nihilismo, desde temas como el perdón, la
gracia o el sacrificio. La teología litúrgica, no entendida de forma clásico,
sino como el primer acto y fuente de reflexión teológica. Por último la
pastoral urbana, que aparece en el marco de una teología de la cultura y con
una pastoral claramente misionera, en esta está inspirada la teología del Papa
Francisco.
Para terminar, nos recordaba las palabras de Karl
Rahner, Dios es la última palabra antes del silencio, es el
misterio. Es también la primera palabra después del silencio, es la primera
palabra con sentido que levanta a la humanidad.
El próximo martes, 3 de febrero, intervendrá Ricardo
Piñero, profesor de Filosofía del Arte de la Universidad de Salamanca, con el
título: Arte y creación de sentido en la actualidad.
Juan Antonio
Mateos Pérez
Área socio -
religiosa de Salamanca RTV al Día
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