Dios me atrae a su misterio, pero en la noche, en la no-experiencia
Marie de la Trinité, OP. Una experiencia mística entre la plenitud y el
vacío
En el convento de san Esteban, se
ha celebrado el acto de conmemoración del 87 aniversario de la muerte del
místico dominico, P. Juan González-Arintero, con la ponencia del P. Bernardo Fueyo, “Marie de la Trinité, OP. Una
experiencia mística entre la plenitud y el vacío”. En ella quiso
presentar a la mística dominica francesa, muy poco conocida ya que sus obras
más importantes están en proceso de estudio y edición. Es conocida por la
relación profesional que mantuvo con psiquiatra y psicoanalista Jacques Lacan y el descubrimiento sus textos
por el conocido teólogo Hans Urs von Balthasar.
Nos presentó un perfil de su
experiencia mística y también de su peripecia vital, ambas íntimamente
relacionadas con sus escritos. En ellos se trasmite una profunda experiencia
religiosa, analizada por numerosos teólogos de diferentes escuelas y
espiritualidades. Su itinerario místico es inverso a los más conocidos, no experimenta una evolución espiritual en
grados de crecimiento hacia la unión con Dios, tiene una experiencia mística
muy profunda corta, de tan sólo cuatro años. Después se cortó, quedando hundida
en la más profunda experiencia de la nada, con un gran sufrimiento que le
impide, incluso, seguir rezando. A partir de aquí, será tratada por una serie
de psiquiatras, psicólogos y psicoanalistas, analizando la relación entre la
experiencia mística y la salud psicológica, entre ellos con Jacques Lacan. De
esta lucha profunda en la nada saldrá ella misma y durará unos siete años.
Después de quedar curada, no conocerá una experiencia similar y tendrá que
construir una experiencia religiosa y de oración. En ella se reproducirá la
experiencia cultural y de pensamiento del siglo XX, con sus tormentos íntimos,
le acompañará la experiencia de la nada. Dirá que Dios me atrae a su misterio, pero en la noche.
En un segundo momento, el P.
Bernardo Fueyo, analizó las etapas más significativas de su vida, subrayando
cuatro momentos. Un primero, hasta su ingreso en Misionaras Dominicas Rurales
que sucederá en 1930. En esta está marcada por que la familia esperaba un varón
y le mantienen el nombre del hijo, así como la personalidad de la madre
dominante, que ejercerá un fuerte control sobre ella. Con la lectura de santa
Teresa y san Juan de la Cruz quiere ser misionare y entrar en el Carmelo, pero
el voto de obediencia a su director espiritual, el dominico Jean-Marie Périer,
la orienta hacia las Misioneras Dominicas Rurales, contra su voluntad. Pero
aceptó esa decisión y participará activamente en la comunidad.
Una segunda etapa, en ella
realizará profesión perpetua en 1933 y se la nombrará asistente general y
maestra de novicias. En plena Segunda Guerra Mundial, tendrá sus experiencias y
el P. Antonio Motte, su nuevo director espiritual, le anima a escribir sus experiencias
que sólo ambos conocían, así realiza sus cuadernos o “Carnets”. Es un lenguaje
rudo, pero escribe los efectos de sus experiencias místicas: La iluminación
orientada a los misterios de Dios, las experiencias en los misterios, las
palabras de Dios y las trasformaciones morales. Ella nunca tuvo duda de que era
una realidad espiritual y mística, que podía tener en cualquier lugar y momento
en la oración sin que nadie notara nada. El profeta se siente obligado a
proclamar la palabra, en el místico la palabra se acaba en sí mismo. Pero en
diciembre de 1946 deja de escribir. Según sus palabras: Lo que actualmente domina es una llamada a adherirme al Señor en una
adhesión que, en cuanto me entrego a ella, me transporta al centro del
misterio. Sí, eso es lo que experimento, que Dios me atrae a su misterio, pero
en la noche, en la no-experiencia….
Un tercer momento, “la prueba de
Job”, hasta el año 59, casi diez años de sufrimiento, de consultas médicas,
curas, psicoterapias, pasando por unos 20 especialistas. A la vez tendrá una
intensa actividad de estudio y de colaboración puntual con la Congregación y la
madre General. Parece que Jacques Lacan fue el único que la entendió, su
problema era de debilidad personal, de sumisión y obediencia, recomendándola la
oración. Jacques Lacan se quedará con el cuaderno 20 y curiosamente en uno de
sus escritos hablará de la experiencia mística. Al final de este periodo
quedará totalmente curada, saldrá ella misma de la crisis.
La última etapa, ya curada,
estudiará psicología y trabajará en los archivos de la Congregación, a la vez
que se convierte en la enfermera de la General. Se queda sola, en una casa
aneja organizando los archivos y también sus propios escritos. Es el momento
que recupera su feminidad y su relación con su cuerpo, que nunca fue un estorbo
para la unión con Dios. Muere de cáncer, en noviembre de 1980. En uno de sus
cuadernos afirmará: En la medida que
puedo comprenderla, la vía espiritual que el Señor me ha trazado se me presenta
cada vez más precisa, y es evidente que yo no la he inventado… Me parece
claramente que no es una vía de meditación, ni de oración, ni de contemplación,
sino de unión silenciosa, en el olvido de mi misma y de todo….
El P. Bernardo Fueyo concluyó que
los místicos están en la Iglesia, para
que teólogos, religiosos y fieles creamos en el milagro. El mundo no
está tan cerrado, hay aperturas hacia la transcendencia.
Bernardo Fueyo Suárez, nació en Piñera (Campomanes,
Asturias), pertenece a la Orden dominica desde al año 1962, que realizó su
profesión solemne. Estudió
en Salamanca (Facultad de Teología San Esteban), Roma (Universidad Sto.
Tomás-Angelicum) y Madrid (Complutense). Ejerció durante años como psicólogo
profesional. A partir de 1976, fue profesor en el Instituto Superior de Filosofía,
en la Escuela Superior de Ciencias de la Familia (de la que fue director 6
años) y en la Escuela de Trabajo Social, de Valladolid. De 1988 a 2007 fue
además director de Editorial San Esteban (Salamanca) y, durante dos mandatos,
Presidente del Gremio de Editores de Castilla y León. Desde 1998 hasta la
jubilación, dio cursos en la Facultad de Teología San Esteban (Salamanca) sobre
Psicología de la religión y cambios del mundo religioso en la (pos)modernidad.
En la actualidad dirige la Biblioteca Histórica (obras anteriores a 1800) de
San Esteban, de Salamanca.
Sus intereses se han centrado en dos vertientes: por una
parte, las trasformaciones de la religión y los retos de la cultura; y, por
otra, la relectura de aspectos de la tradición dominicana en función de la
situación actual. Sobre ambos campos ha publicado una treintena de estudios en
varias revistas: Aula Abierta, Educadores, Teología Espiritual, Letras de
Deusto, Ciencia Tomista, Familia, Vida Sobrenatural, Estudios Filosóficos y
Archivo Dominicano. Entre sus obras debemos destacar: Jóvenes españoles (1989). La
dimensión religiosa (Salamanca, 1990), Los
Modos de orar de Santo Domingo (2001), En
casa, fuera de casa, en el camino… (2006), Liturgia y culto en San Esteban de Salamanca (2012) y El Breviario
portátil de Santo Domingo el Real de Toledo (s. XIV) (2014).
Juan Antonio Mateos
Pérez
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