Conversaciones de San Esteban. Antonio Oteiza, escultor; Joaquín Arellano, arquitecto, “Vía lucis”, proyecto artístico y propuesta cultural y espiritual.
Juan Manuel Almarza Meñica
OTEIZA
Antonio Oteiza es sacerdote y fraile capuchino.
Destinado como misionero a Venezuela, en la zona del Orinoco , comienza aquí,
en los años 50, su vocación artística.
.
“Mi afición por el arte nació de una necesidad; andaba a mis 30 años por
el oriente venezolano, y era el año del tercer centenario de la llegada de los
capuchinos a esas regiones donde habían fundado multitud de pueblos. Quise
hacerles algún recordatorio, pensé en un monumento y busqué un escultor, pero
no lo encontré. Así que busqué barro y todos lo necesario y lo hice yo mismo.”
En Venezuela, nos dice, “Ejercía de misionero y en mis ratos libres modelaba”.
De vuelta a Madrid en 1961, plantea a sus superiores
dedicarse al arte religioso. Recibe clases durante un mes y monta,
a continuación, un taller en el convento capuchino de Cuatro Caminos (Madrid) y
allí crea sus primeras obras, perfectamente figurativas, como corresponde a
los criterios de una formación académica.
Antonio va definiendo lentamente su propio estilo. Es
enviado a estudiar en la escuela Internacipnal de Perusa. En 1963 hará su
primera exposición en Vitoria. Durante estos años participa en el movimiento de
renovación del arte religioso que promueve el concilio Vaticano II y trabajará
con su hermano Jorge (la única vez que coinciden) y otros artistas como Chillida y Néstor
Barreenechea en el santuario de Aránzazu. Empeñados los expertos en unir, para
distinguir, a ambos hermanos, Jorge y Antonio, convienen en decir que Jorge
realiza una abstracción de las figuras guiado por la razón mientras que Antonio
la hace más bien movido por el sentimiento, un profundo sentimiento humanitario
y religioso. Tal vez sea simplificar demasiado, pero los “expertos” son así.
Tras una nueva estancia en el Amazonas en los añor 70, realiza
los relieves de Arenas de San Pedro que marcan el inicio de su obra de madurez
siempre vinculada al arte religioso.
De él nos dice su amigo Joaquín Arellano: “Antonio penetra hondo en ese barro fresco de
plasticidad, su mano y su mente moldean formas caprichosas, como si la bola de
barro fuera una nube. De ella surgen figuras voladoras, cual pájaros a los que
sólo faltan alas…, fruto de su rica imaginación.
En todas sus obras deja su “ser” de
artista y de cristiano. Todo lo hace con gran concentración de amor y
sabiduría: detrás de cada personaje hay una carga de emociones incontenibles
que lo desborda… Es el amor a lo elemental, a lo sencillo, a lo natural: los
pobres, el paisaje y las gentes sin prejuicios”.
JOAQUIN ARELLANO
Es Arquitecto,
autor del proyecto de la Parroquia de San Esteban en Gorráiz. Hace años vino a
San Esteban a visitar a los frailes. Quería saber cómo vivía una comunidad
dominicana. Como me ha contado quien le atendió entonces, el P. Bernardo Fueyo,
Incluso leyó el libro de las Constituciones. Todo era en función de la iglesia
y residencia de los frailes dominicos que se le había encomendado.
Una larga amistad une a Oteiza y a
Arellano, a Antonio y a Joaquín, la cual incide en la vocación artística de
ambos. Preocupados ambos por la contextualización de una obra artística en cuanto portadora de un mensaje muestran
especial interés tanto por la música como por la luz: son dos elementos que
concitan su atención como indica su colaboración en la semana de Música para
órgano en Navarra el pasado otoño y
también su preocupación tanto artística como religiosa de difundir la Vía
lucis, de la que nos hablarán hoy.
JUNTO AL
DOMINICO ISIDORO CRESPO
El escultor Oteiza y el
arquitecto Arellano cierran las Conversaciones de San Esteban
SALAMANCArtv
al DÍA
Profundizan
sobre el arte y la fe y presentan el proyecto 'Via Lucis', representación
escultórica de 14 pasos en la iglesia de san Esteban de Gorraiz de Pamplona
El arte a la
luz de la fe clausura las Conversaciones de San Esteban | Fotos: Juan Antonio
Mateos
Este martes
ha tenido lugar la última sesión de las Conversaciones de San Esteban, con la
presencia del Isidoro Crespo, Párroco de la Iglesia de San Esteban de
Gorraiz, el Arquitecto Joaquín Arellano y el escultor capuchino Antonio
Oteiza. Presentaron no sólo el contenido del “Vía Lucis” de la Iglesia,
también el espacio que acoge ese proyecto, para representación escultórica del
Vía Lucis, en 14 pasos, realizado por Antonio Oteiza, de esta Parroquia regida
por los dominicos de Pamplona.
El dominico
Isidoro Crespo, presentó como surge y la pequeña historia del proyecto. El
recorrido del "Vía Lucis", es un intento de celebrar hoy al
resucitado que VIVE llenando de vida la historia de los hombres. Es el
camino de la luz, que nos hace situarnos alrededor del misterio, en un tiempo
ya redimido. El proyecto del “Vía Lucis” surge en el verano de 1988 con un
grupo de cristianos de la Parroquia, teniendo como punto de referencia la
celebración de la resurrección de los cristianos ortodoxos, alegría, luz e
ilusión, a partir de un viaje a Tierra Santa. El arte de los iconos es el
lenguaje de esta síntesis muerte-vida, de la vida a través de la muerte.
En el año 2000, coincidiendo la
Pascua judía y cristiana, Juan Pablo II, comenta en el cenáculo la necesidad de
hacer un “Vía Lucis”, en una sociedad de muerte, es necesario el estímulo en la
cultura de la vida y la esperanza hacia la fe.
Con estas
premisas, se empieza a difundir en Gorraiz y en el entorno de la Parroquia, un
proyecto de Iglesia que sea luz y esperanza. Se buscarán pintores, escultores,
arquitectos, para plasmar este proyecto de luz vida y resurrección, que es la
fuente de la felicidad y alegría, de esperanza y optimismo.
El
arquitecto Joaquín Arellano, presentó el proyecto de la Iglesia construida y
del espacio para acoger el “Vía Lucis”. Es una Iglesia con una decoración
sencilla, con un gran sentido religioso y con un fuerte compromiso de fe.
Presenta una zona pública de recepción en la entrada y respetando la antigua
ermita del pueblo. En ella trabajaron varios artistas, entre ellos Miguel
Iribertegui, que realizará la puerta de bronce de acceso al interior, con
un fuerte alcance espiritual y transcendente. En el interior, se busca un espacio
y una atmósfera para la oración. Se quiere presentar una Iglesia sencilla,
no triunfante. Cada objeto tiene su protagonismo, desde las ventanas coloristas
que buscan un sentido espiritual a cualquier elemento, todos relacionados con
la liturgia y la oración. El retablo está realizado por Juan José Aquerreta,
premio de las Bellas Artes y los laterales, “Vía Crucis” y “Vía Lucis”, por Antonio
Oteiza, todo en armonía con el conjunto.
Antonio Oteiza, comienza a trabajar
en el proyecto cuando Miguel Iribertegui enfermó y no pudo seguir. En el “Vía
Lucis” se quiere representar las 14 alegrías del Jesús resucitado. El objetivo
es descubrir el espíritu de la resurrección de Cristo, se quiere visualizar la
vida en 14 momentos sacados de los textos de la Escritura. El escultor realiza
lo que cree, afirma Antonio Oteiza, para transmitir una vivencia, para el que
contempla crea, no se puede hacer arte religioso sin fe. Buscando esa expresión
hacia los demás, el escultor se hace impresionista. Las figuras quieren
acentuar la expresión, son figuras de ausencias, desprendidas, para quedarse
con lo fundamental el Espíritu que abre a la transcendencia. El escultor fue
repasando los 14 pasos del “Vía Lucis”: Ha resucitado; el encuentro
con María Magdalena; Id y avisar a mis hermanos; los soldados anuncian lo
sucedido; Pedro y Juan contemplan el sepulcro vacío; Jesús en el Cenáculo
muestras las llagas; con los discípulos de Emaús; les dijo: recibid el Espíritu
Santo; contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!"; en el lago
Tiberíades; “Pedro, ¿Me amas?; Jesús encarga su misión a los Apóstoles; Jesús
asciende al cielo; la venida del Espíritu Santo.
El director
de las Conversaciones, Juan Manuel Almarza, anunció que el próximo año, al
estar cerca el 800 aniversario de la creación de la Orden, tendrán como tema
principal el dominicanismo y la vida de la Orden de Predicadores. El 20 de este
mes de febrero, se celebrará un acto académico a cargo de Fr. Bernardo Fueyo,
haciendo referencia a la muerte del padre Arintero.
Juan Antonio
Mateos Pérez
Área socio – religiosa de SALAMANCArtv AL DÍA
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